Revoluci¨®n en el siglo

El profesor Fontana ha acometido una empresa enormemente ambiciosa: historiar el desempe?o -?la deriva?- del mundo desde el comienzo de la Gran Guerra (1914) hasta pr¨¢cticamente fin de 2016. Se trata de un periodo que ya ha sido colonizado por otros autores, aunque m¨¢s bien a tramos y creo que nunca apurando los acontecimientos hasta virtualmente anteayer. Y no cab¨ªa esperar que el historiador catal¨¢n se limitara a perge?ar una versi¨®n, sin duda bien hilada, pero m¨¢s o menos de acuerdo con la Vulgata occidental sobre el asunto. Es, por el contrario, esta una versi¨®n alternativa del mundo en que hemos vivido, y Occidente sale francamente maltrecho del negocio.

Es lo que hoy se suele llamar relato y la versi¨®n predominante en Occidente es bien conocida. La Gran Guerra provoc¨® la ca¨ªda de cuatro imperios, entre ellos el zarista, lo que supon¨ªa un terremoto hist¨®rico. La reacci¨®n inicial de las potencias fue titubeante, Francia, Inglaterra y en menor medida EE.UU., enviaron contingentes militares para apoyar a los ¡®blancos¡¯, pero posiblemente porque la restauraci¨®n imperial no entusiasmaba a nadie la guerra civil rusa se decant¨® por s¨ª sola en favor de los revolucionarios, aunque qued¨® consagrado que hab¨ªa un grave peligro al Este. Fontana cree, en cambio, que, aparte de saludar brotes aislados como el de Bela Kun en Hungr¨ªa, es en Rusia donde el marxismo leninismo iniciaba la construcci¨®n del ¡®hombre nuevo¡¯, desentendi¨¦ndose de lo que pasara m¨¢s all¨¢. Y la victoria sovi¨¦tica en la Segunda Guerra no har¨ªa sino confirmar que los ¡®monstruos¡¯ habitaban al Este del V¨ªstula.

El siguiente gran episodio es la Guerra Fr¨ªa, cuya responsabilidad atribuye el profesor fundamentalmente a Occidente. Truman, la eventual defensa de Turqu¨ªa e Italia, presuntos avant-posts bamboleantes del mundo libre, se impon¨ªan a cualquier tentativa de escuchar lo que estaba diciendo Mosc¨²: cooperaci¨®n, paz en las fronteras para seguir con su ingente obra. Fontana no disimula, por supuesto, la existencia de horrores estalinistas, pero en alguna medida lo echa tambi¨¦n en la cuenta de los errores occidentales. Y hace una menci¨®n muy especial de Kruschev, que s¨ª, afirma que inici¨® un curso que apuntaba a la construcci¨®n de un nuevo pa¨ªs. Lo dem¨¢s es el ¡®error Gorbachov¡¯, no tanto lo que hizo y deshizo como su propia incomprensi¨®n f¨ªsica de qu¨¦ madera estaba hecha la Rusia comunista.

El gran villano de esta historia es EE.UU. y, en t¨¦rminos generales, su consecuencia la p¨¦rdida de una oportunidad hist¨®rica para el mundo en este siglo revolucionario. Y como curiosidad, solo relativamente menor, las menciones a Espa?a son solo ecos distantes, lo que corresponde a la escasa relevancia de nuestro pa¨ªs en el siglo. Pero no por ello deja de llamar la atenci¨®n que la Guerra Civil solo merezca un p¨¢rrafo. Decisi¨®n sin duda meditada.

No creo, finalmente, que se deba juzgar una obra bas¨¢ndose en si el rese?ador est¨¢ o no de acuerdo con la descripci¨®n de la realidad v¨ªa el autor, sino antes bien en su capacidad de argumentar y defender el andamiaje de sus opiniones o demostraciones. En ese terreno, Fontana me parece especialmente s¨®lido en la cr¨ªtica del capitalismo y de las fuerzas que lo amparan. Un sistema, liberal dentro de sus l¨ªmites, en el que subraya, como colof¨®n, que el mundo vive hoy una deliberada f¨®rmula de creciente desigualdad, en el que se pretende que la sociedad se acomode porque es lo ¨²nico que hay.

Una historia del mundo, en la que seguramente har¨¢ falta alg¨²n grado de disidencia intelectual para apreciarla en toda su magnitud.

El Siglo de la Revoluci¨®n. Una historia del mundo desde 1914. Josep Fontana. Cr¨ªtica, 2017. 802 p¨¢ginas. 28,90 euros.

Miguel ?ngel Bastenier, autor de esta cr¨ªtica, falleci¨® este viernes.