Jugando a los equ¨ªvocos con Shakespeare
Varias comedias del Bardo, refundidas gallardamente por Alfredo Sanzol en un cuento de hadas entretenido y desenfadado
LA TERNURA
Autor y director: Alfredo Sanzol. Int¨¦rpretes: Eva Tranc¨®n, Juan Antonio Lumbreras, Javier Lara, Natalia Hern¨¢ndez, Elena Gonz¨¢lez y Paco D¨¦niz.
M¨²sica: Fernando Vel¨¢zquez. Luz: Pedro Yag¨¹e. Escenograf¨ªa y vestuario: Alejandro And¨²jar. Madrid. Teatro de La Abad¨ªa, hasta el 4 de junio.
Personajes, situaciones y enredos de un pu?ado de comedias shakespearianas de tema amoroso y ambiente m¨¢gico, refundidos con salero en un desenfadado cuento de hadas.
En La ternura no es f¨¢cil discernir donde termina la pluma del Bardo y donde empieza la de Alfredo Sanzol.
El asunto de esta obra suya es simple, pero jugoso: para evitar a sus dos hijas un matrimonio de conveniencia, la reina Esmeralda, harta de los hombres, huye con ellas a una isla hipot¨¦ticamente desierta, en la pr¨¢ctica refugio id¨ªlico de dos le?adores j¨®venes y su progenitor, mis¨®ginos empedernidos. Por precauci¨®n, las tres se disfrazan de varones, lo cual ser¨¢ fuente inagotable de equ¨ªvocos.
La galerna y el naufragio del pr¨®logo, evocan los de La tempestad, con Esmeralda como versi¨®n femenil de Pr¨®spero; la feliz sociedad masculina de cazadores recolectores con la que se topan las mujeres es trasunto de la Corte navarra de Trabajos de amor perdidos; la aparici¨®n de una supuesta hermana gemela, se hace eco de Noche de Reyes; la escena donde la princesa Rub¨ª travestida de alf¨¦rez invita al le?ador Azulcielo a cortejarle como si fuera la mujer que en realidad es, est¨¢ calcada de A vuestro gusto; la durmiente que se enamora por ensalmo de quien ve primero al despertarse se inspira en la de Titania prendada del burro, de Sue?o de una noche de verano, y as¨ª sucesivamente.
Los primeros treinta minutos, fulgurantes, incluyen una viv¨ªsima narraci¨®n de acontecimientos fuera de campo (el hundimiento de La Invencible, exultantemente relatado por Paco D¨¦niz). Luego, por la ligereza de cuanto sucede y el car¨¢cter arquet¨ªpico de los personajes, la comedia viene a ser una extensa entrada de payasos o una sucesi¨®n de ellas, geniales algunas, que se entreveran con escenas de transici¨®n, menos entretenidas.
A pesar de la lograda escritura shakespeariana de Sanzol (¡°crecen en mi pecho, como dos ¨¢rboles gemelos, el miedo y el deseo¡±), La ternura no es parangonable con sus modelos mejores: para ser Sue?o de una noche de verano, le faltar¨ªa un Puck; para La tempestad, un Ariel (y aquilatar el papel de Esmeralda). Su dramatis personae resulta escaso respecto a los del Bardo. La cita bienhumorada de los t¨ªtulos de sus comedias, que jalona los di¨¢logos, resulta exhaustiva.
Javier Lara encarna al le?ador Azulcielo con presencia y energ¨ªa sutilmente moduladas. Torrencial, la vis c¨®mica de Juan Antonio Lumbreras, con quien Elena Gonz¨¢lez mantiene un choque feroz, momento ¨¢lgido de su resuelta actuaci¨®n. Natalia Hern¨¢ndez y Eva Tranc¨®n transitan con agilidad admirable de las bromas a las veras en su papel de enamoradas. El p¨²blico de fin de semana se lo pas¨® estupendamente con todos ellos. Di¨¢fano pero envolvente, el espacio esc¨¦nico de Alejandro And¨²jar. Oportunas y bien interpretadas, las canciones jocosas. ?Cu¨¢ndo abordar¨¢ temas ciudadanos contempor¨¢neos este magno proyecto llamado Teatro de la Ciudad?
Babelia
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