Adultos territorios inexplorados
James Gray es el (pen)¨²ltimo resistente del clasicismo cinematogr¨¢fico entre los directores a¨²n j¨®venes, con una obra coherente, trascendente y rocosa
Z, LA CIUDAD PERDIDA
Direcci¨®n: James Gray.
Int¨¦rpretes: Charlie Hunnam, Sienna Miller, Robert Pattinson, Tom Holland.
G¨¦nero: aventuras. EE UU, 2016.
Duraci¨®n: 140 minutos.
El cine de aventuras adulto a¨²n es posible. James Gray, junto a Jeff Nichols, el (pen)¨²ltimo resistente del clasicismo cinematogr¨¢fico entre los directores a¨²n j¨®venes, con una obra coherente, trascendente y rocosa, demuestra con Z, la ciudad perdida que entre la sobredosis de productos exclusivos para grandes ni?os y para ni?os grandes, la inmensa mayor¨ªa inanes o memos y a menudo disfrazados de una complejidad que no es sino el artificio de la pomposidad, todav¨ªa cabe un cine que se acerque al verdadero descubrimiento, el hist¨®rico, el cultural, el social y el personal, con una narrativa que sea al mismo tiempo ¨¦tica y est¨¦tica.
Basada en la existencia de Percival Fawcett, militar, arque¨®logo y explorador brit¨¢nico que, en los inicios del siglo XX, y enviado por la Royal Society, pas¨® de cartografiar un ¨¢rea de la selva de Brasil a obsesionarse con el descubrimiento de una ciudad m¨ªtica perdida, la pel¨ªcula de Gray tiene el valor de seguir siendo consecuente con una filmograf¨ªa de una extraordinaria cohesi¨®n mientras ofrece un giro evidente en sus trazas gen¨¦ricas. Con tres impresionantes intrigas criminales, Little Odessa (1994), La otra cara del crimen (2000) y La noche es nuestra (2007), de personajes abocados a un destino relacionado con el abismo familiar, una maravillosa reinvenci¨®n del melodrama rom¨¢ntico de tintes ocres, Two lovers (2008), y una oda hist¨®rica a la forja de un pa¨ªs de inmigrantes, el suyo, Estados Unidos, en El sue?o de Ellis (2013), Gray gira hacia el maduro cine de aventuras sin perder de vista el tema que soporta toda su obra: el destino marcado por el poder de la sangre, como El padrino, como el hijo de Coppola que es, y las relaciones paterno-filiales asentadas en una doble culpa.
Gray aborda la ¨¦pica del perdedor, todos en su filmograf¨ªa lo son, encajando a la perfecci¨®n los prejuicios raciales con las maquinaciones de los poderes pol¨ªticos y econ¨®micos, y la aventura con el autodescubrimiento, en una pel¨ªcula que, por sus ambientes, sus personajes y sus simb¨®licas estructuras de r¨ªo arriba, podr¨ªa emparentarse con el Werner Herzog de Aguirre, la c¨®lera de Dios y Fitzcarraldo, pero que lo trasciende, o lo evita, con su particular humanismo sereno y con un clasicismo narrativo y de puesta en escena que hace pensar m¨¢s en John Huston, o en Peter Weir, que en el director alem¨¢n.
Charlie Hunnam, vozarr¨®n de impacto, aspecto de duro cl¨¢sico, aspirante a un cruce entre Richard Widmark y Charlton Heston, compone un personaje apasionante que, en compa?¨ªa del cada vez menos sorprendente Robert Pattinson, acaba desembocando en el m¨¢s oscuro de los sinos. Quiz¨¢ como el del propio Gray, resignado a seguir legando pel¨ªculas formidables desde un territorio m¨ªtico pero inexplorado: el del mejor director desconocido del mundo.
Babelia
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