Julio Iglesias: ¡°Las cr¨ªticas me han hecho m¨¢s grande, como a Cristiano Ronaldo¡±
El cantante publica un disco de duetos con Pl¨¢cido Domingo, Sabina y Pablo Albor¨¢n, entre otros
?l lanza la primera pregunta. ¡°?Te has tomado ya el postre?¡±. Al descolgar el tel¨¦fono, es lo primero que se oye de la llamada entrante desde Miami. ¡°Fernando, soy Julio¡±. Por cuestiones de agenda, Julio Iglesias (Madrid, 1943) ha tenido que adelantar la entrevista con este diario y coincide con la hora de la comida. Imprevisible y seductor nato, el cantante espa?ol que m¨¢s discos ha vendido en todo el mundo rompe cualquier protocolo period¨ªstico desde el primer instante. ¡°Soy un viejo, pero hoy me he levantado chaval¡±, asegura mientras viaja en un coche camino del aeropuerto. Y lanza ¨¦l tambi¨¦n la segunda pregunta. ¡°?Cu¨¢ntos a?os tienes?¡±. Una vez respondida la cuesti¨®n, suelta: ¡°?Fernandito, podr¨ªa ser tu abuelo!¡±.
A sus 73 a?os, este abuelo y padre de ocho hijos dice que su ¨²nico obst¨¢culo es el tiempo. ¡°He vivido r¨¢pido y contra ¨¦l. Pero en esta peque?a tristeza que me da el tiempo ahora soy su amigo. Cuando tengo que decir no a algo, lo digo. Pero, cuando puedo, lo hago¡±. Todav¨ªa puede seguir grabando discos. Acaba de sacar uno nuevo, M¨¦xico & amigos (Sony Music), que viene a recrear, con su particular estilo excesivamente edulcorado y melodram¨¢tico, aquel sentimental cancionero de grandes autores mexicanos al que ya dio fuelle hace dos a?os en otro ¨¢lbum. Esta vez, sin embargo, se hace acompa?ar en las mismas composiciones de otras voces de relumbr¨®n, como Pl¨¢cido Domingo, Joaqu¨ªn Sabina, Pablo Albor¨¢n, Diego Torres o Andr¨¦s Calamaro. ¡°Todo el mundo canta mejor que yo. Esto es como un partido de futbol que vas empate o ganando 1-0 y, de repente, sacas a uno de estos que canta conmigo y mete 11 goles¡±, confiesa.
A¨²n con goleada en n¨²mero de ventas, rechaza que el disco sea una jugada comercial. ¡°Es un refugio de grandes m¨²sicos¡±, dice, poco antes de recordar el peso de la m¨²sica mexicana. ¡°Es muy colorida. Si entras en un restaurante, todo el mundo canta estas canciones¡±. ?Tambi¨¦n en el Estados Unidos de Donald Trump? ¡°No hay muro que pueda apartar las ideas. El muro f¨ªsico solo puede condicionar, pero es absurdo. Es rid¨ªculo pretender desprenderse de la cultura. Es como si nosotros lo hacemos de la cultura europea. Yo un d¨ªa puedo cantar a los chinos y otro a los israel¨ªes. Las emociones no entienden de muros¡±, explica. Tampoco quiere o¨ªr hablar de homenajes a su figura. ¡°No, no, no¡ para nada. Estos duetos surgen de nada y de todo. Es como cuando no esperas algo pero te sorprenden¡±, afirma.
Con ese acento tan parodiado como ¨²nico, Julio Iglesias habla con campechan¨ªa, dominado por un humor disparatado, a veces excesivo, casi irreal, pero siempre colosal. ¡°Fernandito, llevo 50 a?os cantando. No he hecho otra cosa. En casa le canto a un perro. Se llama Berkeley, como la universidad. Si me pongo a cantar con mi mujer o mis hijos, se ponen a hablar, pero el perro me escucha y no ladra. Le canto y se apacigua¡±. Berkeley no es el ¨²nico que se apacigua con Bamboleo, Me va, me va, Baila morena o Qui¨¦reme mucho. Su rotundo ¨¦xito, m¨¢s all¨¢ de Espa?a, alcanza a M¨¦xico, Brasil, Italia, Francia e incluso China. ¡°Los ojos son un espejo, m¨¢s que la edad¡±, dice. ¡°Yo tengo una cercan¨ªa con la cultura musical en Am¨¦rica Latina, pero, en realidad, mi actividad no deja de ser igual de importante que en otros sitios. Yo cant¨¦ hace ya 30 a?os en China, o en Jap¨®n. La ling¨¹¨ªstica es m¨¢s af¨ªn en Am¨¦rica Latina, y buenos d¨ªas son buenos d¨ªas en el mismo idioma, pero tambi¨¦n se puede decir buenos d¨ªas con los ojos. La seducci¨®n es la combinaci¨®n perfecta entre la cabeza y el alma. Nadie seduce a nadie sino se seduce a ¨¦l antes. Yo cuando miro a la c¨¢mara estoy diciendo cosas. Hablo de los a?os pasados, pero tambi¨¦n de los que est¨¢n por venir¡±.
De hablar, su mirada penetrante dir¨ªa algo de la gira que prepara para el a?o que viene con motivo de sus 50 a?os de carrera y que le traer¨¢ por su ¡°Espa?a querida¡±. ¡°Bob Dylan gira todo el tiempo porque si no gira se muere, chiquito. Nosotros no dejamos de girar porque si lo hacemos nos morimos. Lo terrible es girar muertos en vida¡±, explica. Incluso no le importar¨ªa probar cosas nuevas. ¡°Tocar¨ªa en todos los festivales de Espa?a. Al Sonorama han ido amigos como el D¨²o Din¨¢mico y Raphael. Toda la m¨²sica espa?ola ha ido y yo ir¨¦ el a?o que viene. D¨ªselo a ellos¡±.
Ya que ha salido su nombre, ?y Dylan? No est¨¢ entre esos ¡°campeones del mundo¡±, tal y como los define, con los que ha cantado como Frank Sinatra, Willie Nelson, Sting, Stevie Wonder o Diana Ross. ¡°Soy un gran admirador. Me parece perfecto que le den el Nobel de Literatura porque Dylan representa la revoluci¨®n del ¡®hey, baby¡¯. Es un grand¨ªsimo escritor. Ha hecho mucho por la ling¨¹¨ªstica inglesa. Nunca olvidar¨¦ el d¨ªa que entr¨¦ con ¨¦l en un ascensor en Sao Paulo, desde el que se ve¨ªan todos los pisos, y me dijo: ¡®Oye, Julio, a ver cu¨¢ndo empiezas a grabar mis canciones, chico¡±. Julio suelta una risotada antol¨®gica. Y repite la frase de Dylan en ingl¨¦s. Otra vez con entusiasmo antol¨®gico.
Menos efusividad transmite para otros asuntos. El que fuera portero de los juveniles del Real Madrid es ahora como un delantero estrella: h¨¢bil en el requiebro. Elude opinar directamente sobre la triste situaci¨®n de su ¡°Espa?a querida¡± en plena tempestad de casos de corrupci¨®n. ¡°?Qu¨¦ quieres que te diga? ?Te cuento la portada de EL PA?S de ayer? ?O la de El Mundo? ?O la de Abc o La Raz¨®n? ?O te digo lo que ha dicho Antena 3 o Telecinco? ?Qu¨¦ quieres que te cuente Fernandito? Yo no vivo al margen de nada ni de ning¨²n lugar. Y menos de mi pa¨ªs¡±.
Con una verborrea inalcanzable, contin¨²a: ¡°Mira, yo soy como soy. Es decir, he pasado por gilipollas para algunas generaciones, pero a lo mejor ahora ya no lo soy tan gilipollas porque, cuando me dan un vino, s¨¦ si es blanco o tinto, incluso a veces s¨¦ si es uno del 82 o del 61. Si me hablan de S¨®focles, tambi¨¦n puedo hablar de Plat¨®n. Si me hablan de Kant, te hablo de lo que quieras. Puedo hablar de China y de su geograf¨ªa, del chino y del mandar¨ªn. Puedo entender cosas que antes no entend¨ªa o que a lo mejor para m¨ª antes no exist¨ªan. Yo entiendo la cultura de los ojos de mucha gente. Es decir, yo puedo empezar en Helsinki y terminar en China, mientras he pasado por 40 pa¨ªses. Y eso culturalmente es muy rico. Si he pasado por pijo, pues bendito sea. Seguramente era menos pijo de lo que parec¨ªa¡±. ?Eso le ha preocupado? ?O ha tenido otros miedos? ¡°Tengo muchos miedos, pero tambi¨¦n risas y alegr¨ªas. Pero una cosa digo: yo nac¨ª del miedo, nac¨ª de una ces¨¢rea. A los 19 a?os me qued¨¦ paral¨ªtico, as¨ª que el miedo ha sido mi compa?ero toda la vida. Pero, si hay que ganarle al miedo, le gano. Al tiempo no le gano, pero al miedo s¨ª le gano. Cada vez que el pa¨ªs me ha criticado, he aprendido. Fernandito, todas las cr¨ªticas me han hecho m¨¢s grande. Absolutamente todas. He sido como Ronaldo en el Bernab¨¦u. Las cr¨ªticas me han hecho meter m¨¢s goles¡±.
?Le quedan goles por meter? ¡°Estoy seco, Fernandito. Hasta los 40 ¨® 35 a?os me estir¨¦ como un ¨¢rbol alto, lleno de frutas, de hojas y de vida, pero luego me qued¨¦ ah¨ª y apliqu¨¦ disciplina. La disciplina mata al car¨¢cter, pero es necesaria y m¨¢s a mi edad. Tengo que cuidarme a mis 73 a?os y m¨¢s despu¨¦s de un accidente grave que tuve. Estoy en un punto en el que necesito disciplina. Me condiciona pero no en un punto negativo sino en un punto que s¨¦ que tengo que estar m¨¢s fuerte, que tengo que hacer m¨¢s deporte y comer mejor. Pero, como todo en esta vida, todo gira en torno al ¨¦xito y yo lo he tenido¡±.
?Alcanzar el ¨¦xito ha sido su filosof¨ªa de vida? ¡°No abandonar. Esa. Perseguir y aplicarme para que la gente me vea crecer c¨®mo me quieren ver crecer f¨ªsica y emocionalmente. No decepcionar a la gente que me lo ha dado todo. El recuerdo siempre es jodido porque es nost¨¢lgico. No soy muy amigo ni del recuerdo ni de la nostalgia. Me gustar¨ªa que en mi tumba dijera: ¡®Gracias¡¯... Bueno, espera, que no diga nada. A m¨ª me gusta que me den las gracias en vida. Que me aplaudan en vida¡±.
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