¡®Better call Saul¡¯: No llamen a Walter White

Better Call Saul es una de las mejores series en emisi¨®n (En Espa?a en Movistar +). Sus personajes tienen prop¨®sito y est¨¢n en constante evoluci¨®n, las tramas enganchan y su fotograf¨ªa es de las m¨¢s cuidadas de la televisi¨®n. Pero tiene un problema: querer parecerse demasiado a Breaking Bad no le dejar¨¢ nunca forjarse una personalidad propia e inimitable. En realidad, quiz¨¢s tampoco lo necesite.

Esta precuela ha logrado que convivan dos o tres series a menudo desligadas e independientes. Junto a las aventuras del embaucador abogado que le da nombre, aparecen Better Call Mike (alrededor de las andanzas del iracundo e inteligente sicario), y tambi¨¦n Better Call Gus and H¨¦ctor (sobre la batalla de los capos del cartel a quienes se enfrent¨® Walter White). Juntas, pero no revueltas. Las fechor¨ªas legales del personaje de Bob Odenkirk son las ¨²nicas que mantienen el prop¨®sito original de que la producci¨®n fuera una comedia, un producto diferente en ubicaci¨®n y estilo, como demuestra el apasionante quinto cap¨ªtulo de la tercera temporada, todo un espect¨¢culo dram¨¢tico aislado en una escena judicial. Pero, poco a poco, ha ido perdiendo peso a favor del Breaking Bad sin Walter White. Y lo hace tan bien que es dif¨ªcil criticarla.

Los paisajes de Nuevo M¨¦xico son los mismos, Los Pollos Hermanos sigue en pie y hasta las reuniones y tiroteos en el desierto recuerdan al pasado. Igual que The Good Fight es The Good Wife sin Alicia Florrick, pero con la plana mayor de sus secundarios, la serie de Vince Gilligan cada vez tira m¨¢s de rostros conocidos para rellenar huecos de la original y contarnos los innecesarios or¨ªgenes de los personajes. Una explicaci¨®n que, si bien a veces relega a los nuevos a segundo plano, es lo que ped¨ªa el espectador: m¨¢s y m¨¢s Breaking Bad.

Pese a conocer su destino, eso s¨ª, el viaje sigue siendo sobradamente disfrutable. Todo est¨¢ tan cuidadosamente narrado que ni siquiera echamos de menos a Walter White. La expectaci¨®n por la guerra en ciernes es m¨¢xima, aunque queda clavada la espinita de haber disfrutado con un producto diferente. Para muchos, sin embargo, este "problema" ser¨¢ su mayor virtud.