¡°Hemos pasado de una situaci¨®n horrible a la normalidad democr¨¢tica como si tal cosa¡±

Elia Barcel¨® (Elda, Alicante, 1957) y Helena Guerrero, la protagonista de su novela El color del silencio (Roca Editorial), tienen algunas cosas en com¨²n, pero no tantas como le gustar¨ªa a la escritora. Las dos viven lejos de Espa?a, su trabajo es m¨¢s valorado en el extranjero que en su pa¨ªs y ambas son mujeres mayores y fuertes; aunque a Barcel¨® le encantar¨ªa tener parte del mal car¨¢cter de su personaje: una pintora reconocida internacionalmente que a sus 68 a?os le trae sin cuidado lo que la gente piense de ella. "A Helena le da igual ser bruta y desagradable, pero yo soy bastante m¨¢s agradable y educada. Aunque a veces me gustar¨ªa tener valor para decir 'no me da la gana' sin justificarme. El problema es que a las mujeres, hasta hace poco, nos educaban para ser amables, es decir, dignas de ser amadas, y para eso ten¨ªamos que ser serviles", comentaba Barcel¨® el pasado 9 de mayo en un hotel de Madrid.

La escritora, que reside en Austria desde 1981 y cuenta con m¨¢s lectores alemanes, holandeses y escandinavos que espa?oles entre sus m¨¢s de 500.000 seguidores, est¨¢ convencida de que los j¨®venes deben comprender que "los derechos de los que ahora disfrutamos no han ca¨ªdo del cielo". Y precisamente para que algunos sepan lo que pas¨® durante la dictadura y otros lo recuerden El color del silencio juega con tres ¨¦pocas distintas. Los meses anteriores a la sublevaci¨®n de Franco en 1936; el asesinato de la hermana de Helena en la noche en que el hombre pis¨® la Luna, el 20 de julio de 1969, en La Mora, la mansi¨®n familiar de los Guerrero en Rabat, y el Madrid actual, donde Helena ha viajado desde su casa en Australia para asistir a la boda de su nieta. Cuando llega a Espa?a, la famosa pintora se ve obligada a enfrentarse con los fantasmas de su pasado y, gracias a dos cajas llenas de cartas, documentos y fotograf¨ªas que su madre le dej¨® antes de morir, reconstruir¨¢ la verdadera historia de su familia, una familia que guardaba terribles secretos y resolver¨¢ el asesinato de su hermana.

Curiosamente, la portada de la novela se suma a las coincidencias. Es obra de otra mujer, la pintora oscense Lita Cabellut, cuyo trabajo est¨¢ m¨¢s reconocido en Holanda, donde reside, que en Espa?a. Y aunque Cabellut y Helena Guerrero tienen bastantes similitudes, la escritora no conoce a la pintora. La portada de su novela fue una propuesta de la editorial Roca. El libro, que sali¨® el 4 de mayo a la venta, va por su tercera edici¨®n en menos de una semana (30.000 ejemplares).

"El color del silencio es un h¨ªbrido de novela negra, hist¨®rica y thriller. Siempre que me planteo una historia en otro tiempo quiero que la base de mi historia sea lo m¨¢s real posible, a partir de ah¨ª ya puedo fabular. Eso lo he aprendido con la literatura fant¨¢stica, porque solo es cre¨ªble cuando te apoyas en la realidad", apunta la escritora, que se estren¨® con la ciencia-ficci¨®n ¡ªSagrada, en 1989¡ª, y tiene ya 24 obras publicadas en 18 idiomas. "Es importante no perder la memoria. Recordar lo bueno y lo malo, conocer lo que fuimos y lo que somos nos permitir¨¢ saber lo que podemos llegar a ser. Hemos pasado de una situaci¨®n horrible a la normalidad democr¨¢tica como si tal cosa. Las heridas se han cerrado en falso", sentencia.

Aunque el g¨¦nero con el que debut¨® le ha marcado, ha escrito muchas m¨¢s "novelas h¨ªbridas" que historias fant¨¢sticas ¡ªEl secreto del orfebre (2003)¡ª u obras destinadas al p¨²blico juvenil ¡ªEl caso del artista cruel (1998) o Cordeluna (2007)¡ª. Barcel¨® es profesora de Literatura Hisp¨¢nica en la Universidad de Innsbruck, pero este ser¨¢ su ¨²ltimo curso porque, despu¨¦s de 36 a?os en las aulas, ha decidido jubilarse. "Tengo 60 a?os, no puedo seguir trabajando como cuando ten¨ªa 30", dice aunque sin cre¨¦rselo porque su cabeza est¨¢ llena de proyectos para esta nueva y "excitante" etapa de su vida.

Y aunque Barcel¨® recrea a la familia de un militar franquista, todo lo contrario a su experiencia vital, el personaje del padre de Helena, Goyo, despierta m¨¢s empat¨ªa que la protagonista. "Es la primera vez que creo un personaje tan diferente de m¨ª. Es un militar, un hombre de Franco totalmente convencido de que hace cosas horribles, pero es un hombre ¨ªntegro que quer¨ªa contribuir a crear una Espa?a de tigres, pero se da cuenta de que al final, despu¨¦s de tanto sufrimiento, todos se han convertido en buitres", reflexiona la escritora, quien ha incluido en la trama el tema de los ni?os robados despu¨¦s de la Guerra Civil y durante la dictadura. "Yo no tengo la sensaci¨®n de que fabrico a mis personajes, sino que los descubro. Al igual que Col¨®n descubri¨® Am¨¦rica, que estaba ah¨ª, pero nadie la hab¨ªa visto".