?Se puede crear una coreograf¨ªa con un programa inform¨¢tico?

Cuando en 1991 el m¨ªtico core¨®grafo Merce Cunningham estren¨® su obra Trackers en Nueva York, parte del p¨²blico lo tach¨® de loco. Y cuando al a?o siguiente present¨® Enter en Par¨ªs, la mitad se puso de pie mientras la otra mitad clamaba contra la tecnolog¨ªa y los robots. Eran piezas nacidas con la ayuda de un programa inform¨¢tico. ¡°Utilizaba tambi¨¦n el azar. ?Muevo piernas o brazos? ?Hacia adelante o hacia atr¨¢s? ?Arriba o abajo? Con esto iba creando secuencias en el ordenador que luego describ¨ªa a sus bailarines¡±, recuerda Trevor Carlson, mano derecha del artista en sus ¨²ltimos a?os (muri¨® en 2009 a los 90).

Un cuarto de siglo despu¨¦s la tecnolog¨ªa no resulta ya tan ajena al mundo de la danza (no hay que olvidar que la grabaciones en v¨ªdeo ha dejado obsoletos antiguos m¨¦todos de notaci¨®n como el Laban) y muchos core¨®grafos han seguido la estela de Cunningham. El propio Carlson difunde desde hace a?os sus t¨¦cnicas por todo el mundo. Este fin de semana, acompa?ado del catal¨¢n Ferran Carvajal, viajar¨¢ a Madrid para impartir en las Naves de Matadero?un taller en el que ense?ar¨¢ c¨®mo el artista usaba el programa DanceForms para crear sus piezas. ¡°El prop¨®sito no es estudiar el software, sino c¨®mo ¨¦l lo empleaba en su experimentaci¨®n con el cuerpo, el espacio y el tiempo. Y c¨®mo la tecnolog¨ªa le sirvi¨® para explorar nuevas posibilidades¡±, explica Carlson.

Cunningham fue un pionero en el uso de herramientas tecnol¨®gicas y el azar para la creaci¨®n art¨ªstica. A ello contribuy¨® su asociaci¨®n con el compositor John Cage, precursor de la m¨²sica aleatoria y electr¨®nica, que fue su pareja durante d¨¦cadas. Por eso, cuando a principios de los noventa se le present¨® la ocasi¨®n de experimentar con un software que estaban desarrollando los departamentos deportivos y de danza de la Universidad Simon Fraser (Canad¨¢), no dud¨® en aceptar el reto. ¡°Por entonces ten¨ªa 71 a?os y no pod¨ªa usar ya su cuerpo. As¨ª que empez¨® a usar el programa para crear movimientos. Como no pod¨ªa llevar el ordenador a la sala de ensayos, lo traduc¨ªa con palabras a sus bailarines. Y en la interpretaci¨®n que de eso hac¨ªan los bailarines pod¨ªa surgir incluso algo nuevo. As¨ª trabajaba: siempre abierto, siempre explorando¡±, afirma Carlson.

El taller de Carlson y Carvajal ser¨¢ la primera de las actividades del ciclo que ha programado las Naves de Matadero para diseccionar la figura y obra de uno de los core¨®grafos m¨¢s importantes de la segunda mitad del siglo XX. Durante la pr¨®xima semana se proyectar¨¢n varios v¨ªdeos de sus piezas y documentales sobre sus procesos creativos. La guinda final ser¨¢ el espect¨¢culo Not a moment too soon, una pieza interdisciplinar de danza, texto, m¨²sica y v¨ªdeo creada por Carvajal en la que Carlson narra en primera persona su experiencia al lado de Cunningham.