Astifina y muy dura soser¨ªa
David Galv¨¢n fue volteado por el primero de su lote y sufri¨® un traumatismo en el codo izquierdo
Diez minutos antes del inicio de la corrida comenz¨® a lloviznar y, al poco, cay¨® un aguacero de esos que dicen que viene de la parte de Toledo; el ruedo qued¨® encharcado en distintas zonas, y el vecino, que sab¨ªa de lo que hablaba, coment¨®: ¡°La culpa de esto la tiene Morante¡±. ?De la lluvia? ¡°No, de los charcos, que se ha empe?ado en que se rebaje el suelo, y, encima, no viene m¨¢s que a una corrida. Pues que lo hubieran rebajado el d¨ªa antes¡±.
El asunto no pas¨® a mayores porque pronto dej¨® de llover y el agua se diluy¨® a pesar del capricho del artista sevillano.
Y comenz¨® el festejo, y acab¨® cuando hab¨ªan dado ya las nueve y media y el fr¨ªo se hab¨ªa metido en los huesos de los espectadores; porque a los toreros lo que les lleg¨® al alma fue la dureza de la corrida de La Quinta, de bella estampa, muy astifinos pitones, mansa de libro, descastada y con malas ideas; especialmente, el segundo de la tarde, violento y brusco, que lleg¨® entero al tercio final y no par¨® hasta que enganch¨® por la pierna derecha a David Galv¨¢n, lo zarande¨®, lo busc¨® con sa?a en el suelo, y le ha hecho la pu?eta. Una probable fractura en el codo izquierdo puede ser mucho peor que una cornada. Y con la falta que tiene Galv¨¢n de un triunfo que lo saque del pozo en que se encuentra¡
LA QUINTA /AGUILAR, GALV?N, JIM?NEZ
Toros de La Quinta, bien presentados, muy astifinos, mansos, sosos y descastados. El segundo, muy peligroso.
Alberto Aguilar: estocada ¡ªaviso¡ª y dos descabellos (silencio); en el que mat¨® por Galv¨¢n, cuatro pinchazos, media tendida y tres descabellos (silencio); estocada, un descabello ¡ªaviso¡ª y cuatro descabellos (silencio).
David Galv¨¢n: cogido por su primero durante la faena de muleta.
Javier Jim¨¦nez: pinchazo ¡ªaviso¡ª y tres pinchazos (silencio); estocada tendida ¡ªaviso¡ª (ovaci¨®n); estocada atravesada, un descabello ¡ªaviso¡ª tres pinchazos, estocada casi entera ¡ª2? aviso¡ª pinchazo y media (silencio).
Parte m¨¦dico: Galv¨¢n sufri¨® un puntazo corrido en el tercio inferior del muslo derecho, ligera conmoci¨®n cerebral y probable fractura del codo izquierdo.
Plaza de Las Ventas. Primera corrida de feria. 11 de mayo. M¨¢s de media entrada.
Es lo que tienen los toros, dir¨¢n algunos. No exactamente. Es lo que tiene estos toros que, de entrada, muestran unos pitones de miedo, de esos que saben que si te levantan las zapatillas, te calan, que fue lo que le ocurri¨® a Galv¨¢n; y, adem¨¢s, con malas ideas, y falta de casta y bravura. Toros de comportamiento muy desigual, sosos y descastados; tan solo el quinto embisti¨® con codicia por el lado izquierdo a la muleta de Javier Jim¨¦nez, que, de forma intermitente, dibuj¨® algunos naturales estimables cuando se decidi¨® a asentar los pies y torear hacia dentro. No fue la suya una faena con argumento propio, sino irregular y m¨¢s propia de quien no las tiene todas consigo.
Ten¨ªa motivos, quiz¨¢, el torero sevillano, pues la corrida hab¨ªa dejado en la enfermer¨ªa a un compa?ero, y el m¨¢s veterano de la terna las hab¨ªa pasado canutas con su lote. En fin, que Jim¨¦nez lo intent¨® de veras, con m¨¢s voluntad que decisi¨®n, y todo qued¨® en una ovaci¨®n cari?osa y la percepci¨®n de que se esperaba algo m¨¢s.
Se le vio m¨¢s centrado ante su primero, que tampoco era de fiar, pero al que se enfrent¨® con firmeza y traz¨® muletazos muy serios, producto de su decisi¨®n y valent¨ªa. Estuvo por encima de su oponente, que pronto dej¨® de embestir.
Poco despu¨¦s, pas¨® un calvario con el corrido en sexto lugar, que le correspond¨ªa al compa?ero herido. Abierto de pitones, sos¨ªsimo en la muleta, se empe?¨® en no morirse y a poco le cuesta a Jim¨¦nez escuchar el tercer aviso. Vamos, que lo salv¨® la campana, pues el animal se ech¨® cuando el reloj se acercaba peligrosamente al pitido final. Duro de roer era ese sexto toro y poco acertado con el estoque estuvo el torero, quien aun¨® su mala punter¨ªa con sus l¨®gicas precauciones.
Otros tres toros mat¨® Alberto Aguilar, que no tuvo su tarde. No se entendi¨® nada con su primero, soso y noblote, al que aburri¨® con una actitud anodina e impropia de alguien que quiere escalar pelda?os en el toreo. Se le vio muy desconfiado, excesivamente, ante el peligroso segundo que hiri¨® a Galv¨¢n, y corrobor¨® que le hab¨ªan abandonado las ideas ante el cuarto, que acud¨ªa a rega?adientes.
En fin, que la primera en la frente; que la corrida de La Quinta decepcion¨® por su aspereza y mala casta, y los toreros lo pasaron mal. Quiz¨¢, a los tres les pase factura, la tarde lo que ser¨ªa injusto, por otra parte.
Habr¨ªa que haber visto ante estos toros a m¨¢s de uno; al que exigi¨® el rebaje del ruedo, por ejemplo, a ver c¨®mo se las apa?aba con semejantes astados. Y como ¨¦l, a tantos otros, que no quieren ver ni en pintura a toros como los de ayer. Vamos, que si la mayor¨ªa de los salen por chiqueros fueran as¨ª, la mayor parte del escalaf¨®n ¡ªlas figuras, los primeros¡ª estaba prejubilada.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.