Ferlosio contra Ferlosio
La aparici¨®n del cuarto y ¨²ltimo tomo de los ensayos del autor de ¡®Vendr¨¢n m¨¢s a?os malos y nos har¨¢n m¨¢s ciegos¡¯ redondea la empresa intelectual de un pensador intempestivo
Los libros de Rafael S¨¢nchez Ferlosio no acaban ni siquiera cuando acaban. Como pasa en los t¨ªtulos de cr¨¦dito de algunas pel¨ªculas, en cualquier esquina de sus ensayos puede saltar un aviso contra ciertas ideas o contra ciertas formas de pensar. Incluida la suya. As¨ª, en el ¨ªndice de nombres y conceptos que cerraba la primera edici¨®n de God & Gun (Destino, 2008), Ferlosio a?adi¨® una nota de 300 palabras en cuerpo 8 que dec¨ªa: ¡°Lo que me hace desconfiar de estas filosof¨ªas o teodiceas m¨ªas es la recurrencia general y sistem¨¢tica ¡ªque muchos pueden encontrar fatigosa y hasta fastidiosa¡ª de la binariedad, no solo en parejas aisladas, sino, m¨¢s a menudo, combinadas en grupos de opuestos y afines, como aquellas seis muchachas andaluzas que formaban dos grupos de tres hermanas cada uno, en que las del primero se llamaban Dolores, Angustias, Martirio y las del otro Remedios, Consuelo, Socorro¡±.
El autor de Vendr¨¢n m¨¢s a?os malos y nos har¨¢n m¨¢s ciegos se refiere a oposiciones tan recurrentes en su obra como satisfacci¨®n y felicidad, educaci¨®n e instrucci¨®n, deporte y juego, moral de identidad y moral de perfecci¨®n, acatamiento y conocimiento, consecuencia y contingencia, datos de la historia y hechos de la vida, tiempo adquisitivo y tiempo consuntivo o la que ¡ªsiguiendo la estela de Walter Benjamin¡ª le sirvi¨® para titular su discurso de recepci¨®n del Premio Cervantes el 23 de abril de 2005: car¨¢cter y destino. Mientras los primeros t¨¦rminos de cada dicotom¨ªa sacrifican el presente a un futuro ¡ª¡°el nuevo opio del pueblo¡±¡ª que lo supedita todo a su sentido hist¨®rico final, los segundos nacen de una prosaica certeza: la felicidad no se pregunta por su sentido y la historia, lo advirti¨® Hegel, no es suelo en el que crezca la felicidad.
Es un pensador capaz de pasar de Polibio de Megal¨®polis a "una tal Kylie Minogue"
Seg¨²n el propio Ferlosio, la oposici¨®n binaria es, ya desde el sistema fonol¨®gico, algo as¨ª como la c¨¦lula elemental del pensar humano. ¡°De manera que¡±, dice, ¡°una forma de razonar tan expl¨ªcitamente dicot¨®mica como la m¨ªa no puede dejar de hacerse sospechosa de inercia mental¡±. Hecho el aviso, a?ade un matiz: la anterior es una ¡°observaci¨®n formal¡±. Atendiendo al contenido, el significado y el sentido le siguen pareciendo correctos: ¡°Debe de ser que el pensamiento carece de humildad; y si se le hace violencia para que sea humilde ¡ªel sacrificium intellectus, que los propios creyentes estiman necesario para sustentar la fe¡ª, lo siente como una extorsi¨®n insoportable y absolutamente deshonesta¡±.
Lo parad¨®jico es que a Ferlosio se le puede acusar de cualquier cosa menos de inercia mental. De hecho, sus textos parecen nacidos para romper la rutina que nos lleva a emplear acr¨ªticamente sintagmas como ¡°creaci¨®n de riqueza¡± o ¡°pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo¡±, ¡°merecido descanso¡± o ¡°sana alegr¨ªa¡±. La misma que sustituy¨® la antigua ¡ªy activa, explica¡ª ¡°concordia social¡± por la hoy triunfante ¡ªy pasiva¡ª ¡°cohesi¨®n social¡±.
La forja de un plum¨ªfero
Etapas literarias
"Mi padre, pensando, sobre todo, en cierto culto estilista de escritores italianos, sol¨ªa decir que lo peor que puede pasarle a un escritor es convertirse en autor de 'bellas p¨¢ginas'. ?se fue, sin embargo, mi primer gran yerro. Pero, tal vez cegado por el cari?o y porque la invenci¨®n era a veces divertida, no supo advertirlo en el Alfanhu¨ª, donde no faltan ejemplos demoledores de 'bella p¨¢gina'. Lo cual me ha sugerido ahora dividir, un poco abstractamente, tres fases de escritura como ¨¦stas: primero incurr¨ª en 'la prosa', o sea, la 'bella p¨¢gina (el Anfanhu¨ª); despu¨¦s quise divertirme con el habla (El Jarama), y finalmente, tras a?os de gram¨¢tica, encontr¨¦ la lengua (representada no tanto en la ¨²ltima novela, sino particularmente en los escritos no literarios).
Contra Disney
"Hasta la crema de la intelectualidad se toma en serio inmundicias no s¨®lo est¨¦ticas sino tambi¨¦n ideol¨®gicas, como Casablanca o Lo que el viento se llev¨®; ya que las convenciones del 'derecho narrativo', adem¨¢s de ser ideol¨®gicas ya en cuanto formas o m¨¢s bien f¨®rmulas en s¨ª, se han convertido tambi¨¦n en eficaz instrumento pedag¨®gico, potenciador de ideolog¨ªas. El paradigma supremo de semejante funci¨®n educativa es Walt Disney, el gran corruptor de menores y la mayor cat¨¢strofe est¨¦tica, moral y cultural del siglo XX".
Hipotaxis
¡°Cuando dej¨¦ toda lectura de obras literarias y empec¨¦ a dedicar mis ocios a la historia y a los documentos del ayer, especialmente de los siglo XVI, XVII y XVIII, cre¨ª poder sacar la conclusi¨®n de que el enorme desarrollo de la hipotaxis en el castellano se fue formando especialmente a partir del lenguaje administrativo y sobre todo del de la Administraci¨®n de La Yndias, que acab¨® coronando en lo que yo llamo ¡®la gran prosa barroca¡±.
La trayectoria editorial de Rafael S¨¢nchez Ferlosio, que el pr¨®ximo diciembre cumplir¨¢ 90 a?os, arranc¨® en 1951 cuando los Talleres Gr¨¢ficos C¨ªes imprimieron, autoeditada, Industrias y andanzas de Alfanhu¨ª. Cinco a?os m¨¢s tarde, El Jarama, Premio Nadal, cerrar¨ªa su vida editorial hasta la aparici¨®n en 1974 de Las semanas del jard¨ªn. Tras dos relatos publicados en colecciones juveniles ¡ªEl hu¨¦sped de las nieves y El escudo de Jot¨¢n¡ª, 1986 fue todo un hito. Ese a?o aparecieron la novela El testimonio de Yarfoz, los ensayos Campo de Marte y Mientras no cambien los dioses nada habr¨¢ cambiado y una recopilaci¨®n de art¨ªculos de EL PA?S, La homil¨ªa del rat¨®n. Buena parte de sus textos de no ficci¨®n ¡ªm¨¢s los muchos que Ferlosio continu¨® publicando en los peri¨®dicos¡ª engrosar¨ªan en 1992 los dos vol¨²menes de Ensayos y art¨ªcu?los lanzados por Destino en la sobria colecci¨®n que dirig¨ªan Eugenio Tr¨ªas, Fernando Savater, Rafael Argullol y Enrique Lynch.
Dado que aquella edici¨®n ¡ªdir¨ªamos m¨ªtica si no estuvi¨¦semos hablando de un desmitificador¡ª llevaba mucho tiempo agotada, la nueva y ampliad¨ªsima reuni¨®n de los ensayos de Ferlosio en cuatro tomos ¡ªesta vez a cargo de Debate y al cuidado de Ignacio Echevarr¨ªa, que armoniza el criterio tem¨¢tico y el cronol¨®gico en un trabajo impecable¡ª es un hito solo comparable a aquel desembarco de 1986. En 2015 vio la luz Altos estudios eclesi¨¢sticos ¡ªvolumen que re¨²ne sus escritos sobre gram¨¢tica¡ª y en 2016 Gastos, disgustos y tiempo perdido ¡ª?que hace lo propio con los art¨ªculos consagrados a la pol¨ªtica espa?ola¡ª y Babel contra Babel ¡ªdedicado a la pol¨ªtica internacional y a la guerra¡ª. Ahora se publica Qwertyuiop, que toma su t¨ªtulo de la primera hilera de letras de los teclados alfanum¨¦ricos y re¨²ne escritos sobre el trabajo, la ense?anza, los deportes, la televisi¨®n y la publicidad.
M¨¢s de una vez ha dicho Ferlosio que las cuestiones por las que se interesa no pasan de seis o siete. Todas ellas est¨¢n en este tomo de cierre, el menos unitario pero no el menos importante. Qwertyuiop, que se abre (literalmente) con un art¨ªculo publicado en el diario Informaciones en 1974 y llega (cronol¨®gicamente) hasta uno publicado en EL PA?S 40 a?os despu¨¦s, incluye tambi¨¦n los ensayos sobre tema econ¨®mico ¡ªocio y negocio¡ª recopilados en Non olet (2003), entre ellos el clarividente ¡®Homo emptor¡¯, una reflexi¨®n sobre la ¡°creaci¨®n de la necesidad de comprar¡±, el consumo como fin en s¨ª mismo y la universalizaci¨®n rampante del hombre comprador (emere es comprar en lat¨ªn): ¡°La funci¨®n de servicio a los consumidores, de aumento del bienestar¡±, escribe, ¡°es la quincalla tras la que se escuda el imperio absoluto de la producci¨®n¡±.
El cuarto volumen contiene el libro que, tal vez, mejor sintetiza sus obsesiones: 'Mientras no cambien los disoes nada habr¨¢ cambiado'
A pesar de la variedad de asuntos sobre la que ironiza el propio t¨ªtulo de Qwertyuiop ¡ªo justamente por ella¡ª, este volumen cuarto de los ensayos de Ferlosio contiene uno de sus libros m¨¢s unitarios y, tal vez, el que mejor sintetiza esa media docena de temas que le interesan. Lo cual no es m¨¢s que una manera de hablar trat¨¢ndose de un pensador capaz de detenerse tanto en la Filosof¨ªa de la Historia de Polibio de Megal¨®polis como en el feminismo astrol¨®gico de ¡°una tal Kylie Minogue¡± (g¨¦minis de pura cepa seg¨²n un suplemento dominical). Ese libro es Mientras no cambien los dioses nada habr¨¢ cambiado. Sus 150 p¨¢ginas son, por cierto, un Ferlosio de pura cepa desde la primera p¨¢gina: el accidente del transbordador espacial Challenger el 28 de enero de 1986 ¡ª?murieron sus siete tripulantes¡ª da lugar a una diatriba contra la sentimentalina del sacrificio, la idolatr¨ªa del Progreso (de la Historia, el Futuro, la Revoluci¨®n, el Desarrollo y la Tecnolog¨ªa) y la ¡°execrable jerga pedag¨®gica¡± que ha introducido en el vocabulario moderno la ¡°horr¨ªsona palabra motivar¡±. Todo sea por nuestros ¡°borriquitos con ch¨¢ndal¡±.
Es el sacrificio el que crea a los dioses y no al rev¨¦s (como es el ej¨¦rcito el que crea al enemigo), el progreso es una coartada para el lucro, la guerra es la creadora de la patria, y el deporte, la guerra por otros medios. Tales son las sospechas que va sembrando un autor que sabe la importancia que tienen las palabras ¡ª?el discurso, el relato¡ª porque ¡°los aviones que van cargados de bombas quieren ir tambi¨¦n cargados de raz¨®n¡±. Publicado en el mismo a?o 1986, la relaci¨®n de ese ensayo seminal con textos posteriores como God & Gun, La hija de la guerra y la madre de la patria o Esas Yndias equivocadas y malditas es evidente.
Adem¨¢s de esa suerte de caja negra del pensamiento ferlosiano que es Mientras no cambien los dioses nada habr¨¢ cambiado, Qwertyuiop incluye su mejor complemento posible, ¡®La forja de un plum¨ªfero¡¯, un texto autobiogr¨¢fico publicado en la revista Archipi¨¦lago en 1997 y que, por venir de un autor pudorosamente reacio al exhibicionismo, se convirti¨® en fuente inagotable de datos e ideas sobre su vida familiar, su abandono del ¡°grotesco papel¨®n de literato¡± tras el ¨¦xito de El Jarama, las etapas de su obra (de la prosa al habla y del habla a la lengua) y sus a?os dedicado, con rigor anfetam¨ªnico, a la gram¨¢tica y al cultivo de la hipotaxis. Tambi¨¦n, c¨®mo no, sobre ¡°el asunto principal¡±: la distinci¨®n entre car¨¢cter y destino. Los libros de Rafael S¨¢nchez Ferlosio nunca terminan de acabar.
¡®Qwertyuiop. Sobre ense?anza, deportes, televisi¨®n, publicidad, trabajo y ocio. Ensayos 4¡¯. Rafael S¨¢nchez Ferlosio. Edici¨®n de Ignacio Echevarr¨ªa. 656 p¨¢ginas. 34,90 euros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.