Elogio del gallo
La ¨®pera es una actividad de riesgo que bordea la frontera de la gloria y el rid¨ªculo
El gallo, la stecca o el crack son los t¨¦rminos que se utilizan en el argot oper¨ªstico -y no oper¨ªsitico- para aludir a los resbalones vocales de los cantantes. Lo hemos visto en el Festival de Eurovisi¨®n. Y nos re¨ªmos de ellos con la misma crueldad con la que celebramos la ca¨ªda de un viandante en una acera. Especialmente si el desliz proviene de un tenor, que es la m¨¢s exhibicionista y fr¨¢gil de las especies.
Pongamos como primer ejemplo a Jos¨¦ Carreras. Interpretando, es un decir, el desenlace de "Celeste Aida". La ¨®pera de Verdi se ha transformado en Tarz¨¢n.
La cuesti¨®n de los gallos es bastante peliaguda en cuanto debilita la autoestima y la seguridad del cantante. Se trata de la extrapolaci¨®n vocal del gatillazo. Y no s¨®lo concierne a los profesionales. Tambi¨¦n a los aspirantes hormonados e incompetentes. Que se lo digan al maestro Alfredo Kraus, v¨ªctima colateral del ajeno alarido. Vaya zote.
Desde una perspectiva m¨¢s indulgente, el gallo es una prueba de humildad. Viene a demostrar que los cantantes incurren en imperfecciones y errores humanos. Incluidos los m¨¢s grandes. Pl¨¢cido Domingo, por ejemplo, termina ardiendo en el aria de la pira del Trovador. Y el p¨²blico reacciona con indulgencia.
Parece que nos estamos cebando aqu¨ª con los tres tenores, pero resulta dif¨ªcil aislar a Pavarotti de la escandalera que produjeron sus prestaciones en el Don Carlo que cant¨® en La Scala en 1992. Lleg¨® a hacerse un documental que aloja el pasaje del pinchazo. Y tiene sentido el paralelismo taurino, pues el sobreagudo fallido en el desenlace de un aria muy bien cantada equivale a la gran faena que se malogra con los aceros.
Giuseppe di Stefano me dec¨ªa una vez que los gallos eran necesarios porque te manten¨ªan en alerta. ?l era propietario de un corral, para entendernos, aunque muchos de sus deslices proven¨ªan de su valent¨ªa, de su generosidad y de su riesgo. ?Lo recordamos ahora, cuando caminaba erguido.
Babelia
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