Alegor¨ªa pol¨ªtica, miedo social

En el mes de diciembre del a?o 1967, seis meses despu¨¦s de que el pol¨ªtico negro Stokely Carmichael utilizara por primera vez como eslogan social el t¨¦rmino black power, y de que el Tribunal Supremo de EE UU declarara inconstitucional la ley que prohib¨ªa el matrimonio interracial, se estren¨® en el pa¨ªs Adivina qui¨¦n viene esta noche, de Stanley Kramer. Pel¨ªcula se?era en la cuesti¨®n de los derechos civiles, llegaba en plena oleada de movilizaciones, y de sus violentas contestaciones, y abordaba la cuesti¨®n de la discriminaci¨®n desde una ¨®ptica lejos de lo maniqueo: el matrimonio que ve¨ªa llegar a casa a su hija con su novio negro no era racista, sino liberal. Y aun as¨ª...

En pleno 2017, con las pautas discriminatorias tan lejos de aquello como del olvido, el sorprendente debutante Jordan Peele ha compuesto un pelicul¨®n con semejante premisa, la visita de fin de semana a la casa familiar de una chica blanca con su novio negro, mismas caracter¨ªsticas pol¨ªticas paternas, votantes de Barack Obama, pero esencias cinematogr¨¢ficas bien distantes: D¨¦jame salir es una paranoia de terror pol¨ªtico, de aspecto exterior casi juvenil y fondo mal¨¦volo, maduro y trascendente.

Peele, tambi¨¦n guionista, arriesga por tres caminos bien distintos, que convergen en una obra de categor¨ªa mayor, en la que todo rezuma talento. Primero, con un engranaje general de cine de g¨¦nero, entre la intriga psicol¨®gica y el terror visceral, al que adem¨¢s sabe insuflar un maravilloso sentido del humor inequ¨ªvocamente contempor¨¢neo y novedoso, gamberro y, en el fondo, muy serio. Segundo, con una puesta en escena formidable, en la que se a¨²nan el pulso narrativo bello y calmado, hermoso y terror¨ªfico de la reciente It follows, y el estilo cortante y el¨ªptico de la otra gran obra de terror social del ¨²ltimo cine, Calle Cloverfield 10. Y tercero, con unas interpretaciones heterog¨¦neas en estilo, espont¨¢neo y realista en la fant¨¢stica pareja de j¨®venes enamorados, autopar¨®dico y gui?olesco en el resto, perfectas para el conjunto.

De soberbia elegancia en la elecci¨®n de los planos, y una cadencia que se escapa del producto que solo pretende aterrorizar mediante recursos f¨¢ciles, D¨¦jame salir eleva su hip¨®tesis de denuncia hasta la categor¨ªa de respuesta social; una bala cargada de sorna, veracidad y relevancia. Y, de paso, se convierte en La semilla del diablo de una nueva generaci¨®n, la pel¨ªcula que, paso a paso, introduce a un inocente en las garras de una secta infernal: la de cierta Am¨¦rica blanca de la era Trump.