Los h¨¦roes desconocidos del Oeste americano
M¨¢s de 30 a?os despu¨¦s, los retratos que Avedon realiz¨® en el oeste de EE UU siguen fascinando por su frescura y atemporalidad. El Amon Carter Museum los exhibe de nuevo
Cuando en 1978 Richard Avedon (Nueva York, 1923- 2004) acept¨® fotografiar el oeste de Estados Unidos, por encargo del Amon Carter Museum de Fort Worth, Texas, no sab¨ªa qu¨¦ esperar. Mucho menos lo sab¨ªa Mitchell Wilder, director del museo, a quien el artista le hab¨ªa avisado de que no har¨ªa paisajes sino retratos, y que de no convencerle, los que fueran surgiendo, abandonar¨ªa el proyecto. Solo una cosa ten¨ªa clara el fot¨®grafo: no iba a glorificar el Oeste. El proyecto acabar¨ªa siendo lo que hoy muchos consideran la gran obra maestra del autor: In the American West. El mito del Oeste americano quedaba trastocado para siempre.
In the American West se exhibi¨® por primera vez en 1985. La controversia estaba servida. En la serie de retratos no aparec¨ªan ni pol¨ªticos, ni banqueros, ni famosos, ni artistas. Ni rastro de la ¨¦lite. Solo estaban aquellos en los que apenas posamos nuestra mirada cuando nos cruzamos con ellos por la calle: un camionero, un minero, un vendedor de madera, o la trabajadora de una f¨¢brica de El Paso. Sin embargo, el gran tama?o de sus retratos era aquel que el arte concede a los dioses, a los monarcas, a los presidentes. All¨ª estaban, erigidos como h¨¦roes. Con nombres y apellidos, especificada la fecha de su retrato. Eran la ant¨ªtesis de las im¨¢genes de los fornidos vaqueros del Oeste americano. Avedon propon¨ªa una nueva forma de mirar, tan subjetiva, al fin y al cabo, como la que hab¨ªan propuesto los grandes directores de cine que mitificaron el western. ¡°?Se est¨¢ riendo de nosotros este fot¨®grafo de moda de Nueva York?¡±, se preguntaba el p¨²blico en general y parte de la cr¨ªtica.
The Amon Carter Museum exhibe hasta el 2 de julio Avedon in Texas: Selections from In the American West, donde se muestran 17 de las im¨¢genes que compusieron la exposici¨®n de 1985. ¡°Estas grandes fotograf¨ªas permanecen tan vivas, cautivadoras y desafiantes, como hace 30 a?os¡±, se?ala John Rohrbach, conservador jefe de fotograf¨ªa del museo. ¡°Nos hacen enfrentarnos con nuestra propia humanidad. Uno no puede salir indiferente de esta exposici¨®n¡±.
Cuando emprendi¨® el proyecto, Avedon era ya un artista consagrado. Sus sofisticadas?fotograf¨ªas de moda, tan imaginativas como terrenales, junto con sus limpios, introspectivos y no siempre aduladores retratos de las celebridades del momento, hab¨ªan ayudado a definir el estilo, la belleza y la cultura del momento. Con tan solo 33 a?os, Fred Astaire le hab¨ªa caracterizado en la pel¨ªcula Funny Face. El fot¨®grafo hab¨ªa demostrado su habilidad para traspasar el artificio de la fama y atravesar la piel de sus modelos. Resulta muy clarificadora la an¨¦cdota de la sesi¨®n en la que deb¨ªa fotografiar a los duques de Windsor. Conocedor de la pasi¨®n de estos por los perros y alerta ante los calculados poses de la pareja, ya demasiado acostumbrada a los flashes, se invent¨® que acababa de ser testigo de c¨®mo su taxi atropellaba a un perro: sus semblantes se transformaron inmediatamente. ¡°Para ser un artista o un fot¨®grafo, hay que alimentarse de aquello que la gente descarta¡±, afirma Avedon en el documental Darkness and light.
Acostumbrado a retratar a la gente que quer¨ªa ser retratada, fotografiar a extra?os era algo nuevo para el autor. Utilizar¨ªa su caracter¨ªstico fondo blanco, aquel que descontextualizaba por completo al sujeto, y disparar¨ªa su Deardoff de gran formato. De Dallas a Montana, durante m¨¢s de seis a?os, recorri¨® 13 Estados y 189 ciudades, visit¨® los ranchos y rodeos, pero tambi¨¦n los mataderos, los campos de petr¨®leo y las gasolineras. Todo ello se tradujo en 752 sesiones y 17.000 placas de pel¨ªcula que estudiaban el rostro humano como una de las cosas m¨¢s fascinantes de la tierra, indagando en su complejidad. Construy¨® una visi¨®n del oeste a trav¨¦s de ¡°gente sorprendente- desgarradora-o bella de forma aterradora¡±, como dir¨ªa el artista, ¡°de una belleza que podr¨ªa asustar hasta que uno se percata de que forma parte de ti mismo¡±.
Hijo de un comerciante de ropa ruso y jud¨ªo arruinado durante la Gran Depresi¨®n, el fot¨®grafo conoci¨® la adversidad. Creci¨® en una habitaci¨®n sin ventanas. Su hermana fue su primera modelo en su temprana afici¨®n por la fotograf¨ªa, pero pronto fue diagnosticada de esquizofrenia. Estudi¨® poes¨ªa y filosof¨ªa, pero abandon¨® la universidad para unirse a la marina mercante como fot¨®grafo. Fue bajo la tutela del legendario director de arte de Harper?s Bazaar Alexei Brodovich cuando su carrera comenz¨® a despuntar.
Siempre que pudo busc¨® la oportunidad de retratar a los menos favorecidos. ¡°Entre los a?os cuarenta y comienzos de los sesenta, aparte de su trabajo en el campo de la moda, viaj¨® de forma continuada a Luisiana, donde fotografi¨® un hospital psiqui¨¢trico, y en los cincuenta un cotill¨®n de afroamericanos en Nueva Orleans¡±, recordar¨ªa Rohrbach durante una charla celebrada con motivo de la exposici¨®n. ¡°En 1963 ofreci¨® adiestramiento y equipamiento a fot¨®grafos para documentar la desobediencia civil en el sur, y cuando mataron a Kennedy sali¨® a fotografiar las calles. En 1964 public¨® Nothing personal, junto con el escritor James Baldwin, uniendo sus voces 'con ira y frustraci¨®n en contra de una Am¨¦rica de gente que lucha por el amor y se encuentra rodeada por el racismo, el sexismo y la avaricia?¡±.
¡°Fotografiar todo lo que me asustaba, aquello a lo que no podr¨ªa hacer frente sin mi c¨¢mara -la muerte de mi padre, la locura de mi hermana, las mujeres a las que no pod¨ªa entender cuando era joven-, me hizo tener un cierto control de la situaci¨®n¡±, declara el fot¨®grafo en Darkness and light.
Algo que Avedon siempre deja claro en sus retratos es, que era ¨¦l quien ten¨ªa el control de la situaci¨®n. ¡°Lo que Avedon hizo con el retrato fue robar el fuego que siempre hab¨ªa sido prerrogativa de los pintores y los escultores ¡°, Dijo: 'esto ser¨¢ m¨ªo'. Cambi¨® la relaci¨®n entre el fot¨®grafo y su modelo establecida hasta entonces. Esta dej¨® de ser una colaboraci¨®n. Supuso un gran salto para la fotograf¨ªa, la situ¨® como un arte tan maleable como la arcilla¡±, explica el cr¨ªtico Owen Edwars en el mismo documental.
?Fue Avedon justo con sus personajes del Oeste ? ¡°Yo creo que s¨ª¡±, se?ala Rorhbach. ¡°Existe cierto poder y una ?energ¨ªa en estas im¨¢genes que nos hacen volver una y otra vez a ellas. No porque tengamos conclusiones, sino porque hay algo que nos intriga y nos hace cuestionarnos a nosotros mismos, y ver la humanidad de estas personas. Avedon dir¨ªa que se encontr¨® a s¨ª mismo en los retratos¡±.
¡°Un retrato no es una semejanza¡±, se?ala Avedon acerca de esta serie. ¡°En el momento en que una emoci¨®n o un hecho se transforma en una fotograf¨ªa deja de ser un hecho para convertirse en una opini¨®n. No existe la inexactitud en la fotograf¨ªa. Todas las fotograf¨ªas son exactas. Ninguna es verdad¡±.
Avedon in Texas: Selections from In the American West. Fort Worth, Texas. Hasta el 2 de julio.
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