¡°La editorial Sitara nace de una frustraci¨®n¡±
Antonio Lafarga y Mar¨ªa Agra explican por qu¨¦ acaban de crear un nuevo sello
Si Julio Ram¨®n Ribeyro en sus Prosas ap¨¢tridas escrib¨ªa que existen ¡°libros viscosos como pantanos en los uno se hunde y clama en vano para que lo rescaten; libros secos, filudos, riscosos, que nos llenan de cicatrices; libros acolchados, de dunlopillo, donde damos botes y rebotes; libros-meteoro que nos transportan a regiones ignotas y nos permiten escuchar la m¨²sica de las esferas (¡)¡±, la reci¨¦n nacida editorial Sitara despliega un interesante cat¨¢logo de lectores en la presentaci¨®n de su p¨¢gina web: lector pulcro (que mantiene el libro intacto); lector posesivo (pone su sello, nombre, fecha, lugar); lector lapicero (que subraya con lapicero por si alg¨²n d¨ªa lo quiere borrar ¡ªcosa que jam¨¢s sucede¡ª y que es odiado por lector pulcro); lector bol¨ªgrafo (que subraya con bol¨ªgrafo, seguro y convencido de sus preferencias de aqu¨ª a la eternidad y que es odiado por todos los tipos de lectores); lector corrector (que corrige todas las erratas encontradas en las p¨¢ginas); lector animador (en cuyos subrayados hace anotaciones de motivaci¨®n por el buen trabajo del escritor ¡ª ?esto me gusta?, ?muy bien?, ?qu¨¦ bonito?, ?no estoy de acuerdo?), etc¡ A todos ellos, por supuesto, se dirige Sitara: ¡°Sitara lleva solo un mes de vida. Nace en Madrid y es fruto del encuentro de Mar¨ªa Agra y yo¡±, explica el editor Antonio Lafarga.
Sitara podr¨ªa ser calificada como una editorial de recuperaci¨®n o, quiz¨¢s, de frustraci¨®n: ¡°La editorial nace de una frustraci¨®n. Hace tiempo le¨ª una obra de Jos¨¦ Ovejero, Escritores delincuentes, me interes¨¦ por algunos de ellos y no los encontr¨¦; estaban muertos, no exist¨ªan. Pens¨¦ que era un pena que s¨®lo pudieran encontrarse en la Biblioteca Nacional y me dije que los iba a sacar yo para que se mantuvieran en el tiempo¡±. Con tal determinaci¨®n emprendi¨® este camino en la industria editorial. Mar¨ªa Agra le acompa?¨® y lo primero que hicieron fue elegir nombre: ¡°Sitara es conocido por ser el Pa¨ªs de las Monta?as de Dios, est¨¢ situado al norte de Ardist¨¢n y fue gobernado durante miles de a?os por la familia Durimeh, siempre por una mujer¡±. As¨ª pues, Sitara fue el nombre elegido. En apenas un mes y medio de vida, Antonio y Mar¨ªa no han encontrado obst¨¢culos a la hora de crear su editorial, pues ellos creen que ¡°se trata de hacer las cosas bien y con ilusi¨®n¡±.
En este lanzamiento ha habido un libro especialmente destacado: Tres vidas de Gertrude Stein. Un libro con una hermosa historia detr¨¢s: ¡°Descubr¨ª el libro, me encant¨® y cuando me puse a buscar los derechos y habl¨¦ con la traductora, Marta P¨¦rez, ella se estaba muriendo. Despu¨¦s de su muerte, hablamos con sus hijos, a los que tampoco fue f¨¢cil encontrar. As¨ª que es bonito que el libro haya visto finalmente la luz con su traducci¨®n, es un logro¡±, explica Mar¨ªa Agra. A este libro se le unen otros tres: Mosaicos, de Felisberto Hern¨¢ndez; Narraciones inveros¨ªmiles, de Pedro Antonio de Alarc¨®n y P¨®stumo El Transmigrado (Historia de un hombre que resucit¨® en el cuerpo de su enemigo), de Alejandro Tapia. Todos ellos dise?ados por Jinetes de Edipo, los creadores que dotan a los libros de cubiertas llamativas, bellas, apetecibles.
¡°Creo en los libros como una salvaci¨®n, como una conversaci¨®n, como una forma de vivir y aprender¡±, explica Mar¨ªa Agra. Recuerdo entonces que, seg¨²n cuenta la historia, es dif¨ªcil entrar en Sitara y para hacerlo se debe pasar a trav¨¦s de la fragua del Bosque de Kulub. El hombre que lo haga pasar¨¢ de ser hombre violento a hombre de paz. Un hombre ennoblecido. ?Acaso no es eso lo que nos ense?a un libro? ?A ser seres nobles? ?De paz?
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