¡°La novela negra no es una enfermedad ven¨¦rea¡±
Bernard Minier y Philip Kerr cruzan impresiones sobre literatura, vida, cr¨ªmenes y f¨²tbol
Son dos gigantes de la novela negra europea, sus libros triunfan all¨¢ donde van, se manejan y saben manejar al p¨²blico, pero se parecen en poco m¨¢s. Bernard Minier (Beziers, 1960) y Philip Kerr (Edimburgo, 1956) reciben a EL PA?S durante Valencia Negra, un festival que ha cerrado su quinta edici¨®n superando todas las expectativas. ¡°Me da pereza. Somos todos terriblemente perezosos. Te tienes que inventar una respuesta cada vez y es una mierda¡±, responde directo Kerr cuando se les pregunta por el agujero temporal entre la publicaci¨®n de un libro en su pa¨ªs y la promoci¨®n en Espa?a. ¡°Necesitas buena memoria. No me puedo imaginar c¨®mo tiene que ser cuando llevas una carrera tan amplia como la de Kerr¡±, replica Minier en un muy buen espa?ol que pronto abandona para que la entrevista sea en ingl¨¦s y no el cruce franc¨¦s-espa?ol-ingl¨¦s que tan poco estaba haciendo por la comprensi¨®n.
Kerr y Minier son dos caras del ¨¦xito de la novela negra contempor¨¢nea. El primero, triunfa desde finales de los ochenta y principios de los noventa con La trilog¨ªa de Berl¨ªn (que ahora reedita en un solo volumen RBA) y ha llegado hasta los 12 libros con su protagonista, Bernie Gunther, uno de los grandes personajes del g¨¦nero en la actualidad. En La dama de Zagreb, ¨²ltimo de la serie publicado en Espa?a, el superviviente nato que es Gunther, el campe¨®n mundial del cinismo, se encuentra en plenitud de forma.
Minier, por su parte, es un funcionario de aduanas transformado en maestro del thriller a una edad m¨¢s tard¨ªa; un autor que con las tres primeras novelas de su comandante Servaz supuso un impulso renovador al g¨¦nero en Francia.
Su forma de ver las cosas y de responder a las preguntas hablan por s¨ª solas de cada personaje. ¡°Esto ya no es cuesti¨®n de dinero¡± responde un altivo y punzante Kerr cuando se le pregunta si no tiene miedo a encasillarse en un personaje y en c¨®mo se puede evitar la repetici¨®n. ¡°Llevo desde los diez a?os contando historias. Pero la gente no quiere cosas nuevas. Mira a los que m¨¢s venden. ?Hacen el mismo libro todo el rato!¡±, a?ade como si no fuera miembro del club.
No soy un escritor de novela negra. Muchos de ellos son unos gilipollas" Philip Kerr
¡°Se puede escribir otra cosa para escapar. Tras las novelas de Servaz, yo escrib¨ª un one shot (libro cerrado, sin m¨¢s entregas) titulado Une putaine d¡¯histoire¡±, contesta Minier, enfrascado en la promoci¨®n de Nuit, la cuarta aventura de este peculiar comandante. ¡°Crear un personaje as¨ª supone una relaci¨®n especial con los lectores, que conocen a mis personajes mejor que yo¡±, explica el autor de No apagues la luz (Salamandra). ¡°Llega un lector de repente y te cuenta cosas de tu personaje que ni imaginabas y lo trata como si fuera una persona. Es sorprendente¡±, completa el autor escoc¨¦s.
Lo que tienen en com¨²n el f¨²tbol y el g¨¦nero negro es que es muy complicado durar Bernard Minier
El cisma llega de manera irremediable, entre pullas, sonrisas y alguna mirada torva, cuando se habla del g¨¦nero, de la salud de la novela negra, un tema que de no ser por lo jugoso que resulta, deber¨ªa estar desterrado por t¨®pico de la bater¨ªa de preguntas de cualquier periodista especializado. Pero, cr¨¦anme, mereci¨® la pena. ¡°Tengo una confesi¨®n que hacer¡±, asegura Kerr. ¡°No soy un escritor de novela negra. Muchos de ellos son unos gilipollas. Leemos libros, no novelas negras. Hay autores que hablan de las reglas del g¨¦nero. La ¨²nica regla que hay que respetar es la que nos lleva a hacer buenos personajes y a escribir buenas novelas. El problema de la novela tradicional es que ha cre¨ªdo que la paciencia de los lectores dura para siempre¡±.
La gente no quiere cosas nuevas. Mira a los que m¨¢s venden. ?Hacen el mismo libro todo el rato!¡± Philip Kerr
¡°Estamos en un festival de g¨¦nero y hay un mont¨®n de escritores que dicen que no son autores de novela negra. La novela negra no es una enfermedad ven¨¦rea¡±, contesta muy serio Minier. ¡°El problema es que sobran novelas, faltan filtros. Ese es el trabajo que deber¨ªan hacer las editoriales y que no est¨¢n haciendo. Todos piensan que es el nuevo grial. En Francia el a?o pasado se publicaron 1.800 t¨ªtulos de g¨¦nero negro entre novelas en franc¨¦s y traducidas. Hay tambi¨¦n demasiados festivales¡±, cuenta Minier para explicar la amenaza a la que se enfrenta el g¨¦nero incluso en para¨ªsos como Francia, donde el autor de El c¨ªrculo lleva cientos de miles de libros vendidos.
¡°S¨ª, en Reino Unido es igual, cada jodida ciudad tiene su festival¡±, contesta Kerr para buscar un punto de encuentro. El f¨²tbol servir¨¢ para rematar el asunto. El autor de la serie de Scott Manson (RBA), un entrenador brit¨¢nico a trav¨¦s del que vemos la miseria del f¨²tbol, es fan irredento del Arsenal y tiene muy claro por qu¨¦ le gusta tanto el deporte rey y qu¨¦ tipo de relaci¨®n tiene con ¨¦l. ¡°Con el f¨²tbol aprendes a desconfiar. En el f¨²tbol est¨¢ bien odiar al otro. No basta con que ganes, tu rival tiene que perder¡±. Tambi¨¦n, sabe lo que no le gusta: ¡°El dinero ha arruinado el f¨²tbol. Ya no es un deporte, ya no es un juego, es un negocio¡±.
Minier, aficionado del Olympique de Marsella, tira de Albert Camus para explicar lo que podemos aprender del f¨²tbol y remata con una ense?anza. ¡°Lo que tienen en com¨²n el f¨²tbol y el g¨¦nero negro es que es muy complicado durar¡±.
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