Caballero Bonald, un estilo implacable y leal a la palabra
La Residencia de Estudiantes rinde homenaje al portentoso poeta, que acaba de publicar en prosa ¡®Examen de ingenios¡¯
Hace tiempo que Jos¨¦ Manuel Caballero Bonald no recibe la visita inesperada de la poes¨ªa. Esa vieja dama ha disfrutado tanto de su cortejo a lo largo de sus 91 a?os, adicta a la seducci¨®n de sus dotes, que hasta se le puede perdonar el desd¨¦n. Pero este lunes, la muy coqueta, asisti¨® discretamente a la Residencia de Estudiantes para ser dicha en boca de tres generaciones po¨¦ticas, como homenaje al autor. Esa casa del arte, la ciencia y la poes¨ªa acog¨ªa una fiesta en torno a su figura, aprovechando que acaba de dar otro golpe de maestr¨ªa a trav¨¦s de 100 poderosos retratos, titulado Examen de ingenios (Seix Barral), y que, ante todo, lo merece. Porque s¨ª.
Leyeron poemas suyos Clara Jan¨¦s, Antonio Lucas, Aurora Luque, Carlos Pardo, Jos¨¦ Luis Rey y Javier Rodr¨ªguez Marcos, presentados por el director de la Instituci¨®n Libre de Ense?anza, Jos¨¦ Garc¨ªa Velasco. Antes, el cineasta Manuel Guti¨¦rrez Arag¨®n, traz¨® el itinerario del centenar de perfiles reci¨¦n publicados. Un largo hilo de perfume y azufre por el que se pasean autores de todas las generaciones, desde el 98 hasta los vivos, sin olvidar m¨²sicos, artistas pl¨¢sticos, pensadores y compa?eros de farra po¨¦tica. De Azor¨ªn y Baroja a Cela, de La ni?a de los peines a Gades, Caballero Bonald extiende su memoria de p¨¢jaro insobornable sobre los caudales de todas las haza?as, ponzo?as y desdichas en esa radiograf¨ªa de un siglo.
¡°No dir¨ªa que son mordaces, pero s¨ª implacables¡±, coment¨® Guti¨¦rrez Arag¨®n, como agradeciendo quedar ausente del plantel, algo que tambi¨¦n valor¨® en su justa medida Rodr¨ªguez Marcos. Doble alivio. Pero lo cierto es que quienes quedan brillan hasta en sus miserias, gracias a la portentosa eficacia de su lenguaje. ¡°Pepe se ha mostrado siempre contra la sencillez cuando esta es utilizada como treta de los incapaces. En ese caso, dir¨ªa m¨¢s bien, que desprecia lo que podr¨ªamos denominar sencillismo¡±, cont¨® Guti¨¦rrez Arag¨®n.
Y prueba de ello es la estela con la que su obra ha marcado el futuro. Ah¨ª estaba la escritora Clara Jan¨¦s para hablar de la capacidad paliativa de su poes¨ªa. Pero tambi¨¦n los m¨¢s j¨®venes, como Lucas, que aprendi¨® de ¨¦l, dice, "esa capacidad de lanzar las palabras m¨¢s lejos que la vida". O que se mostr¨® convencido de que el maestro era de aquellos creadores cuyos poemas durar¨¢n m¨¢s que las ciudades en las que los escribi¨®.
Como dijo Guti¨¦rrez Arag¨®n, dejando patente de que si como en ¨¦l resulta m¨¢s que palpable que el destino es el estilo, ¡°a Caballero Bonald le queda mucho estilo por delante¡±
Ese sedimento de los grandes es el que tiene Caballero Bonald sin que muchos se lo discutan. Porque su obra se ha forjado, seg¨²n la poeta Aurora Luque, "como una cuesti¨®n de fidelidad tormentosa y absoluta a las palabras, unida a cierta er¨®tica codicia hacia el habla de la gente". O esa destreza, naturalidad incluso, que el escritor y cr¨ªtico Carlos Pardo encuentra a la hora de nombrar la realidad con la misma contundencia que los sue?os. Todo eso, comenta el periodista de EL PA?S Rodr¨ªguez Marcos, le ha alejado de la tentaci¨®n que ten¨ªa Cela de convertirse en el ¨²nico, como deja reflejado en su perfil del autor el propio Caballero Bonald, "pero le ha permitido ser ¨²nico".
Cerr¨® el homenaje otra de sus pasiones: el flamenco. Su gran amigo, Jos¨¦ Mar¨ªa Vel¨¢zquez-Gaztelu, cuenta que por Andaluc¨ªa, a su compadre "no lo consideran de esa estirpe que bien parece definir a aquellos que recetan remedios de botica contra la diarrea: los flamenc¨®logos". Que lo ven simplemente como un flamenco. Y de esa guisa se present¨® el maestro, ataviado con sombrero antes de que cerraran la fiesta los hermanos David y Alfredo Lagos al cante y la guitarra.
Agradeci¨® el poeta a los presentes. Dijo que se trataba de un homenaje inmerecido y que le llegaba "en condiciones muy desmejoradas". Ment¨ªa¡ Anda como un pr¨ªncipe. Taconeando impronta, o como dijo Guti¨¦rrez Arag¨®n, dejando patente de que si como en ¨¦l resulta m¨¢s que palpable que el destino es el estilo, ¡°a Caballero Bonald le queda mucho estilo por delante¡±.
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