Ricardo Dar¨ªn, el presidente m¨¢s misterioso de Argentina

El presidente argentino Hern¨¢n Blanco lleva solo seis meses en el poder, y todav¨ªa ha logrado mantener cierto misterio sobre su pasado. Mucha gente no sabe si es un t¨ªtere en manos de su jefe de gabinete o si es que sencillamente no tiene nada que esconder bajo su pulcra fachada. En ese momento llega una tensa cumbre de presidentes latinoamericanos en Chile, mientras intenta ayudar a su hija, en plena crisis emocional.

As¨ª contado, La cordillera, de Santiago Mitre, parece un thriller pol¨ªtico, pero como ocurr¨ªa en las anteriores pel¨ªculas del bonaerense (El estudiante y Paulina), dentro hay mucho m¨¢s. Est¨¢, es obvio, El resplandor, por el encierro en un hotel y la claustrofobia creada por la nieve. Pero ante todo, el nervio de Roman Polanski marca el tono y la narraci¨®n. ¡°Es curioso¡±, cuenta Ricardo Dar¨ªn ¨Cque encarna al presidente Blanco- en una sala del Palacio de Festivales de Cannes. ¡°Ayer por la noche le vi, s¨ª, a Polanski. Estaba solo apoyado en una barandilla, y me tir¨¦ a sus brazos. Nada, un par de palabras y ya est¨¢. Pero¡­¡±. A su lado, Mitre, en la primera entrevista que marca su jornada de trabajo en Cannes, ya que el filme participa en Una Cierta Mirada, con su apuesta por lo mefistof¨¦lico en un viaje que uno de sus productores califica como ¡°Capra al rev¨¦s¡±. ¡°Durante la filmaci¨®n, es curioso, casi no hablamos de Polanski¡±, recuerda el actor. ¡°Fue un rodaje ¨¢spero, a m¨¢s de 3.000 metros de altura, con mucho equipo, y algunos se nos desmayaban¡±.

Mitre aseguraba que la sombra del francopolaco ha ido creciendo seg¨²n iban completando el filme. ¡°Intent¨¦ evitar los tintes de thriller pol¨ªtico tradicional, empezaron a crecer los elementos fant¨¢sticos y naci¨® ese tono inquietante¡±. Entre las referencias, La semilla del diablo o El quim¨¦rico inquilino. ¡°Son culpables del abordaje po¨¦tico e inquietante de esta inmersi¨®n en el ejercicio del poder¡±. O, como se escucha en la pel¨ªcula, "el mal existe y uno no llega a presidente sin haberlo visto un par de veces al menos".

En el centro, un pol¨ªtico que proclama su normalidad, aunque algunos apuntes ense?an otro fondo. ¡°Es parte del atractivo del guion de Santiago. Se intuye, se vislumbra, se percibe algo de esta gente, los gobernantes, m¨¢s all¨¢ de lo que declaran. Ellos deciden por todos nosotros y a veces se nos olvida que lidian con sus problemas personales¡±, cuenta Dar¨ªn. Su Blanco es m¨¢s atractivo que la mayor¨ªa de los gobernantes actuales. ¡°Y no s¨¦ si eso va a su favor o en su contra. A lo largo de la historia vemos tres o cuatro gui?os que muestran que prefiere cortarse solo, que est¨¢ pensando y organizando por detr¨¢s, m¨¢s all¨¢ de lo que le digan sus asesores¡±. Y contin¨²a: ¡°Est¨¢ construyendo su poder, lleg¨® de una manera distinta de la presidencia, sin pertenecer a ninguna familia pol¨ªtica¡±. ¡°Una especie de Macron¡±, interrumpe Mitre. ¡°Es una caja de sorpresas¡±, remata Dar¨ªn.

"Ellos deciden por todos nosotros y a veces se nos olvida que lidian con sus propios problemas personales" (Ricardo Dar¨ªn)

La atm¨®sfera, el hotel y el aislamiento de El resplandor estaban en el libreto. ¡°Pero encontramos el lugar por casualidad, durante la reescritura, cuando empezamos a localizar¡±, cuenta Mitre. La carrera de director va a m¨¢s. ¡°Bueno, aparecieron cosas que no pude hacer en mis trabajos previos¡±. ?Por ejemplo? ¡°El cambio de una ficci¨®n realista a un tono que se endurece para trabajar momentos on¨ªricos¡±.

El actor argentino pasar¨¢ el verano en Espa?a entre las representaciones en Madrid de Escenas de un matrimonio en el teatro y el rodaje del thriller en espa?ol del iran¨ª Asghar Farhadi con Javier Bardem y Pen¨¦lope Cruz. Junto a Dar¨ªn, en La cordillera est¨¢n Dolores Fonzi (Paulina) como su hija, ?rica Rivas (Relatos salvajes) como su asistente, Elena Anaya como periodista, Alfredo Castro como m¨¦dico y otros actores de peso para dar vida a los presidentes de otros pa¨ªses, como la chilena Paulina Garc¨ªa o el mexicano Daniel Gim¨¦nez Cacho. Y Christian Slater, porque los estadounidenses siempre est¨¢n ah¨ª, en las cloacas del poder. ?Qu¨¦ pensar¨¢n los presidentes mexicanos y argentinos cuando vean la pel¨ªcula? ¡°Los mexicanos son tan cr¨ªticos con su clase pol¨ªtica¡±, dice Mitre, ¡°que probablemente les gustar¨¢". "Y los argentinos nos quejamos de todo, as¨ª que¡­¡±. O como confirma Dar¨ªn: ¡°Tenemos gimnasia de queja. Cada uno volcar¨¢ su apreciaci¨®n hacia donde le interese. En el fondo, eso es lo que queremos, que el espectador decida¡±.