La soledad de la melancol¨ªa
'Entre los dos' es una 'road movie' de ¨¢ridos paisajes con antih¨¦roe contempor¨¢neo
La soledad melanc¨®lica, se?a de identidad del antih¨¦roe en el western crepuscular, junto a la acerada violencia y a un fuerte componente antisocial, es capaz de te?ir con colores de subg¨¦nero errante cualquier otra pel¨ªcula que, en principio, poco tenga que ver con las derivaciones de un relato del Oeste. Es lo que ocurre con la irlandesa Entre los dos, road movie de ¨¢ridos paisajes con antih¨¦roe contempor¨¢neo dentro: un exconvicto encargado de adoptar a su sobrina hu¨¦rfana. Sin embargo, partiendo de estereotipos sobre el fracaso vital, su director, el novel Mark Noonan, es capaz de huir del atractivo rechazo moral que se puede sentir con tales personajes, para acabar abrazando una dulzura emocional que, por una parte, puede hacerle llegar a un arco de p¨²blico menos dotado para la molestia, mientras por otro la alejar¨¢ de los ap¨®stoles de la ambig¨¹edad del comportamiento, que somos minor¨ªa, pero m¨¢s aguerrida.
ENTRE LOS DOS
Direcci¨®n: Mark Noonan.
Int¨¦rpretes: Aidan Gillen, Lauren Kinsella, Erika Sainte, George Pistereanu.
G¨¦nero: drama. Irlanda, 2016.
Duraci¨®n: 82 minutos.
El personaje de Aidan Gillen, estrella de la televisi¨®n gracias a series como The Wire y Juego de tronos, fiel a sus inicios irlandeses en pel¨ªculas tan atractivas como En el nombre del hijo, tiene adem¨¢s todas las trazas del cowboy errante de oscuro pasado (?por qu¨¦ ha pasado a?os en la c¨¢rcel?), con una nueva misi¨®n, casi evangelizadora. Y es ah¨ª, en los encuentros con las figuras secundarias, donde Noonan decide querer demasiado a sus personajes. Una opci¨®n de decencia en el arco de la mayor¨ªa de los roles que lleva a la pel¨ªcula hasta una calmada amabilidad, pese a sus peligrosos factores sociales, entre ellos, nada menos que la violencia de g¨¦nero.
As¨ª, y pese a que a veces deja un cierto regusto a ya vista, y a que acude con demasiada asiduidad a los interludios musicales de corte indie para hacer fluir el relato, la pel¨ªcula se ve con agradecido sentimiento, con la sensaci¨®n de la caricia y el leve pellizco.
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