Reencuentro con Daulte
¡°El teatro no es ni para algunos ni para todos; es para cualquiera¡±, resalta el director argentino
Cita con Javier Daulte, al que hace siete a?os que no ve¨ªa, desde que volvi¨® a su Buenos Aires natal. Desde 2006 a 2010 vivi¨® en Barcelona, donde present¨® media docena de obras, dirigi¨® la sala Villarroel, ense?¨® y fue una influencia notable para dramaturgos y actores. Desde entonces no ha parado ni un momento, con grandes ¨¦xitos en la calle Corrientes de Buenos Aires (Un dios salvaje, Baraka, Lluvia constante y Los vecinos de arriba, entre muchas otras), o en elOff, donde presenta sus comedias, como el d¨ªptico Vestuarios, Personitas, o Clarividentes, que acaba de estrenar en su propia sala, Espacio Callej¨®n, en el barrio de Almagro, que mantiene una programaci¨®n viv¨ªsima. Y su primer Shakespeare, Macbeth, en el San Mart¨ªn, teatro municipal argentino.
Reanudamos la conversaci¨®n como si no se hubiera interrumpido. Daulte sigue fiel a sus divisas: ¡°No creo en la dicotom¨ªa entre elitista y popular. El teatro no es ni para algunos ni para todos; es para cualquiera. Los verdaderos enemigos del teatro son la frivolidad y la solemnidad. El teatro l¨²dico tiende a volverse fr¨ªvolo, sin emociones verdaderas, y el comprometido tiende a ser solemne. Yo creo en el juego: jugar en serio. Contar historias extraordinarias. No hago una obra porque la entienda, sino porque me seduce. Es como el amor: para que la pareja dure ha de conservar el misterio, lo que yo llamo el ¨¢nima de la escena.
Juego en la escena, en la literatura ¡ªen febrero public¨® su primera novela, El circuito escalera (Alfaguara), que ya lleva dos ediciones¡ª y juego en televisi¨®n, para la que ya ha escrito varias series. En 2010, me entusiasm¨® Para vestir santos, un trabajo de 37 episodios, al que siguieron Tiempos compulsivos (2012) y Silencios de familia (2016). Daulte es lo m¨¢s parecido a un showrunner: se encarga de argumentos y di¨¢logos, propone reparto y se le consulta cualquier decisi¨®n. ?Cine?
¡°No, gracias: demasiado esfuerzo para que muera en un fin de semana. La televisi¨®n llega a mucha m¨¢s gente, y en cierto modo es m¨¢s experimental que el cine, donde todo est¨¢ m¨¢s compartimentado. Por otro lado, parece que se perdi¨® el rito: vemos cine en casa, los cines est¨¢n vac¨ªos. En el teatro, en cambio, perdura la ceremonia del directo y de lo irrepetible¡±.
Hablamos, como no, de la escena de Buenos Aires. ¡°Sigue muy viva, pese a todas las crisis. Entre Corrientes y Callao hasta pasado el Obelisco existen 30 o 40 teatros, y la escena alternativa sobrepasa los cien. El Nacional, el Cervantes, est¨¢n ahora en manos de Alejandro Tantanian, autor y director amante del riesgo, cosa poco frecuente. El San Mart¨ªn se est¨¢ reabriendo, estuvo cerrado por reformas. En el teatro alternativo hay, para mi gusto, un cierto exceso de costumbrismo. Cosas muy buenas, muy bien hechas, pero un poco limitadas gen¨¦ricamente. Y sobreabundancia de estrenos¡±. Un deseo: ¡°Me muero de ganas de dirigir a Javier Bardem. Por lo que yo s¨¦, apenas ha hecho teatro, pero me parece un actor ¨²nico, al mismo tiempo, visceral y muy preciso¡±.
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