Jaleos, venganzas y David Lynch a lo suyo
Cuando Fran?ois Ozon est¨¢ inspirado puede hacer pel¨ªculas desasosegantes, pero en otras ocasiones bordea el rid¨ªculo
Aunque en alguna olvidable ocasi¨®n haya sido tentado por la comedia, el cine del director franc¨¦s Fran?ois Ozon siente debilidad ancestral por la esquizofrenia y las tinieblas que habitan en el cerebro de gente aparentemente estable, el desdoblamiento de personalidad, la perversi¨®n er¨®tica, la certidumbre de que nada es lo que parece. Deudor de Hitchcock, cuando Ozon est¨¢ inspirado puede hacer pel¨ªculas desasosegantes, pero en otras ocasiones sus delirios mentales bordean el rid¨ªculo. En El amante doble, una mujer joven y hermosa, que se siente sola y acosada por sus fantasmas, acude a un psicoanalista. La relaci¨®n entre m¨¦dico y paciente termina pronto. Al enamorarse y decidir vivir juntos, la felicidad no dura mucho, ya que la dama descubre que su amante tiene un hermano gemelo y tambi¨¦n psicoanalista, sexy y violento, con el que acabar¨¢ li¨¢ndose.
Trat¨¢ndose de Ozon sabemos que realidad y fantas¨ªa van a entremezclarse, que lo que vemos tal vez solo exista en la enferma cabeza de la protagonista. Este argumento le permite a su creador todo tipo de desparrames psicol¨®gicos y onanismos mentales. Reconozco que las trampas est¨¢n narradas con estilo. Pero, sobre todo, dispone en cada plano de una actriz a la que descubri¨® en Joven y bonita. Se llama Marine Vacth y su belleza posee im¨¢n. O sea, que tal vez me pierda en la retorcida historia que cuenta el director, pero la presencia continua de esta mujer hace imposible que te desentiendas. Los giros del guion y la sorpresa final pueden dejarte fr¨ªo, pero observar a esta belleza sofisticada te compensa.
Doy por supuesto que el director alem¨¢n de descendencia turca Fatih Akin es consciente de que para los yihadistas el enemigo a exterminar somos los ciudadanos de cualquier parte y condici¨®n, pero en su pel¨ªcula In the Fade el solo quiere centrarse en los neonazis que tienen objetivos espec¨ªficos, gentuza que incluso puede prestarse a la farsa de militar en el juego democr¨¢tico, pero que ante todo creen en los bombazos para acabar con la escoria que representan para ellos todo tipo de inmigrantes. Una mujer alemana que se cas¨® en la c¨¢rcel con su antiguo camello, que lleva una vida redimida y pl¨¢cida con este descendiente de turcos y con su peque?o hijo, ve c¨®mo ambos vuelan por los aires al estallar una bomba casera en la agencia de viajes que poseen. Los asesinos son una pareja muy unida, sobre todo por su veneraci¨®n a Hitler. Esta viuda completamente rota, que vuelve a meterse coca y a fumar chinos, para soportar el dolor, suicida frustrada, decide estar presente en el proceso legal contra los que destruyeron su vida. Pero existen resquicios jur¨ªdicos o falsos testigos que pueden evitar la condena de los culpables. Y entonces solo existe la venganza. Akin narra con fuerza expresiva y veracidad esta terrible historia. El desenlace puede crear dudas morales en el espectador civilizado. Personalmente, entiendo la decisi¨®n de la acorralada v¨ªctima.
Cannes, supremo sacerdote de la pureza de las pel¨ªculas, pero siempre al loro de lo que marcan los tiempos, ha comprendido que el negocio est¨¢ cambiando a toda velocidad y exhibe en su programaci¨®n los dos primeros cap¨ªtulos de una serie de televisi¨®n, formato que antes no hubiera tenido cabida en un lugar tan distinguido como este. No es una serie cualquiera, por supuesto. La firma David Lynch, uno de los eternos popes sagrados del festival y supone la continuaci¨®n de Twin Peaks 25 a?os despu¨¦s. En la ¨¦poca de su estreno solo me sent¨ª fascinado por los primeros cap¨ªtulos y por la inolvidable m¨²sica de Angelo Badalamenti. El resto me pareci¨® delirante, me aburri¨®, algo que me ocurre tambi¨¦n con el modern¨ªsimo, alucinado y rompedor cine de Lynch, a excepci¨®n de las maravillosas El hombre elefante y Una historia verdadera. Lo que he visto del nuevo Twin Peaks es m¨¢s de lo mismo, enigmas sin soluci¨®n, delirios gratuitos, atm¨®sfera identificable, sonidos y ruidos muy cuidados, personajes y situaciones esperp¨¦nticas, militante ausencia de l¨®gica. Los adictos no se sentir¨¢n estafados.
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