Primavera Sound: La marat¨®n del mel¨®mano
El festival declara en Barcelona la apertura del verano musical
Es como una cueva de Al¨ª Bab¨¢, pero en lugar de joyas y riquezas producto del robo, atesora los nombres de centenares de artistas, contratados con mayor o menor dificultad y en muchos casos dej¨¢ndose en la empresa el valor de los m¨¢s caros lujos asi¨¢ticos. Es el Primavera Sound, cuya celebraci¨®n entre hoy, jornada gratuita de bienvenida en el F¨®rum, y la madrugada del domingo viene a ser una suerte de estado de la naci¨®n musical. Con ¨¦l se inicia la temporada festivalera de manera oficial todo y que no es el primer festival al aire libre, y como muchas de las actividades que tienen lugar en Barcelona no ser¨ªa comprensible, ni probablemente tampoco factible, sin la aportaci¨®n de los turistas que bien de paso, bien ex profeso, se acercan a la capital mediterr¨¢nea para dejarse acunar por el imbatible encanto de la m¨²sica al aire libre junto al mar. ?Cursi?, quiz¨¢s, pero tambi¨¦n imbatible.
Y esa variaci¨®n musical ha ido perfil¨¢ndose como uno de los argumentos con los que el Primavera Sound desea sobrevivir a su propio ¨¦xito proyect¨¢ndose m¨¢s all¨¢ de los gustos del colectivo indie que lo vio nacer y al cual satisfizo con su existencia. Por ejemplo, la m¨²sica negra est¨¢ siendo cada vez m¨¢s importante, todo y que en a?os como el presente ha tenido el contratiempo de ver anulada la presencia de Frank Ocean, uno de sus indiscutibles cabezas de cartel y muestra de musculatura econ¨®mica de un festival que ya ha visto a estrellas de la talla de Kendrick Lamar. Como consuelo, en absoluto menor, Solange, la hermana de Beyonc¨¦, dejar¨¢ constancia de su elegancia satinada, un rhythm and blues urbano de penumbra marcado por la sutileza. Por sendas similares caminan Miguel, otro aspirante al trono del sat¨¦n urbano y Sampha, un ingl¨¦s que ya ha colaborado con Kanye West o Drake, gemas de la m¨²sica negra contempor¨¢nea. Si sumamos a Run The Jewell tendremos un cuarteto de estrellas de primer nivel en cuanto a inter¨¦s art¨ªstico. La palabra rimada, aunque con menos sutileza y m¨¢s m¨²sculo, tiene en Kate Tempest, Skepta y los furibundos Sleaford Mods ¨Cexplicados ya en dos documentales cuya evoluci¨®n muestra el crecimiento en popularidad proletaria del d¨²o- otros nombres destacados.
Como todos los festivales que se precien, la memoria es b¨¢sica en el Primavera. Y es que es sabido que a medida que la edad pasa por el aficionado a la m¨²sica, la apertura de miras se impone en sus gustos. El joven de ayer siente curiosidad, y en el caso de no haber nacido cuando Van Morrison grab¨® su Astral Weeks, o de no haber reparado en ¨¦l cuando edit¨® Day¡¯s like this en los noventa, sabe de su talento y se beneficiar¨¢ de que el gru?¨®n de Belfast venga con un concierto completo, nada de recuperaciones de ¨¢lbumes se?eros para quien quiere vivir a destiempo lo que no le toc¨® vivir por edad. Grace Jones ser¨¢ otra recuperaci¨®n, ¨¦sta en sentido estricto, mientras que otros veteranos como Front 242 o Swans, quienes viven una en¨¦sima y briosa juventud, completan los nombres destacados de una memoria que cuenta tambi¨¦n con el pop de The Zombies, el punk de Descendents o The Damned o, en clave indie, con los mel¨®dicos Teenage Fanclub.
Pero donde el Primavera es ¡°el puto amo¡± de los festivales es en el apartado internacional de lo que se llam¨® m¨²sica indie, hoy m¨²sica de aficionados que frisan la cuarentena. Para ellos el festival suelta su traca con The Arcade Fire (post hipismo festivo), The XX (electr¨®nica pop crepuscular), Bon Iver (la sorprendente mezcla entre folk sensible y autotune) o The Magnetic Fields (pop confesional). Si sumamos a !!! (Chk, Chk, Chk) y su juerga bailable y nuevos nombres como los de Angel Olsen (folk-rock), Whitney (solo por escuchar la molicie pop de No woman vale la pena un concierto), tendremos un cartel muy atractivo. Sum¨¦mosle un fascinante viaje a Brasil con Seu Jorge haciendo a Bowie en tropical y Elza Soares, una octogenaria que hace un tema sobre copular, Para fuder, con absoluta credibilidad; la presencia de Aphex Twin (en el Doctor Music Festival del 97 esguinz¨® piernas y cerebro del p¨²blico) o Flying Lotus como representantes de la escena electr¨®nica y el gui?o metalero de rigor con Slayer o Gojira, completaremos, decenas de nombres al margen, entre ellos toda la electr¨®nica del Primavera Bits en su escenario playero, un cartel no sorprendente pero s¨ª competente. No se olvide que un festival no contrata a quien quiere, sino a quien gire y quiera.
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