Visionarios de cuerda
El pionero Cuarteto Casals cumple 20 a?os con un amplio reconocimiento
Su cuartel general, donde ensayan, es un local de una tranquila casa del barrio del Guinard¨®, de Barcelona. Rodeados de sus cosas, premios, fotos de Beethoven, Mozart, Vivaldi, sus instrumentos, un piano y una especial reproducci¨®n de un pastel que les regalaron esta primavera, cuando se cumplieron los 20 a?os de su debut, en Toledo. En los pisos de la tarta est¨¢n reproducidos los integrantes del Cuarteto Casals con sus instrumentos: Vera Mart¨ªnez y Abel Tom¨¤s (violines), Jonathan Brown (viola) y Arnau Tom¨¤s (violonchelo). 20 a?os desde que decidieron formar un cuarteto de cuerda, un tipo de formaci¨®n en Espa?a sin demasiada tradici¨®n. ¡°Vimos que era una buena salida de la m¨²sica cl¨¢sica, que era una buena combinaci¨®n¡±, explica Abel.
Enumeran m¨¢s razones: ¡°Por el repertorio que es ampl¨ªsimo y porque muchas de las mejores obras son para cuartetos. Con un cuarteto se puede tocar cualquier composici¨®n, desde una sinfon¨ªa, una sonata para cuatro manos o el R¨¦quiem de Mozart. Es una formaci¨®n muy completa y rica¡±, apunta Vera. La ensemble del Cuarteto Casals se empez¨® a gestar en las aulas de la Escuela Reina Sof¨ªa, de Madrid, donde se formaron tres de ellos.
Los primeros en coincidir tocando en diferentes grupos de c¨¢mara de la escuela fueron Vera y Arnau, luego se sum¨® el que fue el primer violista de la formaci¨®n Andoni Mercero ¡ªBrown, el actual, se incorpor¨® en 2002¡ª y por ¨²ltimo, Abel, el m¨¢s joven. Todo eso pasaba en los primeros a?os de los 90. ¡°Nuestro gran maestro en el Reina Sof¨ªa fue Rainer Schmitt y nos anim¨® a ir a Colonia si realmente quer¨ªamos crecer como cuarteto de cuerda¡±, a?ade.
El cuarteto es mucho m¨¢s enriquecedor, aunque no te da la estabilidad de una orquesta Jonathan Brown
En Colonia estuvieron cuatro a?os con un ritmo de ensayos y trabajo endiablado: ¡°No menos de siete u ocho horas todos juntos, adem¨¢s de la pr¨¢ctica individual. Tuvimos la suerte de conseguir una beca que nos ayud¨® a dedicarnos solamente a ensayar, estudiar, y preparar los cursos y empezar un poco la carrera¡±, explica Abel. Una carrera que empez¨® de forma simult¨¢nea con conciertos y present¨¢ndose a concursos internacionales. El primer premio lleg¨® en 2000, en Londres; el segundo, dos a?os m¨¢s tarde, el Johannes Brahms, de Hamburgo. El fichaje de Brown, tambi¨¦n norteamericano en 2002, fue fruto, en cierto modo, del azar: ¡°Cuando estaban buscando un instrumentista coincidimos Abel y yo en Salzsburgo en un concierto en el que tocaba yo. Dos meses m¨¢s tarde me present¨¦ a una prueba que hac¨ªan en Colonia¡±, comenta Brown.
Tras los primeros premios se sucedieron los conciertos y el Cuarteto Casals toc¨® en el top ten de la cl¨¢sica: desde la Philarmonie de Berl¨ªn, el Lincoln Center de Nueva York o el Wigmore Hall de Londres. Hasta que tuvieron otro golpe de suerte: ¡°Se produjo un cambio legislativo en los estudios musicales en Espa?a y se introdujo el Cuarteto de Cuerda en los planes de los conservatorios y en 2003 volvimos a Espa?a. Fue una ¨¦poca de auge, antes de la crisis¡±, comenta Abel. Los cuatro fueron profesores en la Escuela Superior de M¨²sica de Catalu?a (ESMUC) y en Zaragoza. Sostienen que dar clases ¡°es muy importante¡± porque da la seguridad econ¨®mica que no dan los conciertos: ¡°s¨ª que se ha producido cierto auge con las formaciones de c¨¢mara pero el n¨²mero de conciertos es limitado y, adem¨¢s, la mayor parte son fuera de Espa?a¡±, subraya Vera. En su caso, el 85% de sus compromisos son en el extranjero y esas prolongadas ausencias de Barcelona, donde viven los cuatro con sus familias ¨Cexcepto Andreu, los otros tres tienen ni?os peque?os¨C es lo que llevan peor.
Ninguno ha barajado la posibilidad de integrarse en una orquesta. ¡°El cuarteto es mucho m¨¢s enriquecedor, evidentemente no te da la estabilidad de una orquesta. Pero tambi¨¦n es mucho m¨¢s aut¨®nomo, lo decidimos todo entre los cuatro, empezando por el repertorio. Es un esfuerzo por un entendimiento constante, todo un ejercicio de democracia¡±, enfatiza Brown.
Beethoven, Mozart, Bach, Brahms, pero tambi¨¦n Debussy o Ravel. Es dif¨ªcil que se pronuncien sobre sus compositores preferidos. Manda el repertorio cl¨¢sico con incursiones en la contempor¨¢nea. El Cuarteto Casals se atrevi¨®, al poco de su formaci¨®n, con los cuartetos de cuerda de Schubert. Este a?o el reto es may¨²sculo, la integral de Beethoven, compuesta por 16 piezas de gran complejidad. ¡°Para nosotros es nuestro particular Everest¡±, resume Arnau. Lo interpretar¨¢n primero en la Schubertiada de Vilabertr¨¢n en agosto y lo repetir¨¢n en el Auditorio de Madrid y en el de Barcelona
Su meta es interpretar a los autores lo mejor posible. As¨ª que la composici¨®n, hoy por hoy, la descartan: ¡°Antiguamente los m¨²sicos hac¨ªan sus propias obras, como Sarasate o Casals, pero en los ¨²ltimos a?os hemos ido a un nivel t¨¦cnico tan alto que requiere la m¨¢xima dedicaci¨®n¡±, argumenta Abel. El Cuarteto Casals ha creado escuela en Espa?a y detr¨¢s de ellos se han formado otros grupos, como el Quiroga, con m¨¢s proyecci¨®n internacional.
Afirman que la formaci¨®n en los conservatorios superiores es actualmente mucho mejor que hace 30 a?os y se?alan el Reina Sof¨ªa como el de m¨¢s excelencia. ¡°Pero el problema est¨¢ en la base. En Espa?a la asignatura de musica se ha reducido a algo casi testimonial en primaria y secundaria. Nadie cuestiona el deporte, y qu¨¦ pasa con las artes?¡±, se pregunta Vera. As¨ª las cosas, que un chico o una chica se inicie en la m¨²sica depende, m¨¢s que nunca, de la tradici¨®n familiar. La que existe, por cierto, en los cuatro integrantes del Cuarteto Casals que, despu¨¦s de 20 a?os, se considera como un matrimonio de cuatro bien avenido. Toda una rara avis.
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