Literatura antibalas

Smadar sali¨® a comprar libros el 4 de septiembre de 1997. Nunca volvi¨® a su casa. Tres terroristas suicidas palestinos segaron su vida a los 14 a?os en Jerusal¨¦n. Abir, de diez, cay¨® redonda al suelo a las puertas de su escuela el 16 de enero de 2007. Un polic¨ªa de fronteras israel¨ª la alcanz¨® con una bala de goma. Volv¨ªa de comprar golosinas. Nadie sabe si lleg¨® a probarlas. Sus padres, Rami Elhanan, israel¨ª, y Bassam Aramin, palestino, ten¨ªan todos los boletos para odiar, para odiarse, para entrar, ellos tambi¨¦n, en la espiral de violencia que carcome Israel-Palestina desde 1967. Pero hoy son amigos, pertenecen a una asociaci¨®n de padres donde el dolor los iguala a todos y cuentan su historia a quien quiere escucharles. Es su manera de luchar por la paz. Una bala, razonaron ambos, conduce a otra bala, y se dijeron: ¡°No estamos condenados¡±.

El emocionante ejemplo de Rami Elhanan y Bassam Aramin, que el irland¨¦s Colum McCann conoci¨® el a?o pasado de primera mano en Beit Jala, es una de las arrebatadoras historias reales contenidas en Un reino de olivos y ceniza. Escritores contra la ocupaci¨®n de Palestina (Literatura Random House), un ambicioso libro de ensayos, escrito por autores de 14 pa¨ªses sobre un terreno que casi ninguno hab¨ªa pisado antes, que busca llegar all¨¢ donde no llega el periodismo. Literatura de altura y testimonios en primera persona para llamar la atenci¨®n sobre la violencia y el atropello de los derechos humanos, cuando se cumplen 50 a?os desde que el Ej¨¦rcito israel¨ª ocup¨® Gaza, Cisjordania y Jerusal¨¦n Este tras la Guerra de los Seis D¨ªas (5-10 de junio).

El Nobel peruano, Mario Vargas Llosa, la Pulitzer australiana Geraldine Brooks, el afamado novelista irland¨¦s Colm T¨®ib¨ªn, la india Anita Desai, tres veces finalista del Premio Booker, el conocido escritor, abogado y activista palestino Raja Shehadeh, el israel¨ª Assaf Gavron¡­ y as¨ª hasta 26 autores participan altruistamente en este in¨¦dito proyecto literario de innegable calado pol¨ªtico, que se publica casi simult¨¢neamente en 12 lenguas. Un lanzamiento inusual en su dimensi¨®n similar al que tuvieron recientemente, por ejemplo, las memorias de Bruce Springsteen, confirma Albert Puigdueta, editor de Literatura Random House.

¡°En 1987, El viento amarillo, de David Grossman tuvo un gran impacto en el discurso israel¨ª sobre la ocupaci¨®n¡±, explica Yehuda Shaul, responsable de Breaking the Silence, ONG de exsoldados israel¨ªes muy acosada por el Gobierno, que difunde testimonios sobre los abusos de su Ej¨¦rcito. ¡°La idea era hacer una versi¨®n actual de ese libro [pionero en narrar la realidad de los asentamientos como agresi¨®n a los derechos humanos de los palestinos] con autores israel¨ªes, palestinos e internacionales¡±.

Un reino de olivos y ceniza comenz¨® a gestarse en 2014 cuando la escritora estadounidense Ayelet Waldman, editora del libro con su pareja, Michael Chabon, viaj¨® a Jerusal¨¦n para participar en el Festival Internacional de Escritores. Nacida en Jerusal¨¦n, contact¨® con Breaking the Silence, que la llev¨® a Hebr¨®n, ciudad fantasma donde viven 200.000 palestinos y 800 colonos israel¨ªes protegidos por 650 soldados. Entonces tuvo ¡°un conocimiento claro y visceral de lo que significa la ocupaci¨®n¡±, con sus limitaciones de movimientos, su jurisdicci¨®n militar, sus desahucios, el acceso limitado al agua y a la educaci¨®n para la poblaci¨®n palestina... Hac¨ªa 20 a?os que Waldman no pisaba Israel y le conmovi¨® comprobar que, asesinado el primer ministro Isaac Rabin y sofocada la sangrienta Segunda Intifada, los asentamientos se hab¨ªan expandido, la ocupaci¨®n militar era a¨²n m¨¢s brutal y el optimismo que sali¨® de los Acuerdos de Oslo en los noventa se hab¨ªa esfumado.

Ojos y o¨ªdos frescos

Por primera vez, Waldman se sinti¨® responsable y quiso hacer algo para acabar con la indiferencia ante un conflicto que se les ha resistido durante a?os a presidentes, primeros ministros y premios Nobel. Pero, ?c¨®mo captar la atenci¨®n de la gente? ¡°La narraci¨®n era un territorio libre y sin restricciones¡± que conoc¨ªa bien, explica. Su agenda de contactos hizo el resto. ¡°Elegimos a los mejores narradores que nos vinieron a la mente que no tuvieran opiniones muy definidas sobre el asunto. Quer¨ªamos ojos y o¨ªdos frescos. ?Si el libro es pol¨ªtico? Es literatura sobre gente y situaciones. Si eso es pol¨ªtica es porque hemos politizado la tragedia y la injusticia¡±.

En una regi¨®n en la que los recelos son mutuos y el boicot es el pan nuestro de cada d¨ªa, el proyecto sedujo a reputados autores, convencidos de que la literatura puede mover a la opini¨®n p¨²blica. ¡°El periodismo tiene a veces un impacto m¨¢s llamativo pero, a la larga, la literatura ofrece versiones m¨¢s completas y sutiles de todos los conflictos que vive una sociedad¡±, resume Vargas Llosa. ¡°Al abordar con sensibilidad y como testigo directo las condiciones de vida bajo la ocupaci¨®n, la buena literatura genera empat¨ªa y puede lograr resultados que ning¨²n an¨¢lisis pol¨ªtico conseguir¨ªa¡±, a?ade Shehadeh.

A lo largo de 2016, los escritores viajaron en grupos a Palestina/Israel, recorrieron Cisjordania, vieron los muros, puestos de control, hablaron con activistas palestinos, con colonos jud¨ªos, con asociaciones comprometidas por la paz, sufrieron el bloqueo en Gaza¡­ Y cada uno escribi¨® despu¨¦s, libremente, lo que quiso: sobre el Gandhi de Hebr¨®n y su lucha para mantener alejados a los menores de la violencia, sobre el doble rasero de la justicia, sobre el angustioso viaje en taxi al aeropuerto de Tel Aviv, narrado en primera persona por Shehadeh que debe sortear check-points y carreteras vetadas para ¨¦l. Sobre f¨²tbol. Y tambi¨¦n sobre el tiempo y su importancia: ¡°La ocupaci¨®n te priva de tu humanidad al privarte de la capacidad de controlar el tiempo. Un ser humano libre controla su tiempo¡±. Para los palestinos es un bien escaso desde hace ya 50 a?os. Saben cu¨¢ndo salen pero nunca cu¨¢ndo llegar¨¢n. Un reino de olivos y ceniza viene a recordarlo.