Vivencias de Juan Goytisolo en su viaje a la ciudad sitiada de Sarajevo
El escritor espa?ol comparti¨® con los lectores de EL PA?S su viaje a la capital bosnia en 1993, cercada durante casi cuatro a?os
El escritor e intelectual Juan Goytisolo, galardonado con el premio Cervantes en 2014, public¨® en EL PA?S sus vivencias cuando viaj¨® a la sitiada ciudad de Sarajevo (Bosnia-Herzegovina), en 1993. Los escritos de Goytisolo se compilan en una entrega de nueve cap¨ªtulos, englobadas bajo el t¨ªtulo?Cuaderno de Sarajevo, que se destacan a continuaci¨®n:
Cap¨ªtulo 1. Tirador de ¨¦lite
23 de agosto de 1993
En el trayecto que conduce al aeropuerto de Roissy, en direcci¨®n a la Porte de la Chapelle, los carteles se suceden obsesivamente a lo largo del bulevar: la cara tiznada, viril, de un actor (?Tom Berenger?) con un t¨ªtulo sobreimpreso en may¨²sculas, "Sniper. Tirador de ¨¦lite". La apoteosis del h¨¦roe me acosa a derecha e izquierda, en columnas y vallas publicitarias, como un mensaje particularmente destinado a m¨ª. ?Es un presagio, una se?al, una sibilina advertencia?, ?o simple conocimiento previo por un augur o dios del destino final de un viaje cuyas etapas, las ¨²nicas que figuran en mi billete, son Roma y Split? Imposible saberlo, el taxi alcanza ya la autopista del Norte, cruza el subterr¨¢neo del primer anillo perif¨¦rico y deja atr¨¢s a Par¨ªs, la ¨²ltima imagen de Par¨ªs: el rostro implacable, severo, del Tirador de ¨¦lite, modelo glorioso, sublimado, ideal, de quienes realmente disparan, en Sarajevo. Lee la tribuna completa aqu¨ª
Cap¨ªtulo 2. En la ratonera
24 de agosto de 1993
El viaje a Sarajevo reviste las apariencias de un juego de la oca cuya casilla final sea una ratonera. Los H¨¦rcules militares franceses, que, cargados de ayuda humanitaria, vuelan diariamente de Split a la capital bosnia, reservan de ordinario una docena de asientos laterales a los corresponsales de prensa y funcionarios de las organizaciones y agencias internacionales. En la pista misma del aeropuerto d¨¢lmata descubro que soy el ¨²nico periodista: Sadoko Ogata, directora del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Ayuda a los Refugiados (ACNUR), y su equipo de asesores ocupan los dem¨¢s puestos libres. Lee la tribuna completa aqu¨ª
Cap¨ªtulo 3. Hospitales, cementerios
25 de agosto de 1993
El bolet¨ªn de informaci¨®n mensual del Ministerio de Higiene y Salud P¨²blica de la Presidencia, editado poco antes de mi llegada, revela en toda su crudeza la magnitud del genocidio perpetrado desde abril de 1992 contra el pueblo bosnio: 140.000 muertos (de ellos 9.040 en Sarajevo, 15 1.000 heridos (53.095 en Sarajevo), 1.835.000 personas "desplazadas", 156.000 detenidos en campos de concentraci¨®n serbomontenegrinos, 12. 100 paral¨ªticos e inv¨¢lidos (de ellos, 1.280 ni?os), una cifra aproximativa de 38.000 mujeres violadas. Apenas instalado en el hotel, decido visitar el hospital de Kosevo, el m¨¢s amplio y moderno de la ciudad. Lee la tribuna completa aqu¨ª
Cap¨ªtulo 4. La memoria del horror
26 de agosto de 1993
Si hojeamos las estad¨ªsticas de la Comisi¨®n Estatal para el Registro de Cr¨ªmenes de Guerra en la Rep¨²blica de Bosnia-Herzegovina, la elocuencia a secas de las cifras dispensa de todo comentario: 650 testigos, 21.000 nombres de asesinados, 5.039 de criminales de guerra, 169 campos de concentraci¨®n, 172 aldeas arrasadas, 559 mezquitas destruidas... Como dice el gran periodista brit¨¢nico Robert Fisk, "es la memoria del horror". Lee la tribuna completa aqu¨ª
Cap¨ªtulo 5. El memoricidio
27 de agosto de 1993
Dado que toda huella isl¨¢mica debe ser extirpada, la biblioteca, memoria colectiva del pueblo musulm¨¢n bosnio, estaba condenada a desaparecer en la llama de la vengadora 'Purificaci¨®n'. "Hay que recorrer pacientemente la ciudad", leo en una gu¨ªa de Sarajevo editada hace pocos a?os, "para descubrirla, situar sus distritos principales y comprender que su coraz¨®n late siempre en la vieja Carsija, el barrio popular de los bazares, comerciantes, curiosos y turistas. La Bascarsija (l¨¦ase Bashcharsh¨ªa, J. G.) nombre actual de esta parte de la villa, debe visitarse necesariamente a pie. Lee la tribuna completa aqu¨ª
Cap¨ªtulo 6. Buscarse la vida
28 de agosto de 1993
Los hoteles que acogen la prensa en los puntos conflictivos del planeta se revisten a menudo de un aura legendaria y rom¨¢ntica como necesario contrapunto a la dureza y dificultades de la labor cotidiana de los cronistas, fot¨®grafos y equipos de televisi¨®n: as¨ª, el noble y sereno American Colony de Jerusal¨¦n Este, con su hermoso patio, microclima y espacios de encuentro, verdadero oasis de calma despu¨¦s de las horas tensas, plagadas de violencia o incidentes, consagradas al rodaje de la Intifada. Lee la tribuna completa aqu¨ª
Cap¨ªtulo 7. La serpiente isl¨¢mica
29 de agosto de 1993
El pasado mes de junio, el primado de la Iglesia ortodoxa hel¨¦nica, monse?or Serafim, ofici¨® en Atenas una gran misa con homil¨ªas y pr¨¦dicas pol¨ªtico-religiosas en favor de los ultranacionalistas serbios de Radovan Karadzic. Todos los partidos de derecha e izquierda y el conjunto de las organizaciones sindicales griegas estaban, en la tribuna*. Los oradores zaher¨ªan en inflamados discursos el "expansionismo musulm¨¢n en los Balcanes": ?Qu¨¦ hacer frente a ¨¦l? "Forjar un arco ortodoxo contra la serpiente isl¨¢mica", clamaba un prelado. En otras palabras: imitar a los chetniks, avanzadilla de la cristiandad. Lee la tribuna completa aqu¨ª
Cap¨ªtulo 8. La verg¨¹enza de Europa
30 de agosto de 1993
"Reparemos en la pobre idea que dan de s¨ª mismas esas democracias que fueron un d¨ªa orgullo del mundo", escrib¨ªa Antonio Mahado en 1938, comentando el abandono nuestra Rep¨²blica; "veamos cuanto sale o se guisa en sus canciller¨ªas, incapaces de invocar -siquiera a t¨ªtulo de dignidad formularia- ning¨²n principio ideal, ninguna severa norma de justicia. Como si estuvieran vencidas de antemano, o subrepticiamente vendidas al enemigo, como si presintieran que la llave de su futuro no est¨¢ ya en su poder ( ... ). Lee la tribuna completa aqu¨ª
Cap¨ªtulo 9. Adi¨®s a Sarajevo
La v¨ªspera de mi partida me desayuno con Susan Sontag antes de acompa?arla al peque?o teatro de c¨¢mara en donde, a la luz de unos candelabros, va a comenzar los ensayos de su montaje teatral de Esperando a Godot. A poco de llegar a Sarajevo, al Sarajevo asediado y convertido en un campo de concentraci¨®n de invisibles alambradas, la comparaci¨®n con nuestra guerra civil y el cerco y bombardeo de Madrid se impone como una realidad insoslayable. Lee la tribuna completa aqu¨ª
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