¡°Los lectores son, al fin y al cabo, los que dirigen una editorial¡±
Luis Magriny¨¤ desvela las satisfacciones de su trabajo en la editorial Alba
De entre las contadas cuestiones a prop¨®sito de las cuales escritores, cr¨ªticos e intelectuales se han devanado los sesos a lo largo de las d¨¦cadas, hay una que se repite con cierta frecuencia: ?cu¨¢ndo podemos considerar que un libro se ha convertido en un cl¨¢sico? ?Tiene el ¡®clasicismo¡¯ fecha de caducidad? ?Es ¡®el clasicismo¡¯, invariablemente, una virtud? Dos de los escritores que pensaron y escribieron acerca de estas cuestiones son Jorge Luis Borges e Italo Calvino. El primero explic¨® su concepto de cl¨¢sico en el ensayo Sobre los cl¨¢sicos: ¡°Cl¨¢sico es aquel libro que una naci¨®n o un grupo de naciones o el largo tiempo han decidido leer como si en sus p¨¢ginas todo fuera deliberado, fatal, profundo como el cosmos y capaz de interpretaciones sin t¨¦rmino. Previsiblemente, esas decisiones var¨ªan¡±. El segundo escribi¨® un hermoso volumen titulado Por qu¨¦ leer a los cl¨¢sicos. En ¨¦l, naturalmente, precisaba m¨²ltiples razones para hacerlo, para leer a los cl¨¢sicos. Entre las que m¨¢s me gustan siempre recuerdo ¨Cpor ir¨®nicas y certeras- estas dos: ¡°Un cl¨¢sico es un libro que nunca termina de decir lo que tiene que decir¡± y ¡°un cl¨¢sico es una obra que suscita un incesante polvillo de discursos cr¨ªticos, pero que la obra se sacude continuamente de encima¡±.
Hay un escritor y editor que lleva m¨¢s de un cuarto de siglo dedicado, precisamente, a quitarle el polvo a los cl¨¢sicos: ¡°Yo que llevo publicando cl¨¢sicos desde el a?o 1995 me resulta cada vez m¨¢s dif¨ªcil definirlos. Por una parte, est¨¢ el canon, una especie de instituci¨®n t¨¢cita pero que hace mucho ruido. Pero los cl¨¢sicos est¨¢n tambi¨¦n sujetos a modas. Pensemos por ejemplo en la importancia de la cr¨ªtica feminista que reivindic¨® a Jane Austen¡±, explica Luis Magriny¨¤, director de la colecci¨®n de cl¨¢sicos de la editorial Alba. En este sentido, el canon fluct¨²a y repercute en la suerte que corren los autores a lo largo de los siglos. Como cierta protesta ante un canon establecido, Magriny¨¤ cre¨® la colecci¨®n Rara Avis, cuyo cat¨¢logo est¨¢ formado por ¡°autores que no est¨¢n en el canon pero deber¨ªan estar, sobre todo, mujeres escritoras¡±.
La editorial Alba naci¨® en el a?o 1993 en Barcelona, fruto de una iniciativa de Javier Moll, presidente de la Editorial Prensa Ib¨¦rica que siempre hab¨ªa sido un gran lector y ten¨ªa ganas de tener una editorial de signo eminentemente literario. ?Y el nombre? ¡°En realidad, Alba es un nombre familiar. La idea era llamarla Ediciones Moll, pero result¨® que hab¨ªa una editorial mallorquina que ya ten¨ªa este nombre y entonces se recurri¨® a un apellido de un antepasado. Como tambi¨¦n es una palabra que tiene su propio significado en la lengua com¨²n, pues se cre¨® una dilog¨ªa que est¨¢ muy bien¡±, precisa Magriny¨¤.
La editorial Alba fue una de las pioneras en rescatar grandes obras cl¨¢sicas con traducciones actuales, cuidadas y precisas. Su objetivo no era otro que llevarlas a un p¨²blico contempor¨¢neo que deb¨ªa despojarse del temor a la hora de enfrentarse a esas magnas obras: ¡°En 1995, cuando surge la colecci¨®n de Cl¨¢sicos, Alba comienza a instalarse en la mesa de novedades de las librer¨ªas. En estos a?os hemos recorrido un camino en compa?¨ªa de nuestros lectores que son, al fin y al cabo, los que dirigen una editorial. Al final, el cat¨¢logo de una editorial siempre es un compromiso entre el deseo del editor y el deseo del lector y la estrategia para ver si se pueden compaginar¡±.
Alba ha inaugurado en estos a?os m¨²ltiples colecciones. Adem¨¢s de Cl¨¢sicos (con m¨¢s de 300 publicados en 25 a?os) o Rara Avis (los que no est¨¢n en el canon pero deber¨ªan), Magriny¨¢ se?ala otra tres l¨ªneas especialmente sugerentes: Artes Esc¨¦nicas (¡°una de nuestras colecciones nicho dedicada a textos de pedagog¨ªa teatral¡±); Gu¨ªas del escritor (¡°que van desde textos elementales hasta algunos m¨¢s eruditos como el que acabamos de sacar, Mostrar y decir. El arte de escribir no ficci¨®n, de Phillip Lopate¡±) y, por ¨²ltimo, la colecci¨®n que ¡°m¨¢s ilusi¨®n nos hace, la de Infantil Ilustrado, que iniciamos con Susu y La media luna y las estrellas y que ahora tiene series tan exitosas como Peque?a & Grande, que son biograf¨ªas de personajes como Ella Fitzgerald, Marie Curie o Frida Kahlo dirigidas a los m¨¢s peque?os¡±.
En estos 25 a?os, Alba ha experimentado los mismos cambios que ha sufrido el sector. Eso s¨ª, con un matiz espec¨ªfico: ¡°Nosotros tenemos la caracter¨ªstica de ser un poco an¨®malos en la medida que no somos lo que ahora se llama una peque?a editorial, ni por supuesto una editorial integrada en un gran grupo de editoriales. Esta anomal¨ªa nos ha permitido, con todos nuestros altibajos, seguir haciendo lo que en un principio nos hab¨ªamos propuesto hacer¡±. Y esto, intuyo, no es otra cosa que publicar obras que trasciendan. En este tiempo Alba se ha especializado en los 'long-sellers'. Entre ellos, Magriny¨¤ destaca dos: Ana Kar¨¦nina, de Lev N. Tolstoi, en traducci¨®n de V¨ªctor Gallego, y los Diarios completos de Sylvia Plath, editada por Juan A. Montiel y con traducci¨®n de Elisenda Julibert. A modo personal, Magriny¨¤ no olvida la satisfacci¨®n que le supuso editar Poes¨ªa y verdad de Goethe en el a?o 1999: ¡°Era un tocho con el que nadie se atrev¨ªa, para el que no nos concedieron la subvenci¨®n para la traducci¨®n del alem¨¢n, con el pretexto de que ya se hab¨ªa traducido hac¨ªa un porr¨®n de a?os en M¨¦xico... As¨ª que fue un gran riesgo y funcion¨® hasta tal punto que ahora lo hemos reeditado en la colecci¨®n de bolsillo Minus¡±.
Adem¨¢s de editor, Luis Magriny¨¤ es un extraordinario escritor (acaba de publicar Intrusos y hu¨¦spedes & Habitaci¨®n doble en Anagrama) y un ferviente lector que tiene cuatro recomendaciones muy definidas: ¡°En poes¨ªa, recomiendo el ¨²ltimo poemario de Oscar Garc¨ªa Sierra, en Espasa, Houston, yo soy el problema; en narrativa, A?os felices, de Gonzalo Torn¨¦, en Anagrama; el nuevo libro de Antonio Orejudo, Los cinco y yo, en Tusquets y, como cl¨¢sico, Monsier Proust, de C¨¦leste Albaret, publicado en Capit¨¢n Swing.
Despido a Luis Magriny¨¤ no sin antes hacerle la pregunta de rigor. ?l responder¨¢ despojando cualquier atisbo de ?o?er¨ªa en sus palabras: ¡°Esta es una pregunta que se presta a mucha enjundia o cursiler¨ªa. Yo ¨²ltimamente lo que digo es que los libros sirven para dar temas de conversaci¨®n, no s¨®lo sobre los mismos libros sino tambi¨¦n sobre los temas de los que hablan los libros y, en este sentido, son una gran, grat¨ªsima y excelente v¨ªa de socializaci¨®n¡±.
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