Rosa Montero y Paula Bonet te ense?an a escribir

La mitad del tiempo que invierte Rosa Montero en una novela, normalmente m¨¢s de un a?o, lo pasa lidiando consigo misma y con su embrionario argumento en cuadernos que han de ser siempre iguales: de p¨¢ginas blancas sin pautar que admitan tinta de pluma. Compr¨® varios con ilustraciones de la pintora portuguesa Paula Rego y se sorprendi¨® fascinada garabateando entre los dibujos o sobre ellos. Ah¨ª naci¨® Escribe con Rosa Montero (Alfaguara), un cuaderno con consejos para aquellos que querr¨ªan escribir y no se deciden ilustrado por otra Paula, Paula Bonet. "El cuaderno que querr¨ªa usar", dice Montero, quien adem¨¢s fantasea con que de las anotaciones que en cada ejemplar se hagan puedan surgir cientos, miles de novelas.

Paula Bonet le envi¨® un dibujo de una ballena que le inspir¨® su novela La rid¨ªcula idea de no volver a verte y Rosa Montero sinti¨® que le abr¨ªa un mundo. Ah¨ª supieron que querr¨ªan trabajar juntas. Cuando Bonet ley¨® los aforismos en los que ha conseguido verter Montero para esta publicaci¨®n sus a?os de experiencia dando talleres literarios pens¨®: "Los procesos creativos de las diferentes artes no son tan distintos, estas son las mismas cuestiones que me planteo yo ante un cuadro o un grabado; las artes beben sin parar unas de otras".

"No volver¨¦ a presentarme a la Real Academia"

Rosa Montero fue candidata a ocupar el sill¨®n M de la RAE, a propuesta de?Carme Riera, Margarita Salas y Pedro ?lvarez de Miranda. Sin embargo ni ella ni el otro contendiente, el catedr¨¢tico de griego Carlos Garc¨ªa Gual, obtuvieron los votos necesarios para el ingreso en la academia. Tras aquel episodio y a toro pasado Montero afirma que sinti¨® "cierto alivio" al enterarse de la noticia. "Soy muy meticulosa y trabajo mucho, y formar parte de la Academia habr¨ªa supuesto mucha responsabilidad". Montero asegur¨® que, aunque jam¨¢s se puede dar nada por definitivo y siempre cabe la posibilidad de cambiar de opini¨®n, descarta volver a permitir que presenten su candidatura.

"Se puede ense?ar a escribir, como se ense?a a alguien a tocar el viol¨ªn. Luego puede tenerse o no el talento que har¨¢ de uno un buen violinista o un buen escritor", dice Montero. Ella cree que cualquiera que emprenda un proyecto literario, con toda la dedicaci¨®n que supone, lo hace en respuesta a una necesidad ineludible. Y por tanto, opina, debe d¨¢rsele la oportunidad de ser escritor, bueno o malo. "Todos tenemos una natural predisposici¨®n art¨ªstica, una inclinaci¨®n, y lo peor que puede pasar es que nos la amputen. A todos los que compraron este cuaderno y pude dedic¨¢rselo en la Feria del Libro de Madrid les dije: ¨²salo, ll¨¦nalo, a ver qu¨¦ surge de ah¨ª".

Sus consejos para los aspirantes se basan sobre todo en dos premisas: distancia y libertad. "Llorando a l¨¢grima viva se puede redactar una p¨¢gina de diario consoladora, pero se suele escribir mal¨ªsima literatura". El oficio, eso que solo se adquiere a base de escribir, borrar, rehacer, se basa seg¨²n la autora de La hija del can¨ªbal o El rey transparente justo en ser capaz de alejarse del dolor experimentado en carne, de los sentimientos propios, para convertirlos en lo que mueve a unos personajes que no pueden ser exactamente el autor. Para lo segundo, la libertad creadora m¨¢s absoluta, lo que Montero recomienda es que no se dependa econ¨®micamente en ning¨²n caso de lo que uno escribe: "Hay que vivir de otra cosa".