Antoine d¡¯Agata: el infierno soy yo
Una exposici¨®n y un libro recuperan la obra y la vida salvajes del fot¨®grafo de Magnum
Cuando alguien se autorretrata con la terrible frase ¡°Mi ¨²nico infierno soy yo, mi ¨²nica salida es el otro¡±, el tono de la conversaci¨®n est¨¢ claro desde el inicio. No hay trampas posibles con Antoine d¡¯Agata (Marsella, 1961), que para corroborar con gestos lo dicho en palabras se retira la manga de la camisa y ense?a las venas. D¡¯Agata no solo es una gran estrella de la agencia Magnum y un artista y un ser humano sensible y fr¨¢gil hasta m¨¢s all¨¢ de lo razonable. Tambi¨¦n es un yonqui de la fotograf¨ªa. No solo de la fotograf¨ªa. Tambi¨¦n de lo que para ¨¦l, seg¨²n su profesi¨®n de fe, conlleva ir por el mundo haciendo fotos: ¡°Compromiso, involucraci¨®n, inconsciencia, deseo¡±.
Eso supone inyectarse o fumar metanfetamina en una habitaci¨®n de Phnom Penh durante cinco noches seguidas mientras practica sexo con una prostituta camboyana devenida en zombi (fue en 2008), perderse en la noche prohibida de las ciudades que visita sin parar, tomarse la fotograf¨ªa no como un arte sino como un activismo pol¨ªtico y, en definitiva y como ¨¦l mismo escribe, practicar ¡°el fin del hast¨ªo en el v¨¦rtigo epid¨¦mico del vicio como principio de vida, de conocimiento y de existencia¡±. Todo queda bastante bien resumido tanto en su actual exposici¨®n Corpus en el C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid (dentro de PHotoEspa?a) como en el libro Lilith, volc¨¢nico arranque de la colecci¨®n 64P. Fotoensayos puesta en pie por la editorial La F¨¢brica.
No se entrevista a Antoine D¡¯Agata, un tipo a la vez salvaje y educado hasta la extenuaci¨®n. Se le deja hablar y balbucear verdades como pu?os mientras te mira asustado: ¡°A menudo mi trabajo ha sido mal entendido, reducido a una simple est¨¦tica. Y eso es frustrante, porque lo que persigo es una dimensi¨®n pol¨ªtica, te¨®rica, y una ambici¨®n de destruir la fotograf¨ªa tal y como la conocemos, pero la gente prefiere hablar del romanticismo de la noche, de la autodestrucci¨®n, de la droga¡¡±. Execra cualquier asomo de asunto relacionado con el arte contempor¨¢neo. Lo suyo es la lucha. Lleva c¨¢mara en vez de un lanzallamas, pero eso acaba siendo secundario. ¡°Persigo la noci¨®n de contaminaci¨®n, mi papel es contaminar la fotograf¨ªa contempor¨¢nea, los medios art¨ªsticos¡ lo que yo hago es un ant¨ªdoto, o mejor, un anticuerpo del arte contempor¨¢neo. No quiero ni convencer ni seducir a nadie¡±.
La belleza en lo horrible
Para el fot¨®grafo, el arte ya no es una cuesti¨®n de mirada sino de posici¨®n y de compromiso. ¡°El arte solo se justifica ya como acto de supervivencia, no se trata de crear belleza, no se trata de hacer cosas bonitas, se trata de contar cosas que nadie quiere ver, de hacer guiones de vida que puedan ser tan salvajes como un escrito de Bataille, de Artaud, de C¨¦line, de Lautr¨¦amont. No se trata de mirar el mundo de una forma bella e inteligente sino de tomar posici¨®n y confirmarla a trav¨¦s de la c¨¢mara. Por ejemplo, fotografiar a una puta corri¨¦ndose para m¨ª es importante. Yo siempre acabo encontrando belleza, incluso en las situaciones humanas m¨¢s horribles y retorcidas. Creo que es porque hay personas que, en medio de la miseria m¨¢s absoluta, saben crear una dignidad que es lo m¨¢s bello que yo conozco¡±.
Desde que era un adolescente marsell¨¦s, y mucho antes de convertirse en fot¨®grafo, se form¨® a trav¨¦s de varios movimientos: el punk, el movimiento situacionista y la violencia callejera. Marsella, su ciudad, era en aquella ¨¦poca un contexto muy violento, muy dif¨ªcil. ¡°En aquel tiempo solo me interesaba ir hasta el final, siempre que al final hubiera una revoluci¨®n, una guerra, siempre en los m¨¢rgenes, siempre en el ¨¢mbito de la noche, as¨ª que cuando apareci¨® en mi vida la fotograf¨ªa lo hizo a partir de esos mismos elementos. Sigo en ello: es un rollo pol¨ªtico¡ un acto de afirmaci¨®n de cierta violencia criminal, viciosa, narc¨®tica y sexual contra la otra violencia, la econ¨®mica, que degrada a millones de seres humanos sin que ni siquiera se den cuenta. Es la violencia de los que no tienen nada contra la violencia del sistema que les niega como seres humanos¡±. Y ah¨ª aparece Lilith, su amiga, su amante prostituta de Phnom Penh. Y entonces todo se entiende un poco mejor.
¡°Lilith fue v¨ªctima de esa violencia econ¨®mica, ya que su madre la vendi¨® en un burdel cuando ten¨ªa 13 a?os. Por si fuera poco, el comprador no pag¨® a la madre, as¨ª que tambi¨¦n tenemos el ingrediente de la humillaci¨®n. Y Lilith vive desde entonces con esa verg¨¹enza dentro. Hoy pertenece a la noche. Es alguien que se perdi¨®. Se la considera la reina de las putas de Pnohm Penh. Tambi¨¦n es la principal traficante de la ciudad. Es muy respetada y tambi¨¦n muy temida. Mat¨® a dos de sus novios. Es extremadamente violenta. El a?o pasado fui a visitarla otra vez a Pnohm Penh, pero antes tuve que contratar a un guardaespaldas armado. Es que el cristal es una droga que te destroza la mente y el alma, te desnaturaliza por completo. Para m¨ª, Lilith ya no es humana, est¨¢ en otra dimensi¨®n. Tiene 37 a?os, pero parece una anciana¡±.
No flirtea con lo que ha sido y es el resultado de su vida. ¡°El cristal y todas esas sustancias qu¨ªmicas te destruyen. Mi cuerpo no se ha recuperado, mis hijas [tiene cuatro] sufren, lloran¡ pero es la vida que he elegido. Est¨¢ claro que es una derrota, que estoy medio destruido y que a veces no puedo ni hacer fotos, aunque todo eso me ha ayudado a construirme, lo esencial para m¨ª es no renunciar. Lo peor para un ser humano es el confort¡±.
Pregunta. Ha dicho alguna vez que lo que le obsesiona es jugar con los l¨ªmites. ?Hay l¨ªmites?
Respuesta. S¨ª, son el cuerpo, la raz¨®n, la locura¡ Pero d¨ªgame, ?qu¨¦ tenemos que perder? Yo tengo una visi¨®n bastante ate¨ªsta de la fotograf¨ªa. Me da igual la fotograf¨ªa. Tampoco persigo acumular cosas, ni comprarme un estudio¡ Estuve 13 a?os sin casa fija. Lo que pasa es que f¨ªsicamente ya no pod¨ªa m¨¢s y desde hace un a?o vivo en una habitaci¨®n en Arl¨¦s. Tengo una concepci¨®n de la vida bastante minimalista. Lo que quiero es ser lo m¨¢s humano posible, y lo m¨¢s comprometido posible con la existencia. Probablemente un d¨ªa explote en pleno vuelo, eso s¨ª.
P. Bueno, tendr¨¢ la certeza de haberlo intentado.
R. Intentarlo, intentarlo siempre. Yo no busco entender las cosas, mucho menos explicarlas ni resolverlas. Pero me niego a renunciar a vivir.
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