La mancha del nazismo persigue a Associated Press
La agencia analiza su propia cobertura de los hechos en la Alemania de Adolf Hitler en un amplio informe
En 1933 la oficina de Associated Press en Berl¨ªn recibi¨® la fotograf¨ªa de un reportero de M¨²nich en la que la polic¨ªa paseaba a un empresario jud¨ªo en pantal¨®n corto por la ciudad y con un cartel antisemita colgando de su cuello. Las primeras muestras de los horrores del Holocausto empezaban a verse en las calles en im¨¢genes como esas y el jefe de la corresponsal¨ªa guard¨® la instant¨¢nea en un caj¨®n. Cuando Nueva York le pidi¨® explicaciones, Louis P. Lochner respondi¨®: "Aborrezco la censura, y me siento fatal por no poder informar de todo lo que sabemos", dec¨ªa, pero "es m¨¢s importante permanecer aqu¨ª". En el 35, bajo esa misma filosof¨ªa, AP cumpli¨® la ley nazi y expuls¨® a todos los empleados jud¨ªos con los que contaban. Se hab¨ªan resistido dos a?os.
Associated logr¨® permanecer en Berl¨ªn hasta 1941 pese al golpe nazi a la libertad de prensa, pero no le sali¨® gratis. Las facturas que pag¨® son la columna vertebral de un amplio informe que AP acaba de publicar pasando revista a todo el trabajo que hizo en la Alemania nazi: el paso de la censura a la autocensura, el silencio ante ciertos abusos del Ministerio de propaganda del III Reich o el trabajo de personajes oscuros como Franz Roth, un "ardiente nazi", conocido retratista para la SS, que trabajaba para AP.
La sombra del Reich en la cobertura de la Guerra Civil
La influencia de la propaganda nazi tambi¨¦n salpica la cobertura de Associated Press durante la Guerra Civil espa?ola. Hitler apoyaba a Franco y el relato que acompa?a algunas de las fotograf¨ªas de la agencia lo destila. El 6 de noviembre de 1936 la oficina de AP en Londres envi¨® a a la delegaci¨®n de Berl¨ªn la fotograf¨ªa de una morgue tras un bombardeo lanzado por fuerzas leales a Franco con la siguiente descripci¨®n: ¡°Madrid, 31 de octubre. Bombarderos insurgentes llevaron a cabo el peor ataque a¨¦reo desde el comienzo de la guerra civil. En total, se perdieron 95 vidas. Las bombas cayeron en calles bulliciosas y una alcanz¨® a una escuela, matando a 70 ni?os. La foto de AP muestra la imagen de la morgue de Madrid el 31 de octubre, despu¨¦s de un ataque a¨¦reo el d¨ªa anterior. Esta foto fue emitida por el Ministerio de Estado de Madrid y muestra el resultado de una bombardeo a¨¦reo rebelde en Madrid¡±.
La oficina de AP en Berl¨ªn distribuy¨® esta imagen con el siguiente texto: ¡°Horrores de la guerra civil. Miles de v¨ªctimas inocentes han sido reclamadas por la aterradora Guerra Civil espa?ola, en la cual las fuerzas comunistas que manejan los hilos han hundido el pa¨ªs¡±.
No culpaba directamente a los republicanos de las muertes, pero omit¨ªa la autor¨ªa rebelde y atribu¨ªa la matanza a "los horrores de la Guerra Civil", cuya responsabilidad era comunista. Cuando un peri¨®dico llamado Muenchner Neuesten Nachrichten la public¨®, el pie de foto daba otra vuelta de tuerca a los hechos: "Asesinados sin misericordia por los Rojos. Esta horrible imagen muestra por s¨ª misma a las tropas nacionales avanzando en un suburbio de Madrid. Los Rojos hab¨ªan matado antes a todos los rehenes".
Gideon Seymour, director de AP en Gran Breta?a, se quej¨® ante el reportero alem¨¢n Rudi Josten, de delegaci¨®n berlinesa, con copia a Louis Lochner, jefe de la oficina. "Obviamente no podemos asumir la responsabilidad por la distorsi¨®n del Muenchner Neuesten Nachrichten, pero en este caso la AP GmbH por s¨ª misma comete una falta m¨¢s grave que Muenchner", dice. Lochner respondi¨® que, seg¨²n Josten, "el Ministerio de Propaganda simplemente le orden¨® escribirlo".
Hay cap¨ªtulos de aquel tiempo que no se hab¨ªan descubierto hasta ahora. Associated puso en marcha esta investigaci¨®n a ra¨ªz de un art¨ªculo que la historiadora alemana Harriet Scharnberg public¨® en 2016 bajo el t¨ªtulo La A y la P de Propaganda. Associated Press y el fotoperiodismo nazi. En ¨¦l, la acad¨¦mica conclu¨ªa que la agencia estadounidense hab¨ªa actuado en complicidad con el r¨¦gimen para ocultar las atrocidades del nazismo, as¨ª como la exterminaci¨®n de los jud¨ªos, y presentar los hechos como si fueran los propios de una guerra convencional. "AP fue la ¨²nica agencia fotogr¨¢fica angloamericana -con operaciones a nivel internacional- que mantuvo una subsidiaria abierta despu¨¦s de 1935. AP acept¨® las leyes de control de prensa alemanas y por tanto se amold¨® al sistema de control de la prensa de la Alemania nazi", se?ala Scharnberg.
Ahora, a lo largo de 163 p¨¢ginas y unas cuarenta pruebas documentales, el informe de AP examina todo el per¨ªodo que va entre 1933 y 1945 y exculpa a la agencia de colaboracionismo. Sostiene que oper¨® con la "mayor sinceridad e independencia posibles" pensando en la permanencia en el pa¨ªs como bien mayor, aunque admite que algunas situaciones "se manejaron de forma inadecuada", como cuando se call¨® ante ciertas manipulaciones flagrantes de sus im¨¢genes o se cont¨® con fot¨®grafos adictos al r¨¦gimen.
La figura en el centro de todo este retrato es Lochner, jefe de la oficina de Berl¨ªn y en 1939 fue galardonado con el Pulitzer de corresponsal¨ªa precisamente por su trabajo sobre el r¨¦gimen. "Incurrieron en ocasiones en la autocensura. En el informe se ve c¨®mo Lochner trataba de sacar las historias, aunque al mismo tiempo trataba de no ser expulsado del pa¨ªs. Ese es el alambre en el que caminaba", explica por tel¨¦fono John Daniszewski, vicepresidente de AP.
El mayor hallazgo ha sido la g¨¦nesis del llamado "Laux Bureau", opina Larry Heinzerling, profesor de periodismo de Columbia y subjefe de internacional de AP, ya jubilado, que ha elaborado el informe con las aportaciones de Herschaft, investigador de la agencia. En 1941, cuando EE UU entra en guerra, el ministro de Propaganda, Helmut Laux, toma el control de la oficina pero llega a un acuerdo para enviar paquetes de fotos censuradas de Alemania a AP -a trav¨¦s de la neutral Lisboa- y recibir a cambio fotograf¨ªas de EE UU y distribuirlas entre los medios alemanes. Salvo en una ocasi¨®n, las im¨¢genes no se alteraban, pero los pies de fotos s¨ª se reescrib¨ªan en la prensa germana para acomodarse a los intereses nazis.
"Empezamos a investigar en los archivos militares y descubrimos cosas nuevas, c¨®mo Laux se reuni¨® con Lochner en un tren y llegaron al acuerdo a trav¨¦s de la corresponsal¨ªa de Lisboa", explica Heinzerling. "Tambi¨¦n ha sido un descubrimiento toda la correspondencia entre Lochner y Nueva York, sobre qu¨¦ deb¨ªan hacer si se declaraba la guerra, si tendr¨ªan que cerrar o si habr¨ªa una manera de seguir informando", agrega.
La historiadora Harriet Schanberg se reafirma en su investigaci¨®n de 2016. "Ninguno de los resultados presentados en mi art¨ªculo est¨¢n refutados por esta revisi¨®n, lo que no implica que AP haga un an¨¢lisis distinto de esos resultados", se?ala en un comunicado enviado a EL PA?S.
Los seis fot¨®grafos jud¨ªos de AP lograron escaparon al Holocausto, cinco emigraron a Estados Unidos (tres montaron su propia agencia fotogr¨¢fica en Nueva York) y un sexto que fue enviado a Viena. Detenido por la Gestapo acab¨® sobreviviendo y trabajando como reportero gr¨¢fico en la Alemania comunista. Franz Roth, el ardiente nazi, muri¨® en combate en 1943. Tres a?os antes, cuando estaban ya a punto de echarlos, Lochner escrib¨ªa a la oficina de Nueva York: "Si recibo favores nunca ha sido por un intercambios de principios, sino simplemente porque he logrado vende a las autoridades que Associated Press es objetivo y neutral, y que ese es un instrumento de informaci¨®n p¨²blica tan poderoso que ning¨²n gobierno puede permitirse despreciarlo".
Babelia
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