Aurora Bern¨¢rdez escapa del silencio
Un libro recopila textos de la mujer de Cort¨¢zar, junto a una larga entrevista con el m¨²sico y cineasta Philippe F¨¦nelon. A la sombra del escritor, nunca public¨® su obra
Aurora Bern¨¢rdez (Buenos Aires, 1920-Par¨ªs, 2014) era como de papel, fr¨¢gil, y era de una potencia incre¨ªble, dotada de una memoria implacable. Ese fue su esp¨ªritu de traductora: ni una palabra ni un dato fuera de lugar. Ella dec¨ªa que estaba hecha ¡°de papel¡±, pero era tambi¨¦n de hierro. Descendiente de emigrantes gallegos, en 1952 conoci¨® a Julio Cort¨¢zar, un joven larguirucho de aspecto adolescente con el que hablaba de libros y de gente en el London bonaerense. Se casaron un a?o m¨¢s tarde y se separaron en 1968, pero regres¨® a su lado y hasta su ¨²ltimo suspiro vivi¨® junto a ¨¦l.
Aurora Bern¨¢rdez acompa?¨® a Julio Cort¨¢zar en excursiones profesionales ¡ªeran traductores de la ONU¡ª por todo el mundo y fue su musa. No fue La Maga de Rayuela; La Maga, en realidad, parece que fue mucha gente. Pero s¨ª fue, por ejemplo, la mujer que le dijo en la India que hay escaleras que solo sirven para bajar, y esa ocurrencia dio de s¨ª el relato Instrucciones para subir una escalera, incluido en Historias de cronopios y de famas. En 1968, ella volvi¨® a Buenos Aires, pero regres¨® pronto a Par¨ªs, su centro del mundo. Volvi¨® junto al escritor cuando este cay¨® enfermo y se qued¨® solo ¡ªhab¨ªa muerto el ¨²ltimo amor del autor de Rayuela, la escritora y fot¨®grafa Carol Dunlop¡ª. Lo acompa?¨® en ese dolor final. Era 1984. Luego se convirti¨® en su albacea.
Aurora nunca habl¨® en p¨²blico, ni de Cort¨¢zar ni de nada que sintiera que era secreto. Acud¨ªa a homenajes al escritor bonaerense ¡ªcomo el que se celebr¨® para relanzar su obra en la Fundaci¨®n March de Madrid en 1993¡ª y permanec¨ªa silenciosa, como una efigie. En privado, era un torrente de memoria y datos. Hizo una excepci¨®n a aquel silencio p¨²blico: mantuvo una larga conversaci¨®n con su amigo Philippe F¨¦nelon, m¨²sico y cineasta, su amigo desde principios de los a?os ochenta.
La casa de Par¨ªs
Ella conoc¨ªa el trabajo de F¨¦nelon. La admiraci¨®n por lo que este hab¨ªa hecho, en el cine y en la m¨²sica, la llevaron a ponerse ante la c¨¢mara para una charla ins¨®lita que se realiz¨® entre 2004 y 2005 y que ahora forma el n¨²cleo de El libro de Aurora, que publica Alfaguara, editado por F¨¦nelon y por Julia Saltzmann, la editora argentina que durante a?os ha sido la responsable de la edici¨®n de las obras de Cort¨¢zar.
Alguien a quien ¡°muchas cosas le fueron mal¡±
En la pel¨ªcula La vuelta al d¨ªa, de Philippe F¨¦nelon, Aurora Bern¨¢rdez llora por la muerte de Julio Cort¨¢zar. Ella dec¨ªa que la separaci¨®n le hab¨ªa afectado mucho, que hab¨ªa sido un error, y que cuando ¨¦l se fue, pens¨® que quiz¨¢ podr¨ªan haber seguido viviendo de otra manera. F¨¦nelon le pregunta en la cinta por la palabra que define a Cort¨¢zar. Bern¨¢rdez opta por "generosidad". Y cuando le cuestiona sobre las obras que elegir¨ªa, cita textos fragmentarios. El ¨¦xito de Rayuela hab¨ªa suscitado en ella m¨¢s emoci¨®n que en Julio. ?Por qu¨¦ no la nombra? "Rayuela marc¨® una ¨¦poca, pero creo que quiz¨¢ le gustaban otros textos m¨¢s sutiles de Julio que este gran trabajo".
Bern¨¢rdez dec¨ªa que a ella nunca le fue mal. F¨¦nelon titula as¨ª su entrevista. ¡°Retrata su car¨¢cter¡±, dice en el libro. ¡°En realidad, muchas cosas le fueron mal, como en la vida de todo el mundo, pero ella se mantuvo como la joven que nunca dej¨® de ser: sonriente, elegante, literaria, conversadora¡ pero tambi¨¦n secreta, para adentro¡±.
Aurora Bern¨¢rdez escondi¨® su literatura en vida. ¡°Se absten¨ªa de publicar por una decisi¨®n heroica: para que hubiera un solo escritor en la familia¡±, dijo el Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa sobre ese silencio. ¡°S¨ª, esa sombra de Julio, hizo que ella no se atreviera a publicar¡±, explica ahora F¨¦nelon desde Par¨ªs.
El cineasta encontr¨® suficiente material que ahora junta en la casa parisiense de Aurora, la misma en la que Cort¨¢zar escribi¨® Rayuela. Ah¨ª hab¨ªa, tambi¨¦n, ¡°una especie de diario que ella hab¨ªa empezado en los a?os cincuenta; estaba escrito en distintos cuadernos, algunos de escritura casi inexistente porque ella hab¨ªa utilizado unos l¨¢pices verdes que se fueron difuminando con el paso del tiempo¡±.
Esa casa, hist¨®rica tambi¨¦n por haber sido vivienda de Rayuela, sufri¨® un gran desorden, dice F¨¦nelon, en la d¨¦cada previa a la muerte de Aurora, en 2014 en Par¨ªs. ¡°Y fue muy complicado recomponer las decenas de versiones que hab¨ªa sobre un mismo texto¡±.
Al final, ha recuperado para El libro de Aurora esos escritos descompuestos, las poes¨ªas ¡ª¡°que no est¨¢n nada mal¡±¡ª y los diarios, algunos de los cuales se refieren a vivencias con Cort¨¢zar o a discusiones que suscitaba la personalidad del autor.
¡°Escrib¨ªa sus sue?os, sus lecturas y sus agendas diarias¡±. Destruy¨® agendas anteriores al a?o 1979. ?Por qu¨¦? ¡°Por la misma raz¨®n por la que destruy¨® las cartas de Julio cuando se separaron: eran 60 cartas. Luego se arrepinti¨®¡±.
Al final, volvieron juntos en circunstancias dram¨¢ticas para Cort¨¢zar. ¡°En realidad, nunca hubo una separaci¨®n oficial; ella regres¨® a Buenos Aires y se reinstal¨® con una relaci¨®n previa, que sigui¨® sin funcionar. Y volvi¨®. Como trabajaba en la Unesco, como Julio, se segu¨ªan viendo¡±, se?ala F¨¦nelon.
Tras una conversaci¨®n en la que ella est¨¢ con Octavio Paz y otras personas relacionadas con la cultura, se habla de la personalidad de Cort¨¢zar, Aurora anota: ¡°Las virtudes personales de Julio, bien conocidas por quienes lo estimaban e ignoradas por los dem¨¢s, no son lo importante: lo que cuenta es la obra. En lo otro hay m¨¢s posibilidades de duda. E incluso, ?qui¨¦n puede meterse a decir, con certeza, c¨®mo era un hombre? En el caso de Julio, sus actos fueron a veces contradictorios: muchos de ellos te sorprender¨ªan. No es el caso de convertirlo en paradigma. Le hubiera repelido. De lo que hay que hablar es de la obra. Para lo dem¨¢s: silencio¡±.
Ella no quer¨ªa hablar de todo lo que hab¨ªa pasado en su relaci¨®n. Imagino que fue muy triste para los dos, seguro. Se liaron con problemas de los que ella no quer¨ªa hablar.
El libro de Aurora es lo m¨¢s lejos que ha estado esa mujer tan privada y tan hacia adentro de mostrarse tambi¨¦n como una mujer para afuera.
Traductora, albacea y heredera
Destac¨® como prestigiosa traductora de autores como Calvino, Camus, Sartre o Durrell y fue una de las figuras de la vida cultural bonaerense de los a?os cuarenta y comienzos de los cincuenta. Tras morir Cort¨¢zar, se convirti¨® en su albacea y heredera.
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