Al rescate de la despensa chilena
Un grupo de mujeres ind¨ªgenas desarrolla un proyecto para resguardar y multiplicar semillas aut¨®ctonas
A pocos kil¨®metros de la capital chilena, un grupo de mujeres campesinas e ind¨ªgenas desarrolla un proyecto para resguardar y multiplicar semillas aut¨®ctonas. Paredones de Auquinco, ubicada unos 180 kil¨®metros al sur de Santiago de Chile, es una peque?a localidad agr¨ªcola que aprovecha las bondades del valle central del pa¨ªs para este tipo de actividades y sirve, adem¨¢s, como centro de operaciones para un ambicioso proyecto que busca mantener el patrimonio alimentario del pa¨ªs sudamericano mediante la preservaci¨®n y la multiplicaci¨®n de semillas de origen aut¨®ctono.
Se trata del trabajo de la Asociaci¨®n Nacional de Mujeres Rurales e Ind¨ªgenas (Anamuri), que en una iniciativa apoyada por el Gobierno ocupa el lugar para que mujeres campesinas de todo el pa¨ªs lleguen con semillas para intercambiarlas y reproducirlas. Algunas las llevan a sus propios campos y despu¨¦s devuelven una parte al banco de semillas, que se encarga de preservarlas. El centro es administrado por Anamuri, que entr¨® en funcionamiento hace 19 a?os con 57 asociadas y ahora cuenta con m¨¢s de 10.000.
La variedad de semillas recuperadas por las campesinas chilenas es tan vasta como el pa¨ªs mismo. Entre ellas se encuentran diversas variedades de leguminosas (arvejas, porotos, habas), hortalizas (lechugas) y frutos que han quedado relegados en el tiempo como el durazno betarraga, la frutilla blanca o el mel¨®n pl¨¢tano. Hist¨®ricamente, las t¨¦cnicas se han traspasado generaci¨®n tras generaci¨®n de manera oral, pero se espera que la pr¨¢ctica se revitalice con la puesta en marcha del nuevo Instituto de Agroecolog¨ªa.
La coordinadora del proyecto y miembro de Anamuri, Francisca Rodr¨ªguez, explica la necesidad de agrupaciones como esta de cara a fen¨®menos globales: ¡°Nosotros somos guardianas de la tierra. Hay una relaci¨®n profunda entre la mujer y la naturaleza que nos hace construir espacios s¨®lidos de cuidado, de amar y querer [la tierra]¡±. En esa l¨ªnea, dice que es necesario recuperar pr¨¢cticas ancestrales y sustentables, porque as¨ª se puede ¡°enfrentar incluso el calentamiento global¡±.
Desde hace dos a?os, Anamuri cuenta con apoyo gubernamental para este proyecto por intermedio de la Fundaci¨®n para la Innovaci¨®n Agraria (FIA), dependiente del Ministerio de Agricultura. La ayuda consiste en una financiaci¨®n del 70% para cubrir los costes del levantamiento del banco de semillas. La directora ejecutiva de la FIA, Mar¨ªa Jos¨¦ Etchegaray, detalla que la evaluaci¨®n del trabajo hasta la fecha es positiva y destaca que ¡°mucho material end¨¦mico nacional est¨¢ en manos de la peque?a agricultura y no en las grandes estad¨ªsticas. Pero s¨ª se ha guardado y resguardado este patrimonio¡±.
Etchegaray enfatiza que palabras como innovaci¨®n ¡ªpromovida por la FIA¡ª y patrimonio logran encontrarse entre s¨ª gracias a Anamuri porque lo que hace el proyecto con este ¨²ltimo es ¡°rescatarlo y ponerlo en valor¡±. As¨ª, contin¨²a, ¡°hemos redescubierto productos que cultivaron los pueblos originarios y despu¨¦s mantuvieron las generaciones posteriores. Estaban en los patios de las casas y hoy son frutos que est¨¢n puestos en los mercados. [¡] Todo eso ha implicado una innovaci¨®n en t¨¦rminos de cartera de productos, mecanismos de comercializaci¨®n...¡±.
Lo que se debe hacer con los productos, dice la directora de la FIA, es generar estrategias para comercializarlos sin perder su sabor ni propiedades, sin perder de vista que en las ¨²ltimas d¨¦cadas hubo razones para que dejaran de estar a la venta: ¡°Estos productos dejaron de estar en la mesa y en los mercados porque entraron productos m¨¢s competitivos, con procesos m¨¢s eficientes¡±.
Similar opini¨®n tiene Francisca Rodr¨ªguez, quien asegura: ¡°Todo lo que estamos recuperando tiene que volver a ser la base de la alimentaci¨®n de este pa¨ªs. Tenemos que volver al consumo que ha alimentado hist¨®ricamente a nuestros pueblos y que ha permitido tener una vida y una alimentaci¨®n sana adecuada culturalmente a nuestro territorio¡±.
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