En la muerte del torero Iv¨¢n Fandi?o: la grandeza del h¨¦roe derrotado
Un referente de valent¨ªa, se encerr¨® en solitario en las Ventas con los toros m¨¢s duros
Iv¨¢n Fandi?o fue uno de los verdaderamente grandes. Es muy lamentable reconocerlo ahora que su cuerpo carece ya del p¨¢lpito de la vida, pero as¨ª es.
Fandi?o lleg¨® a la fiesta desde su natal Ordu?a, donde hab¨ªa m¨¢s pelotaris que aficionados a los toros; tuvo que perder muchos de los cien kilos que pesaba cuando se hizo un nombre ante el front¨®n, y se instal¨® en Guadalajara, donde conoci¨® a su amigo y mentor N¨¦stor Garc¨ªa, con quien ha compartido su vida torera hasta el instante final. En tierras castellanas aprendi¨® el oficio, y desde el m¨¢s absoluto anonimato, sin m¨¢s ayuda que la de su esfuerzo personal, irrumpi¨® en la fiesta y se encaram¨® hasta lo m¨¢s alto.
A Fandi?o se le notaba en la cara la huella del sacrificio: tez color aceituna, seriedad en el semblante, hombre de pocas y sentenciosas palabras¡ Pero encerraba en su interior la fuerza descomunal de un valor sin mancha y de una acendrada vocaci¨®n por la que luch¨® hasta el ¨²ltimo aliento de su vida.
Fue figura a pesar del sistema que dirige la fiesta de los toros; desde la libertad y la independencia, y de la mano de su apoderado y confidente, que estuvo a su lado siempre, cuando el triunfo le permiti¨® esbozar la que parec¨ªa un forzada sonrisa y en los momentos de soledad taurina, que no fueron pocos.
Fue figura a pesar del sistema; desde la libertad y la independencia
Protagoniz¨® la heroicidad de aceptar un muy complicado desaf¨ªo cuando se encerr¨® con seis toros de las ganader¨ªas m¨¢s duras en la plaza de Madrid, y no le perdonaron su fracaso. Lo apost¨® todo y lo perdi¨® casi todo. Lo expulsaron de la cima, se sinti¨® incapaz de superar su propia decepci¨®n y ha muerto sin volver a encontrar el camino que se gan¨® por derecho propio.
El dolor y los adjetivos se agotaron con motivo de la muerte de V¨ªctor Barrio; hoy, es preferible recordar a Iv¨¢n Fandi?o en sus momentos de gloria, la que se gan¨® exclusivamente con su esfuerzo.
Se hizo grande en Madrid, donde protagoniz¨® continuadas tardes de ¨¦xito. Su ascensi¨®n comenz¨® en 2011, se confirm¨® al a?o siguiente, gan¨® en 2013 el premio a la mejor faena isidril y sufri¨® un grave percance, y alcanz¨® la gloria de la puerta grande el 13 de mayo de 2014.
Es de justicia recordar hoy el que fue el triunfo m¨¢s importante en la carrera de Iv¨¢n Fandi?o.
Se hizo grande en Las Ventas, de donde sali¨® a hombros el 13 de mayo de 2014
Bajo el t¨ªtulo ¡®Una locura maravillosa¡¯, la cr¨®nica publicada en este peri¨®dico dec¨ªa lo siguiente:
¡°El p¨²blico de Las Ventas, entusiasmado con la faena vibrante, temperamental y arrebatadora de Fandi?o al bravo y encastado toro quinto de la tarde, se qued¨® de piedra cuando el torero tir¨® la muleta y se perfil¨® para matar sin defensa alguna a metro y medio de dos perchas astifinas que asustaban desde el tendido. ¡°Est¨¢ loco¡±, pens¨® la plaza entera. Y Fandi?o, entre el silencio ensordecedor de la tensi¨®n extrema, se tir¨® materialmente sobre el morrillo del animal, que lo encun¨® entre los pitones, lo lanz¨® hacia el cielo hasta dar una vuelta de campana completa antes de estrellarse contra la arena. El torero se levant¨® movido por un resorte para comprobar, feliz, que la espada estaba enterrada en todo lo alto. Y los tendidos, de forma un¨¢nime, estallaron en un grito emocionado, expulsado del alma, incapaz a estas alturas de aguantar tanta turbaci¨®n. ?Maravillosa locura¡!
Hac¨ªa tiempo que no se viv¨ªa un momento tan arrebatador como el que protagoniz¨® Iv¨¢n Fandi?o, que expuso la vida de verdad, y apost¨® sin dudarlo entre la puerta grande o la enfermer¨ªa¡±.
Aquella tarde, Iv¨¢n Fandi?o se jug¨® la vida y gan¨® la gloria. Su sonrisa abierta, sorprendente por infrecuente, era la imagen de la felicidad. No solo hab¨ªa cometido la locura de entrar en matar sin muleta, sino que volvi¨® loca a la plaza con su valor y entrega sin medida.
Despu¨¦s, instalado en su consideraci¨®n de figura indiscutible, se atrevi¨® con el salto mortal sin red, y se anunci¨® el 29 de marzo de 2015, Domingo de Ramos, en solitario, en Madrid, ante seis toros de las ganader¨ªas m¨¢s duras del campo bravo. Esa s¨ª que era una locura de un torero enloquecido con su profesi¨®n.
Su primer triunfo fue llenar la plaza hasta la bandera, abarrotada de aficionados que no daban cr¨¦dito a que existiera en estos tiempos un torero capaz de tama?a gesta; y el segundo, volver al hotel por su propio pie. Pero entre uno y otro se abri¨® un abismo. Se lo jug¨® todo a una carta y perdi¨®.
En el fondo, fue un reto al sistema; si los toros le hubieran ayudado, y no le fallan las ideas ni la espada, se hubiera erigido en el jefe indiscutible del toreo.
Pero no fue as¨ª. Le hicieron pagar su descaro, no fue capaz de superar el fracaso y ha muerto sin volver a sonre¨ªr vestido de luces.
Quede, sin embargo constancia, de su gallard¨ªa como torero, reflejada en unas l¨ªneas que quisieron expresar entonces lo vivido una de las tardes verdaderamente hist¨®ricas de la tauromaquia.
La cr¨®nica de aquel d¨ªa dec¨ªa, entre otras cosas, lo siguiente:
¡°Una monumental divisi¨®n de opiniones despidi¨® a Iv¨¢n Fandi?o cuando el torero atravesaba el ruedo de la plaza al final de la corrida en la que hab¨ªa lidiado con escasa fortuna seis toros de hierros legendarios. Pero lo hizo con paso firme y convencido, seguramente, de que hab¨ªa realizado la mayor gesta de su vida, sin suerte, sin recompensa y con el sabor de la derrota en los labios.
Se march¨® Fandi?o, pero qued¨® en la plaza el aroma de un h¨¦roe; vencido, pero un h¨¦roe cuya gesta debiera marcar un antes y un despu¨¦s en la moderna tauromaquia. Una heroicidad es llenar la plaza de Las Ventas en pleno mes de marzo. Esa es una haza?a reservada para muy pocos. Otra, y no menos importante, es encerrarse con seis toros de las ganader¨ªas m¨¢s temidas por la torer¨ªa andante, nombres que asustan con solo nombrarlos; y una tercera, si cabe, salir por su propio pie de la plaza, que no es poco.
No triunf¨®. Bueno, si triunfa con los toros que le tocaron en suerte, lo suyo hubiera alcanzado el nivel de una epopeya verdaderamente hist¨®rica. Pero Fandi?o ha demostrado algo muy importante: que es posible otra fiesta de los toros, basada en la emoci¨®n del protagonista fundamental de este espect¨¢culo; ha demostrado que el aficionado est¨¢ cansado de animales aborregados y moribundos, y que son necesarios h¨¦roes de verdad, capaces de apostar por la muerte o la vida, por el ¨¦xito m¨¢s rotundo o el fracaso m¨¢s discutido.
Por eso, en la derrota m¨¢s cruel, Iv¨¢n Fandi?o ha firmado una p¨¢gina brillante de su propia historia y para la gloria de la fiesta taurina¡±.
Fue un h¨¦roe derrotado, pero h¨¦roe por encima de todo.
Treinta actuaciones en Madrid, que se dice pronto, 11 orejas y una puerta grande. Balance de figura del toreo.
Adi¨®s a Iv¨¢n Fandi?o, torero de triste mirada, grande entre los grandes. Adi¨®s a un referente de la torer¨ªa¡
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