Para ni?os y mit¨®manos
Leer requiere, hoy m¨¢s que nunca, un esfuerzo, pero es uno de los que compensan para siempre
1. Guarripios
Venga, va, denles un premio: ya han acabado el cole (y con m¨¦rito: el calor ha convertido las aulas en una sucursal posmoderna del infierno) y apenas est¨¢n estrenando sus merecidas vacaciones, lejos de las aulas, de los profes, de sus primeras obligaciones m¨¢s o menos acad¨¦micas. H¨¢ganles un homenaje, se lo merecen. Ya s¨¦ que regalarles un libro, en la ¨¦poca de los m¨®viles, los videojuegos y las superconsolas, es como obsequiar a Ferran Adri¨¤ con una sencilla hamburguesa con lechuga, cebolla y tomate, pero piensen que a lo mejor se aficionan (y tambi¨¦n el cocinero) a la real thing en lo que a ficciones se refiere. Al fin y al cabo, tambi¨¦n ustedes, improbables padres y madres apuntados a este Sill¨®n de Orejas, tambi¨¦n le cogieron gusto pronto. Leer requiere ¡ªhoy m¨¢s que nunca¡ª un esfuerzo, pero es uno de los que compensan para siempre: leer es haber le¨ªdo porque, como dec¨ªa Leo Spitzer y repet¨ªa mi maestro Carlos Blanco Aguinaga, leer llama a leer cada vez mejor. La oferta disponible es enorme; seg¨²n datos del ISBN, en 2016 se publicaron en Espa?a dentro de la (est¨²pida) categor¨ªa internacional ¡°infantil, juvenil y did¨¢ctico¡± la friolera de 18.506 t¨ªtulos, un 22,8% del total de todos los publicados. De modo que hay libros infantiles y juveniles para dar y tomar. Lleven a su hija o hijo a una librer¨ªa especializada, de esas que tienen espacios y muebles especiales para que los ni?os caten a gusto la literatura, ya ver¨¢n la cara de felicidad que ponen. Y si no encuentran ninguna a mano, vale cualquier librer¨ªa con buena secci¨®n infantil. De entre los libros de esa categor¨ªa (excluyendo los ¡°did¨¢cticos¡±, que env¨ªo directamente al caj¨®n de desechables) que me han enviado ¨²ltimamente, he seleccionado tres. El libro de los guarripios, del gran Arnold Lobel (1933-1987), una historia de cerditos para ni?as y ni?os a partir de cinco a?os contada mediante limericks (poemas cortos de cinco versos) que Kalandraka ha reeditado en la estupenda traducci¨®n de Miguel Azaola publicada por Alfaguara en 1985. Para los m¨¢s mayorcitos recomiendo Los Bandidez, de Siri Kolu (N¨®rdica), una divertida road novel por las carreteras de Finlandia (donde hace m¨¢s fresquito) protagonizada por una chica de 10 a?os a la que secuestra una banda de divertid¨ªsimos y desmadrados delincuentes. Tambi¨¦n para los preadolescentes m¨¢s cient¨ªficos, Kalandraka ha publicado el Inventario ilustrado de flores, de Virginie Aladjidi (con magn¨ªficas ilustraciones a la acuarela de Emmanuelle Tchoukriel), en el que se describen y analizan las caracter¨ªsticas y aplicaciones de m¨¢s de 62 tipos de flores de todo el mundo, incluido el c¨®lquico o ¡°quitameriendas¡±, del que tengo una reproducci¨®n en la puerta del frigor¨ªfico a modo de vade retro. En cuanto a los padres o tutores interesados en conocer a fondo de qu¨¦ modo los cuentos tradicionales han ido construyendo nuestro imaginario a lo largo de generaciones, les recuerdo que Debate acaba de reeditar un libro imprescindible (casi tanto como los de Bettelheim) en el que se tratan los aspectos psicol¨®gicos de la fascinaci¨®n que ejercen esas historias que nos contaron y seguimos contando: La bruja debe morir, de Sheldon Cashdan. De nada.
2. Mitoman¨ªas
Cada a?o se editan en todo el mundo cientos de miles de libros. Seg¨²n datos proporcionados por la Federation of European Publishers, en 2015, y s¨®lo en la Uni¨®n Europea, se publicaron m¨¢s de 575.000 t¨ªtulos nuevos. En ese marem¨¢gnum de felic¨ªsima diversidad cultural (excepto en los lugares donde hay censura, que no son pocos) en la que entra todo, de todos, por todos y para todos, hay un peque?o apartado que cada d¨ªa aumenta: los libros dirigidos a mit¨®manos y fetichistas de lo literario. En Espa?a tambi¨¦n se publican, claro: ah¨ª tienen uno publicado hace unos meses por Reino de Cordelia (la editorial de Jes¨²s Egido) del que se me pas¨® hablar en su momento, Libro de las invocaciones, en el que el dibujante Pablo Gallo retrata y comenta gr¨¢ficamente a dos centenares de ¡°escritores actuales¡± junto con el m¨¢s c¨¦lebre colega que cada uno de ellos ha ¡°invocado¡± para la ocasi¨®n. Mi amiga Carla ¡ªuna de las muy improbables lectoras que lee este Sill¨®n desde lejos¡ª me env¨ªa rese?a de un libro del periodista Adrian Mourby, que resulta moderadamente apetecible. Su t¨ªtulo, Rooms of One¡¯s Own (Icon Books), que gui?a el ojo al del c¨¦lebre ensayo de Virginia Woolf, no refleja su contenido tan exactamente como lo hace su subt¨ªtulo: 50 lugares que hicieron la historia literaria. Mourby ha recorrido, visitado o se ha alojado en 50 lugares donde surgi¨® la primera idea de la trama o fueron escritos algunos libros que han tenido importancia: desde el apartamento de King Cross en el que vivieron Rimbaud, su madre y su hermana en julio de 1874 hasta el caf¨¦ de Edimburgo en el que J.?K. Rowling imagin¨® la primera aventura de Harry Potter. Una buena idea comercial para que alguien de por aqu¨ª hiciera lo propio con algunos autores nuestros: a ver si, por ejemplo, encuentran la habitaci¨®n (?y hasta la mesa!) en la que Carmen Laforet escribi¨® (a los 23 a?os) Nada. O, m¨¢s lejos, si consiguen alojarse en la caba?a (suponiendo que a¨²n exista) del ¡°novio americano¡± de Garc¨ªa Lorca en Eden Lake (Vermont), en la que el poeta, sentimentalmente devastado (hab¨ªa huido de Espa?a para curarse las heridas causadas por el maltrato que le infligieron el calientabraguetas Salvador Dal¨ª y el escultor tarambana Emilio Aladr¨¦n), se refugi¨® unos d¨ªas y, tal vez, imagin¨® algunos de los versos del Poema doble del lago Eden, uno de los m¨¢s hermosos de esa obra maestra absoluta que es Poeta en Nueva York.
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