Una pintora na¨ªf y amor real hecho cine
Aisling Walsh, directora de 'Maudie', cree que sin su marido Maud Lewis no se habr¨ªa convertido en la artista que fue
La artritis reumatoide la dej¨® desde ni?a con el ment¨®n pegado al hombro, con andares zambos. Para levantar la vista al frente combaba la espalda, haci¨¦ndose a¨²n m¨¢s min¨²scula. Pero aguantaba la mirada, sonre¨ªa a cuanto tuviera delante: adversidad, la tempran¨ªsima orfandad, una t¨ªa que intent¨® hacerla sentir inservible; miraba con tanta tenacidad que desoy¨® a todos y pint¨®, y su pintura naif, color plano, paisajes vibrantes sin profundidad ni una sola sombra, le trajo la admiraci¨®n de muchos ¡ªNixon colg¨® cuadros suyos en el despacho Oval¡ª y algo m¨¢s importante, saberse capaz e independiente. Felicidad.
La primera vez que?Aisling Walsh supo de la pintora Maud Lewis fue cuando ley¨® el guion de la pel¨ªcula que le ofrec¨ªan dirigir, pero su ejemplo la cautiv¨®. Era una historia que quer¨ªa contar, que quer¨ªa que todos conocieran. El productor canadiense Bob Cooper la llam¨® y ella respondi¨®: "?Cu¨¢ndo y c¨®mo empezamos?". Hab¨ªan pasado una d¨¦cada tratando de encontrar financiaci¨®n y desde que la cineasta irlandesa se embarc¨® a¨²n tardaron tres m¨¢s en rodarla y en que se viera en festivales como el de Toronto o en Nueva York. Y, ahora, ¡ª"por fin", suspira Walsh, y piensa aunque sin obsesionarse en la carrera que le queda por delante al filme y en si ser¨¢ capaz de conmover como ella espera¡ª, llega a las pantallas.
Nada es m¨¢s importante para Walsh en la historia que los 35 a?os de relaci¨®n que unieron a Maud, nacida?Dowley, con Everett Lewis, el hombre con el que a la postre se casar¨ªa y cuyo apellido adoptar¨ªa. ?l, un pescador hura?o y desconfiado, brusco en modales, la clase de tipo que prefiere a los perros y las gallinas antes que a otros seres humanos. Le son menos ¨²tiles. Ella, fr¨¢gil pero luminosa. Lewis, la real, a la que interpreta brillantemente Sally Hawkins, huy¨® de casa para ser su sirvienta y ¨¦l acab¨® dependiendo de ella, de las ganancias que tra¨ªan sus postales y tablas, y viendo alterado su sistema de valores: "Cierra la puerta mientras barres que la pintura est¨¢ todav¨ªa h¨²meda", le dice en cierto momento Maud a Everett en la pel¨ªcula. "Sin ¨¦l no habr¨ªa llegado a ser la artista en que se convirti¨®, eran dos almas perdidas que supieron aprender el uno del otro, un ejemplo de c¨®mo puede cambiarte en lo m¨¢s profundo de tu coraz¨®n la llegada de la persona apropiada. Sobreviv¨ªan porque estaban juntos, sus vidas se habr¨ªan venido abajo, si no, llenas de dolor", afirma Walsh. A los progresos lentos de ese amor le dedica la irlandesa la mayor parte del metraje.
Pasa la c¨¢mara con sutileza y sin pisar muy fuerte sobre otro episodio biogr¨¢fico de la pintora canadiense que, seg¨²n la directora, "fue un drama compartido por millares de mujeres en todo el mundo, a las que acusaban de desvalidas o locas para arrebatarles a sus hijos y venderlos". La sociedad no perdonaba lo que no encajara en un patr¨®n convencional y castigaba a lo que despuntara, opina, como tambi¨¦n cree que Lewis no pudo librarse de esa sombra aunque siguiera alimentando la pasi¨®n por la vida con que hac¨ªa cada cosa, con que se aferraba al pincel cuando la mano estaba ya r¨ªgida como un garfio. "Adem¨¢s de paisajes y animales pint¨® muchos ni?os, siempre sonrientes. Creo que fue su forma de afrontar la ausencia, la p¨¦rdida".
La fisonom¨ªa de Ethan Hawke no encaja con la de Everett Lewis, al que interpreta, ¡ªes notablemente m¨¢s atractivo, un cuerpo menos desvencijado, y no puede ocultarlo tras la caracterizaci¨®n¡ª?pero la directora alaba el trabajo de un hombre "en el momento ¨¢lgido de su carrera" que, seg¨²n cuenta, pas¨® semanas aprendiendo las rutinas de los pescadores de la zona y viviendo tal como ellos lo hac¨ªan; un actor que dice que aport¨® mucho a la hora de concretar esos gestos y manifestaciones verbales que ante la c¨¢mara demuestran la evoluci¨®n de la relaci¨®n de los personajes. La actuaci¨®n de Sally Hawkins mereci¨® parecidos piropos a los que el a?o pasado se le dedicaron a Natalie Portman en Jackie, otro biopic, y la directora fantasea no sin prudencia con que pudiera acarrearle una candidatura al Oscar a mejor actriz protagonista ("Si tanta gente habla y coincide en algo as¨ª..."). "Pero eso no me va a quitar el sue?o", asegura Walsh.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.