Heinz Bude: ¡°Hay mucha amargura en las clases medias¡±
El soci¨®logo trata en ¡®La sociedad del miedo¡¯ el creciente temor a fallar como rasgo definitorio de nuestro tiempo
Los miedos no se subestiman, los miedos se aceptan y se les pone nombre. Porque miedos tenemos todos y cada vez mayores, seg¨²n Heinz Bude (Wuppertal, 1954). Reconocido soci¨®logo alem¨¢n, Bude desgrana en su libro,?La sociedad del miedo (Herder), los temores casi infinitos que han penetrado sigilosamente en las clases medias europeas. Habla Bude del miedo a la marginaci¨®n social, a quedarse solo o a caer una vez alcanzada la meta. De los miedos que no nacen de circunstancias objetivas, sino del contacto con los otros, en una sociedad que seg¨²n Bude, catedr¨¢tico de Macrosociolog¨ªa de la Universidad de Kassel, exige cada vez m¨¢s al individuo. En una terraza al borde de un lago, a las afueras de Berl¨ªn, Bude cita a Franklin D. Roosevelt ¡ª¡°el hombre que comprendi¨® que abordar el miedo es la clave de la dicha p¨²blica¡±¡ª: ¡°No hay que tener miedo al miedo¡±.
PREGUNTA.?Usted cree que los europeos nos hemos vuelto muy ansiosos. ?Por qu¨¦ ahora, en una ¨¦poca de relativa prosperidad?
RESPUESTA.?En Alemania y en el resto de Europa mucha gente ha vivido un periodo de promesas: si trabajabas, tendr¨ªas un buen futuro; con esfuerzo y un poco de suerte, lo pod¨ªas conseguir. Para quienes nacimos a mediados de los cincuenta, esa promesa funcion¨®. Igual no es la vida con la que hab¨ªas so?ado, pero no est¨¢ mal. El problema es que para mucha gente ya no hay una promesa en la que creer. Cada persona est¨¢ sola y es responsable de s¨ª misma. Esa idea de promesa ha sido reemplazada por el miedo.
P.??Miedo a qu¨¦?
¡°Mucha gente ya no tiene una promesa en la que creer. Cada uno est¨¢ solo y es responsable de s¨ª mismo¡±
R.?A no ser el primero, a ser relegado. El problema es que las exigencias y los miedos cada vez est¨¢n m¨¢s extendidos. Ya no es solo el miedo a fracasar en el trabajo. Es tambi¨¦n el de elegir a la pareja equivocada, a fallar como padre¡ Al individuo cada vez se le exige m¨¢s. Ahora hay que tener inteligencia emocional, y hasta para morir hay que hacerlo bien. Se supone que tienes que saber aceptar la muerte y no temerla. El miedo te acompa?a hasta el final. Los recursos que te han dejado tus padres, incluida la herencia intelectual, pueden ayudarte, pero no te garantizan que lo vayas a conseguir, que no vayas a caer en desgracia. Eso genera mucha ansiedad. No es suficiente tener una buena educaci¨®n o unos buenos ingresos para tener estatus social, porque en cualquier momento puedes caer. En sociolog¨ªa, la cuesti¨®n del estatus se ha convertido en un gran tema.
P.??Y no siempre fue as¨ª?
R.?Puede que a lo largo de la historia haya sido as¨ª, pero la diferencia es que ahora somos m¨¢s conscientes. Adem¨¢s, observamos que esto afecta a gente cada vez m¨¢s joven. Desde mediados del siglo XIX se estudia la filosof¨ªa del miedo, pero ahora es una caracter¨ªstica presente en la mayor¨ªa de la gente. Tienes que vivir tu vida por ti mismo y elegir, ?en funci¨®n de qu¨¦? No hay nada, hay sentimiento de vacuidad muy extendido; es la nada.
P.?En su libro habla del resentimiento social, dice que en las sociedades modernas y supuestamente meritocr¨¢ticas deber¨ªa estar superado.
R.?Hay mucha amargura y resentimiento en nuestras clases medias. Gente que piensa que se merece m¨¢s y que su experiencia no le importa a nadie. Por eso, cuando viene alguien y te dice: est¨¢s amargado y yo s¨¦ por qu¨¦ y te cuento la verdad, funciona. Por eso triunfa Trump, porque el populismo tiene una explicaci¨®n emocional. La gente se pregunta: ¡°?Qu¨¦ he hecho mal? Me he esforzado, hice lo que se supone que ten¨ªa que hacer y, sin embargo, me siento desplazado¡±.
P.?Hablaba antes de la gente joven, de que cada vez son m¨¢s conscientes de la angustia social, pero a ellos no les ha dado tiempo a amargarse, ni a decepcionarse.
R.?Tienen miedo a fracasar. Es la subjetividad moderna. La idea de uno mismo con relaci¨®n a los otros; los otros como tu infierno. Est¨¢s rodeado de gente que observa c¨®mo vives tu vida seg¨²n unos par¨¢metros de meritocracia ampliada a muchos aspectos de la vida, con exigencias mucho mayores y m¨¢s difusas. Yo lo llamo lost in perfection (atrapados en la perfecci¨®n).
¡°No es solo el miedo a fracasar en el trabajo, sino tambi¨¦n a elegir a la pareja equivocada¡±
P.?Hay miedo a quedarse marginado, a no llegar. Pero ?qu¨¦ pasa cuando lo consigues, cuando alcanzas tu aspiraci¨®n social?
R.?Pues que sabes que hay muchos atr¨¢s que est¨¢n esperando a que te equivoques. Aunque consigas tu objetivo, el miedo no te abandona.
P.?Usted dice que una alternativa es optar por el conformismo.
R.?Hay dos v¨ªas. Puedes refugiarte en la espiritualidad o en el conformismo, pero en realidad la idea de la iron¨ªa, de que puedes jugar a conformarte ya no funciona. Adem¨¢s, no son los caminos correctos porque hay una cierta verdad en el miedo, por eso no se debe esquivar. No se trata de agitar el miedo, pero s¨ª de civilizarlo, de encontrar f¨®rmulas y rituales, maneras de comunicarlo y normalizarlo. Si sientes que no est¨¢s solo con tus angustias, se crea una cierta solidaridad. Probablemente necesitemos nuevos vocablos para el miedo, m¨¢s acordes con nuestro tiempo. Y tambi¨¦n deber¨ªamos empezar a re¨ªrnos otra vez, retomar la f¨®rmula tradicional de lidiar con ello.
P.??Qu¨¦ papel juega el g¨¦nero en todo esto? Hay mucha literatura sobre lo mucho que se exige a las mujeres y la falta de autoestima que desarrollan porque sienten que no llegan.
R.?Es que los sistemas que alg¨²n d¨ªa se llamaron familias han cambiado y han sido reemplazados por una negociaci¨®n permanente. Las mujeres no est¨¢n dispuestas a adoptar roles tradicionales. Eso hace que haya que deliberar y alcanzar compromisos, y no es f¨¢cil. Y los hombres no son muy competentes a la hora de consensuar.
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