La Stasi contra los Rolling Stones
En 1969, Berl¨ªn Este se alborot¨® con el rumor de que el grupo ingl¨¦s actuar¨ªa junto al Muro

En Hero (Alianza), la m¨¢s reciente biograf¨ªa de David Bowie, firmada por su amiga Lesley-Ann Jones, aparece una an¨¦cdota pintoresca. Comienza en 1976 y en Montreux, donde Bowie se reun¨ªa regularmente con otro exiliado brit¨¢nico, Rick Wakeman. Seg¨²n el teclista, el cantante le confes¨®: ¡°No las tengo todas conmigo respecto a que el capitalismo funcione, ?sabes? Creo que la soluci¨®n podr¨ªa ser el comunismo. Me marcho a vivir un tiempo a Berl¨ªn para averiguarlo¡±. Regres¨® pasados dos a?os y se reencontraron. ¡°El comunismo no es la soluci¨®n¡±, dijo. ¡°Nos re¨ªmos y pedimos otro par de copas¡±, cierra el libro.
A Bowie le disculpamos todo, incluyendo las frivolidades: Berl¨ªn, con su muro ensangrentado, no era precisamente el mejor punto de observaci¨®n sobre las virtudes del comunismo. Tampoco le abrieron las fronteras de la otra Alemania: creador rebelde, disidente sexual, David no era bienvenido en la Rep¨²blica Democr¨¢tica.

He recordado una historia tragic¨®mica al respecto. En 1969, entre los j¨®venes de Berl¨ªn Oriental se difundi¨® el rumor de que The Rolling Stones tocar¨ªan para ellos, el 7 de octubre y desde la azotea de un edificio emblem¨¢tico: las oficinas de Axel Springer, magnate de la prensa sensacionalista. En realidad, todo part¨ªa de un chiste de cierto locutor de una emisora de Berl¨ªn Occidental. Pero, oiga, los Beatles hab¨ªan dado en Londres un concierto similar unos meses antes. Dado que Springer era estridentemente anticomunista y que la fecha coincid¨ªa con la celebraci¨®n del vig¨¦simo aniversario de la fundaci¨®n de la RDA, ten¨ªa visos de verosimilitud.

La Stasi sospech¨® que pod¨ªa tratarse de una meditada ¡°provocaci¨®n capitalista¡±. Dado que la noticia hab¨ªa circulado por varias ciudades de la RDA, el Ministerio para la Seguridad sugiri¨® establecer controles en Berl¨ªn para evitar que los decadentes enturbiaran el d¨ªa de la fiesta nacional. Resultaban reconocibles, a?ad¨ªan, por los pelos largos, los vaqueros, las parkas y, en el caso de las chicas, por sus minifaldas: unos trescientos fueron detenidos y fichados.
Con todo, muchos m¨¢s se colaron y se congregaron en la Leipziger Strasse, frente al inmueble de Springer. Conocemos lo ocurrido a continuaci¨®n gracias a la minuciosa labor del aparato burocr¨¢tico de la RDA, cuyos documentos se reproducen en Gef?ngnis statt Rolling Stones, libro publicado en 2014 por el Comisionado Federal para los Archivos de la Stasi, tambi¨¦n disponible en PDF.

Por lo que parece, la Polic¨ªa Popular fue desbordada. No as¨ª la Stasi, que sac¨® abundantes fotos de los congregados y tom¨® buena nota de su actitud. Aunque pronto se evidenci¨® que all¨ª no hab¨ªa ni rastro de los Rolling Stones, los ¡°perturbadores¡± aprovecharon para dar v¨ªtores a la libertad, a Alexander Dubceck, el l¨ªder de la Primavera de Praga, e incluso a Mao Zedong (!!).
La represi¨®n fue dura. Reforzados por militantes de la FDJ (Juventud Libre Alemana), los uniformados dispersaron a la multitud, arrestando a 430 alborotadores. Amontonados en camiones, terminaron en comisar¨ªas donde sufrieron interrogatorios y malos tratos: hab¨ªan roto la armon¨ªa del D¨ªa de la Rep¨²blica. Los m¨¢s desdichados pasaron por los tribunales acusados de ¡°actividades antisocialistas¡±; les cayeron condenas de dos a?os de c¨¢rcel. Y aqu¨ª llega la deliciosa paradoja: una vez cumplida la pena, estos ¡°enemigos del estado¡± eran expulsados a la Rep¨²blica Federal de Alemania. Por lo que se sabe, ninguno de ellos coincidi¨® con Bowie durante su ¡°indagaci¨®n¡± berlinesa.
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