La ¨®pera se mete en un cami¨®n en busca del vecino de la periferia
La ?pera de Roma viaja por el extrarradio de la capital para representar una versi¨®n abreviada de ¡®Don Giovanni¡¯ sobre un veh¨ªculo ambulante
¡°?C¨®mo era aquello de la monta?a y Mahoma?¡±, se pregunta con una carcajada la se?ora Novella. Jubilada ¡°desde hace mucho¡± y vecina del barrio de toda la vida, se resiste a revelar su edad: ¡°Solo escriba que ya soy mayor para ir a la ¨®pera. Pero si la ¨®pera viene a m¨ª¡¡±. Para asistir a la versi¨®n abreviada del Don Giovanni escenificada sobre un cami¨®n ambulante, ha bajado los cinco pisos que separan su apartamento de la explanada de la iglesia de Dios Padre Misericordioso en Tor Tre Teste, a casi una hora de autob¨²s del Coliseo. Se ha tra¨ªdo una amiga, una botella de agua y un paraguas ¡°por si acaso¡±. Desde su asiento en primera fila, goza de una visi¨®n perfecta del cami¨®n convertido en escenario para los j¨®venes int¨¦rpretes de la ?pera de Roma. Abierto por los lados, de su estructura cuelgan focos, amplificadores y cortinas de pl¨¢stico. La orquesta forma un abanico a sus pies. Los m¨²sicos afinan los instrumentos, vecinos de todas las edades llegan, se saludan, despliegan sillas de campa?a, alguien abre una bolsa de palomitas, otro una cerveza, los ni?os corretean, un perro ladra. La ¨®pera se ha convertido en una gran fiesta de pueblo.
Para el teatro l¨ªrico de la capital italiana, que hace dos a?os estuvo a punto de ahogarse en sus deudas, llevar a Mozart de gira por las periferias es toda una apuesta. El superintendente Carlo Fuortes cree que ¡°una instituci¨®n cultural no est¨¢ al servicio de una ¨¦lite de espectadores sino de todos los ciudadanos¡±. No se ha conformado con rebajar las entradas del espect¨¢culo, sino que decidi¨® entreg¨¢rselo a domicilio a los romanos de las afueras. La iniciativa cosech¨® un gran ¨¦xito el verano pasado con El Barbero de Sevilla, de Gioachino Rossini. Animados por el cari?o del heterog¨¦neo p¨²blico callejero, Fuortes y su equipo concedieron el bis.
¡°Nos arriesgamos con una composici¨®n en equilibrio entre tragedia y comedia: reducirla a una hora y media y a un espacio tan angosto fue un trabajo enorme¡±, suspira el director Fabio Cherstich. Junto con el pintor y escen¨®grafo Gianluigi Toccafondo puso en escena al empedernido libertino vestido de lentejuelas, siempre acompa?ado por las mujeres fornidas pintadas por Toccafondo en las bambalinas o proyectadas en el tel¨®n de fondo. El resultado es una obra muy visual, colorida, caracterizada por un potente cariz caricaturesco y por personajes muy expresivos, de rostros coloreados y ademanes hiperb¨®licos. Un verdadero cebo para el p¨²blico.
¡°Nunca fui a ver una ¨®pera. Siempre me ha parecido algo encorsetado, costoso, para mayores, pero me dicen que no¡¡±, cuenta un vecino
El aparcamiento elegido para este experimento de introducci¨®n a la meloman¨ªa se extiende al lado de la famosa iglesia dise?ada por Richard Meier en ocasi¨®n del Jubileo de 2000. ¡°La parroquia tiene 8.000 almas¡±, cuenta el padre Federico Corrubolo, 51 a?os, los ¨²ltimos siete de cura en Tor Tre Teste. ¡°Es un barrio de clase media, florecido en la d¨¦cada de los ochenta, sin graves problemas de degradaci¨®n¡±. ¡°Pero es el t¨ªpico distrito-dormitorio: ni cine ni teatro, ning¨²n centro de agregaci¨®n¡±, admite Liliana Volpe, reci¨¦n jubilada, aferrada al marido. ¡°Tampoco hay tiendas¡±, le hace eco ¨¦l, Marco Campisano. ¡°Si necesito una camisa me toca conducir seis kil¨®metros para encontrar una¡±. Noches como esta se convierten entonces en ¡°un evento¡±, pone los ojos como platos el se?or Campisano. Fulvio Fioravanti, 37 a?os, una cerveza en la mano y un cigarrillo en la boca, tambi¨¦n aprecia: ¡°Nunca fui a ver una ¨®pera. Siempre me ha parecido algo encorsetado, costoso, para mayores, pero me dicen que no¡¡±, se r¨ªe. ¡°Le convenc¨ª yo¡±, exclama Gino Dominelli, pelo largo, calzoncillos y camiseta deste?ida. ¡°El a?o pasado me oblig¨® ella: qued¨¦ fascinado¡±, dice se?alando a Irene Leone, la ¨²nica aficionada del grupo, satisfecha por su evangelizaci¨®n.
Alejada de las masas
¡°La ¨®pera se ha ido alejando de su funci¨®n de entretenimiento y reflexi¨®n para las masas¡±, cuenta el director Fabio Cherstich sobre la crisis de p¨²blico que esta forma de arte atraviesa en el mismo pa¨ªs que la invent¨®. Por eso se puso a hacer versiones transportables de obras maestras. Y seguir¨¢ incluso fuera de Roma: la siguiente etapa ser¨¢ el 8 de julio a 150 kil¨®metros de la capital, en Amatrice, pueblo tristemente famoso por haber sido derribado por el terremoto del 24 agosto de 2016.
Cuando Don Giovanni desaparece y las ¨²ltimas notas se apagan en el aire, brotan ¡°vivas¡± y un largo aplauso. La compa?¨ªa y la orquesta hacen reverencias. Novella se masajea el brazo: ¡°Me duele de tanto aplaudir. Lo que conozco de Espa?a es El secreto, la telenovela. No me pierdo un cap¨ªtulo. Pero, ?sabe qu¨¦? El se?or este, don Juan, es hasta mejor¡±.
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