Adi¨®s Fantozzi, entra?able h¨¦roe vil de la clase trabajadora
Muere a los 84 a?os el actor italiano Paolo Villaggio, famos¨ªsimo en Italia y creador de un personaje que es un genial icono popular de las miserias del mundo laboral
Ha muerto a los 84 a?os Paolo Villaggio, en Espa?a muy desconocido, pero si miran hoy a Italia, todo el mundo le llora. Lo ha anunciado este lunes su hija Elisabetta en un mensaje de Facebook. Es para m¨ª un misterio por qu¨¦ sus pel¨ªculas nunca han llegado a Espa?a, porque cada vez que se las pongo a un espa?ol se muere de risa. Al hablar de sus pel¨ªculas hablo en general, pero en realidad estoy hablando de la inigualable saga Fantozzi, el s¨ªmbolo del subordinado humillado y servil, del empleado an¨®nimo eternamente desgraciado, de la voracidad despiadada del capitalismo de oficina. Protagoniza una s¨¢tira feroz del mundo laboral que nunca ha pasado de moda y, es m¨¢s, es asombrosamente vigente. Nadie ha ridiculizado como Paolo Villaggio con este personaje las relaciones de empresa y los mecanismos de poder. Es un maestro de un talento tan italiano como es el de la desacralizaci¨®n. Por eso Italia le ama.
El ragionere Ugo Fantozzi dio para diez pel¨ªculas, y todo italiano sabr¨ªa recitar de memoria una docena de escenas. No pasa semana en Italia sin que un columnista, un art¨ªculo, un entrevistado, cite alguna de sus frases o episodios como clave de uso com¨²n. Cre¨® un lenguaje propio, con el uso trastocado del subjuntivo, y dio con una interpretaci¨®n c¨®mica de la realidad, una caricatura entre el c¨®mic y el cine mudo, absolutamente genial y popular. Tambi¨¦n era un humor que resultaba familiar, inmediatamente reconocible, porque asemejaba al de las tonter¨ªas estramb¨®ticas, infantiles, que se imaginan en los corrillos de clase o del trabajo, y por eso sus secuencias se cuentan igual en las cenas, como chistes que siempre hacen re¨ªr.
Morto #PaoloVillaggio, geniale interprete del ragionier #Fantozzi https://t.co/DKtWbA0JpQ pic.twitter.com/mq0lK7LPxL
— La Stampa (@LaStampa) July 3, 2017
Hay decenas que est¨¢n entre las m¨¢s descacharrantes del cine italiano. Una de las m¨¢s citadas, por ejemplo, es la del cineclub sesudo al que obliga a ir a los empleados en su d¨ªa libre un directivo psic¨®pata. Un d¨ªa coincide con un partido de Italia en el mundial y el tipo es implacable, los encierra a ver El acorazado Potemkin. Al intervenir en el debate Fantozzi tiene un momento de dignidad y se atreve a decir lo que piensa. Invitado a expresar su opini¨®n, lanza lo que se ha convertido en Italia en el grito por excelencia de la clase trabajadora harta de condescendencia intelectual: ¡°? una cagata pazzesca!¡± (Una cagada incre¨ªble). Nadie en Italia puede citar ya el acorazado Potemkim, ni siquiera en un debate serio, sin que se le escape una risa.
Villaggio, ¨¢cido, descre¨ªdo e inteligente, era amigo del alma y de correr¨ªas de Ugo Tognazzi y Vittorio Gassman, aquellos monstruos de la escena de la mejor comedia italiana. Naturalmente no estaba su altura, y pag¨® el haber llegado despu¨¦s de la ¨¦poca de oro del cine de este pa¨ªs. Su talento como actor era m¨¢s limitado, su registro era otro, pero ha muerto uno de los m¨¢s grandes c¨®micos del cine italiano. El Festival de Cine de Venecia le concedi¨® en 1992 el Le¨®n de Oro por su carrera. Le penaliz¨® su exitoso cine popular, menospreciado como de serie B, y es verdad que hizo pel¨ªculas taquilleras del mont¨®n, pero ¨¦l siempre aportaba algo valioso e imaginativo, un genio del sketch. Ten¨ªa algo grandioso, de m¨¢scara ¨²nica, de fisicidad artesanal de clown, que por ejemplo vio perfectamente Federico Fellini. Protagoniz¨® su ¨²ltima pel¨ªcula, La voce della Luna (1990). Tambi¨¦n otro de los m¨¢s grandes del cine italiano, Mario Monicelli, cont¨® con ¨¦l varias ocasiones y fue protagonista de una pel¨ªcula entra?able, Carissimi fottutissimi amici (1994), sobre un grupo de boxeadores ambulantes en la posguerra.
Genov¨¦s, de origen muy humilde, lleg¨® al cine en los setenta desde el cabaret, la televisi¨®n y luego el ¨¦xito literario, porque su personaje Fantozzi fue primero un libro de grandes ventas. Era un escritor c¨®mico fant¨¢stico. De ah¨ª naci¨® la primera pel¨ªcula de la serie en 1975, dirigida por Luciano Salce. Su arranque es memorable y marca un estilo que durar¨ªa 24 a?os: la grotesca voz en off de Villaggio narra el inicio de la dura jornada laboral de Fantozzi, que tiene todo cronometrado para levantarse lo m¨¢s tarde posible y llegar a fichar a la hora, pero un imprevisto le obliga a coger el autob¨²s saltando por el balc¨®n. Es un punto de la Tangenziale Est, la inveros¨ªmil circunvalaci¨®n de Roma, donde las casas dan a la autopista y que a¨²n sigue siendo exactamente igual. La vida de Fantozzi, un ser in¨²til, conformista y mezquino, se desarrolla entre compa?eros de trabajo a¨²n m¨¢s miserables y temibles megadirectores gal¨¢cticos con sill¨®n de piel humana y acuario de empleados vivos. Es una cr¨ªtica divertid¨ªsima de toda la sociedad italiana. Quien quiera comprender Italia debe conocer a Fantozzi. Es un regalo que nos ha dejado Paolo Villaggio con su gran humanidad. ?l no cre¨ªa en el m¨¢s all¨¢, pero su personaje a buen seguro ya estar¨¢ inform¨¢ndose de la escala salarial de las distintas categor¨ªas de ¨¢ngeles y haciendo la pelota a San Pedro, con mil reverencias, cuando le deje pasar, con otra de sus frases m¨¢s famosas: ¡°?Oh, qu¨¦ humano es usted!¡±.
Ricordo #PaoloVillaggio Talento comico straordinario ha insegnato a generazioni di italiani a riconoscere i propri tic
— Paolo Gentiloni (@PaoloGentiloni) July 3, 2017
Babelia
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