Cultura para resistir frente a la crisis

Junto con el nuevo Museo Nacional de Arte Contempor¨¢neo (EMST, en sus siglas griegas), que ocupa la sede de una antigua planta cervecera a tiro de piedra de la Acr¨®polis ¡ªtodo en Atenas est¨¢ a la vista de su diosa tutelar¡ª, el Centro Cultural de la Fundaci¨®n Stavros Niarchos se ha convertido en tiempo r¨¦cord en un polo de desarrollo urbano. Como por arte de magia, abrazando el hormig¨®n de la ciudad y el azul del mar Egeo, ha insuflado vida a lo que hace mucho fue un hip¨®dromo, luego un inmenso solar vac¨ªo y, a la postre, una met¨¢fora del derribo emocional y f¨ªsico de la urbe. Alrededor de un bello edificio de m¨¢rmol, acero y cristal firmado por Renzo Piano, se extiende un parque inabarcable (170.000 metros cuadrados) con paseos, pistas para ciclistas y patinadores e incluso un canal para peque?as embarcaciones. En el interior del colosal edificio, de construcci¨®n sostenible ¡ªes el primer centro de este tipo en Europa que logra la certificaci¨®n LEED Platinum¡ª, se conjugan dos alas, las sedes de la Biblioteca Nacional y de la ?pera, con un escenario que se inaugur¨® en noviembre de 2016 durante la visita a Grecia, en el ¨²ltimo viaje al exterior de su mandato, del expresidente de EE UU Barack Obama.

Equidistante de la Acr¨®polis y el Egeo, con una panor¨¢mica de 360? desde la terraza superior, el centro tard¨® cuatro a?os y medio en construirse y cost¨® unos 600 millones de euros. La Biblioteca puede albergar hasta dos millones de vol¨²menes y, cuando est¨¦ en funcionamiento, encerrar¨¢ un total de 5.000 manuscritos milenarios. Del vest¨ªbulo y la gran sala de la ?pera cuelgan m¨®viles del japon¨¦s Susumu Shingu. El escenario se despliega en un juego de terciopelos rojos, en un gui?o neocl¨¢sico a la vanguardia. El ala de la ?pera dispone de dos auditorios, el inaugurado por Obama en su discurso ¡ªen el que glos¨® la imperecedera contribuci¨®n de Grecia a Occidente¡ª, para representaciones tradicionales (1.400 butacas), y otro para obras experimentales (450). La sala de ensayo del ballet mira al Egeo.

Las dos veteranas instituciones, que llevaban respectivamente 100 y 60 a?os en su emplazamiento actual, en el centro de Atenas, terminar¨¢n su mudanza al centro en oto?o, si bien el staff l¨ªrico ha realizado continuas pruebas antes de acometer el traslado. A lo largo del invierno y la primavera pasados el centro ha superado el rodaje con nota: con una masiva afluencia de visitantes (760.000 entre junio de 2016 y finales de febrero pasado) y unas cuantas actividades escogidas, como una exposici¨®n sobre Piano o el Festival Nostos (regreso, en griego), celebrado en junio y cuyo plato fuerte fue la lectura dramatizada de textos de Sylvia Plath por la actriz Charlotte Rampling, con m¨²sica de chelo. La gratuidad de todas las actividades ¡ªsalvo las entradas para la ¨®pera cuando ¨¦sta funcione¡ª es se?a de identidad de la casa.

Pero por encima de la magnificencia de la obra, si algo destaca del Centro Cultural Stavros Niarchos es el mensaje de resiliencia frente a la crisis. En 2008 se eligi¨® arquitecto, el italiano Piano, que acaba de inaugurar otro emblema urbano, el Centro Bot¨ªn en Santander; en 2009 ¡ªincipiente la dura etapa de rescates y ajustes que se avecinaba¡ª la fundaci¨®n firm¨® el acuerdo con el Estado y en 2012, el peor a?o de la crisis, empezaron las obras, terminadas el verano pasado. ¡°Cuando empez¨® la crisis hubo voces que cuestionaron el gasto de tantos millones en esto, pero el proyecto ten¨ªa que seguir adelante precisamente por la crisis, pensando en el futuro y en los ciudadanos¡±, explica Elly Andriopoulou, m¨¢nager del centro. Para compensar el gran desembolso de dinero en el periodo m¨¢s aciago de la historia reciente de Grecia, la Fundaci¨®n Niarchos lanz¨® al tiempo varios programas sociales, dotados con 200 millones de euros para enfrentar la crisis y otros 100 para combatir el paro juvenil.

El 23 de febrero pasado, en una ceremonia presidida por el primer ministro griego, Alexis Tsipras, el centro pas¨® a dominio p¨²blico. Sin embargo, la cesi¨®n de la titularidad al Estado, diezmado por tres rescates, suscit¨® dudas entre quienes tem¨ªan una gesti¨®n deficiente por parte de los poderes p¨²blicos; a ello se sum¨® la dimisi¨®n, casi inmediata, de su director. Pero su viabilidad parece estar m¨¢s que asegurada: la fundaci¨®n Stavros Niarchos hizo entrega al Estado, junto con el recinto, de 617 millones de euros adicionales para financiar el arranque de su andadura. ¡°El papel de la fundaci¨®n era ponerlo en marcha y hacer las obras. Pero ser¨¢ el Estado el que lo gestionar¨¢, porque es un regalo para los ciudadanos¡±, a?ade Andriopoulou. ¡°Esto es mucho m¨¢s que un centro cultural, es un lugar p¨²blico, para los ciudadanos, que lo cuidan como si fuera algo propio. La mayor parte de los visitantes son vecinos de los barrios cercanos¡±. Quienes, por cierto, como ni?os con zapatos nuevos, lo han convertido en uno de los reyes del Instagram griego.

¡°Cuando se proyect¨®, se hicieron estudios de impacto en tres sectores: social, medioambiental ¡ªla gran masa de ¨¢rboles que lo rodea contribuye a disminuir la temperatura en verano un par de grados¡ª y econ¨®mico, incluida la proyecci¨®n tur¨ªstica. Es una gran oportunidad en este sentido, pues es equidistante del puerto del Pireo y el centro urbano de Atenas, y por tanto zona de paso para los turistas que van o vienen de las islas. El centro de convenciones tambi¨¦n estar¨¢ abierto a reuniones internacionales, dinamizando ese sector¡±. C¨¢lculos de la fundaci¨®n estiman en 140 millones de euros al a?o el impacto positivo que el centro tendr¨¢ en la econom¨ªa nacional.

En una ciudad pujante, efervescente sobre todo en el ¨¢mbito de la escena y la creaci¨®n art¨ªstica ¡ªeste mismo domingo se clausur¨® la sucursal local de la Documenta de Kassel¡ª, y donde har¨ªan falta d¨ªas de muchas m¨¢s horas para satisfacer la inabarcable oferta cultural, el Centro Cultural de la Fundaci¨®n Stavros Niarchos es ya la joya de la corona que siempre, incluso en los d¨ªas m¨¢s infaustos de la crisis, ci?¨® la capital griega.