Las comedias familiares te ayudan a entender la sociedad
Series como 'The Carmichael Show', 'Black-ish' o 'D¨ªa a d¨ªa' meten el dedo en la llaga en temas conflictivos
Aquella ma?ana a mediados de junio, EE UU asist¨ªa a su ¨²ltimo tiroteo. Un jubilado hab¨ªa disparado a un congresista republicano. El debate del control de armas volv¨ªa a saltar a los informativos, aunque la cadena NBC decidi¨® ser m¨¢s cauta. El cap¨ªtulo de la comedia The Carmichael Show de esa noche se centraba en las consecuencias psicol¨®gicas de sobrevivir a un tiroteo masivo y, para no enfurecer a nadie, lo pospusieron de inmediato. El tema era espinoso, s¨ª, pero su protagonista y creador, Jerrod Carmichael, no estaba de acuerdo con lo decidido: "Era la oportunidad de crear una conversaci¨®n. Dijeron: 'es demasiado pronto', pero ?cu¨¢ndo no lo es? Esto pasa constantemente. Al retirarlo, afirmamos que no estamos listos para un di¨¢logo real. Hace un flaco favor a la audiencia".
The Carmichael Show no es conocida en Espa?a. La comedia no tiene siquiera quien la emita. Es l¨®gico. Sus temas y chistes no solo son espinosos, sino tambi¨¦n, en ocasiones, puramente estadounidenses: el movimiento contra la discriminaci¨®n racial Black Lives Matter, las acusaciones de violaci¨®n de Bill Cosby, gentrificaci¨®n, transexualidad o el uso prohibido de la palabra negro en ingl¨¦s. Pese a su cascar¨®n de sitcom cl¨¢sica con p¨²blico en directo, all¨ª no hay tab¨². "No quer¨ªa una sitcom risue?a. Buscaba hacerla para un p¨²blico adulto, hablando de problemas reales", explicaba Carmichael: "Es un resumen de tu vida desde el punto de vista de mi familia. En mi casa, la cena siempre era una discusi¨®n".
Dos semanas despu¨¦s de esta pol¨¦mica, NBC decidi¨® cancelarla definitivamente. Pese a que las comedias sobre la sociedad y con temas pol¨ªticamente incorrectos son un cl¨¢sico de la televisi¨®n estadounidense en abierto, hoy se ve¨ªa como una sitcom inc¨®moda, una rareza. Pero Carmichael se inspiraba en modelos probados, en ¨¦xitos creados en los setenta por Norman Lear como All in the family, que logr¨® ser l¨ªder de audiencia hablando de temas raciales, misoginia y homosexualidad. "La televisi¨®n iba a rebufo de la sociedad. Despu¨¦s de los movimientos civiles de los sesenta, se atrev¨ªan con estas tem¨¢ticas para ganarse a la nueva generaci¨®n. Era comercialmente l¨®gico", explica el guionista espa?ol Natxo L¨®pez, cuyo ¨²ltimo trabajo es All¨ª abajo: "La comedia no parte de la frivolidad, sino de enfrentar conflictos". Nixon coloc¨® a Lear en la lista negra por su alegato contra Vietnam, pero EE UU amaba a esta familia de padre conservador y yerno hippie. Tanto que de ella nacieron siete series derivadas, r¨¦cord hist¨®rico de spin-offs. "No puedes cambiar la opini¨®n de la gente, pero s¨ª obligarlos a pensar", argumentaba Lear.
Esas comedias normalizaban temas habituales en la sociedad con los que otros no se atrev¨ªan. Adem¨¢s del sexo en la tercera edad, Las chicas de oro hablaba del VIH, mientras Roseanne discut¨ªa sobre problemas de clase. Entre carcajadas, todo parec¨ªa m¨¢s inteligible que un acalorado debate pol¨ªtico. El exvicepresidente Joe Biden lo reconoc¨ªa al apoyar el matrimonio gay: "Will & Grace hizo m¨¢s por educar al p¨²blico que cualquiera". Tras la salida del armario de Ellen Degeneres en 1997, numerosos grupos cristianos se manifestaban a la puerta de NBC. 12 a?os m¨¢s tarde, Modern Family coloc¨® a un matrimonio homosexual como padres de una ni?a. Ya no hubo estruendo. Es m¨¢s, incluso el candidato republicano Mitt Romney dec¨ªa que era su serie favorita.
El ejemplo de Lear es del que bebe tambi¨¦n Black-ish, comedia que, bajo t¨ªtulo provocador, utiliza su fama para llevar a la mesa de las familias estadounidenses temas divisorios como la violencia policial o lo que significa para el discurso racial la victoria presidencial de Donald Trump, que critic¨® en sus comienzos a esta familia afroamericana sin complejos.
Pero el nonagenario Lear sigue teniendo cosas que decir. D¨ªa a d¨ªa, remake latino de su comedia sobre una familia de clase trabajadora, no huye de temas como el ate¨ªsmo, los refugiados o Cuba. Hoy su espacio, eso s¨ª, ya no se encuentra en abierto, sino en Netflix. En un episodio, su protagonista, militar veterana de Afganist¨¢n, trata de lograr asistencia telef¨®nica de su seguro. El cap¨ªtulo acaba en un emocionante discurso sobre la vejaci¨®n sufrida por los militares. En otro, la familia acepta sin rechistar la salida del armario de su hija adolescente, aunque, en un giro inesperado, la madre comienza a plantearse prejuicios subconscientes.
Risas y l¨¢grimas se entremezclan con discursos reales con mucho m¨¢s que decir de lo que parece a simple vista. La comedia se convierte en compa?¨ªa de la rutina del televidente. Lear lo resum¨ªa de manera sencilla: "Cuanto m¨¢s importas a la audiencia, m¨¢s r¨ªen".
Espa?a, asignatura pendiente
Era el comienzo de su carrera como guionista cuando Natxo L¨®pez se cruz¨® con una comedia espa?ola que se mojaba. "7 vidas hablaba directamente de la sociedad. En un episodio, los personajes iban a votar, y sab¨ªamos de qu¨¦ partido era cada uno. Pensaba que el fen¨®meno ir¨ªa a m¨¢s, pero no. Aqu¨ª todo pasa por casualidad. Hoy todos buscan peleas entre comunidades". Despu¨¦s lleg¨® a Con el culo al aire, pero, pese a que comenzaba con familias destruidas por la crisis, al final "no iba m¨¢s all¨¢. Era otra serie de vecinos".
"Si eres gamberro con temas serios, no caes en moralismos sonrojantes. No hay que huir de la pol¨¦mica. El beso de Fernando y Mauri de Aqu¨ª no hay quien viva acab¨® en el Congreso en Colombia", recuerda Alberto Caballero, que en La que se avecina toca temas como la transexualidad, si bien afirma que la comedia ocupa un espacio muy peque?o en televisi¨®n: "El tiempo del humor es contempor¨¢neo, y en nuestra televisi¨®n faltan series contempor¨¢neas".
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