Tira al oeste, Pollock
El autor estadounidense consigue culminar uno de los libros m¨¢s audaces, a la vez que cl¨¢sicos en forma y divertidos del a?o
"Go West, young man¡±. El grito de guerra del destino manifiesto, la llamada a la colonizaci¨®n del Oeste americano (as¨ª como un v¨ªdeo muy gay de Pet Shop Boys). ¡°Tira pa¡¯l Oeste, rapazuelo¡±. Un lema que ha infectado, ya convertido en met¨¢fora, a numerosos cineastas y escritores. S¨ª, muchos artistas sucumben al romanticismo del w¨¦stern: un hombre solo contra los elementos (y algunos indios revoltosos). Algunos de ellos, como nuestros autores de bolsilibro, porque pon¨ªa macarrones en la mesa. Otros porque, continuando con el lema pionero, parec¨ªa el ¨²ltimo reto, como un rito de pasaje que todo artista criado en salas de barrio y discos de rock and roll y libros de Zane Grey tuviese que probar alg¨²n d¨ªa.
Donald Ray Pollock, autor de dos grandes libros de realismo mugriento y g¨®tico sure?o (los relatos ?Knockemstiff; la novela El diablo a todas horas), es uno de los ¨²ltimos escritores en sumarse a la tradici¨®n del w¨¦stern. Su salto de fe se parece al de Richard Price cuando decidi¨® dejar de hablar de su familia y se sumergi¨® en lo criminal. Un acto valiente, un aumento de apuesta que todo artista est¨¢ obligado a realizar en alg¨²n punto de su carrera: abandonar lo confortable, adentrarse en lo desconocido. Con el consiguiente peligro de extraviarse o caerse a una zanja. Pero no. Pollock sale m¨¢s que airoso de su incursi¨®n. El banquete celestial representa un audaz paso adelante para un narrador especializado en contar las vidas de los vencidos, los da?ados, los irredimibles. ?C¨®mo lo ha hecho? Elemental: al igual que hizo Francisco Casavella en Lo que s¨¦ de los vampiros, Pollock ha agarrado sus temas de siempre (redenci¨®n, culpa, violencia, pueblos-de-mierda) y sus personajes arquet¨ªpicos (losers con un pie en el infierno) y los ha mandado a deambular por el a?o 1917, en alg¨²n culo de mundo de la frontera entre Georgia y Alabama. El cambio de aires les sienta bien. Pollock abandona la frase de redoble y se concentra en contar. Su estilo en El banquete celestial es mucho m¨¢s contenido, m¨¢s cl¨¢sico, menos de pu?etazo. Sobrio y detallado, sin ahorrar en carnicer¨ªa ni humor negro. Los subrayadores hallar¨¢n menos frases que imprimir en camisetas, pero una historia mucho m¨¢s compleja, rica en paisaje humano y saga familiar. Impulso Harry Crews, pero herramientas Oakley Hall. La historia es lo importante.
Y es fant¨¢stica: los hermanos Jewett (Cane, Cob y Chimney: el listo, el tonto y el granuja), cautivados por las aventuras de un pistolero de noveleta y azuzados por la miseria, deciden colgar los azadones y empezar a delinquir. Ah¨ª empieza un quijotesco periplo criminal, sembrado de aventuras, higadillos y secundarios inolvidables. Combin¨¢ndolos, hurgando en sus biograf¨ªas, trazando sus senderos, Pollock consigue culminar uno de los libros m¨¢s audaces, a la vez que cl¨¢sicos en forma y, para colmo, divertidos, del a?o.
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Autor: Donald Ray Pollock. Traducci¨®n de Javier Calvo.
Editorial:? Literatura Random House (2017).
Formato: versi¨®n Kindle y tapa blanda (413 p¨¢ginas).
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