Al teatro con maletas
Muchos c¨®micos me dicen que todo est¨¢ yendo demasiado r¨¢pido. Tienen raz¨®n, y por otro lado no hay cama para tanta gente, como dec¨ªa do?a Celia
Muchos c¨®micos me dicen que todo est¨¢ yendo demasiado r¨¢pido, que los estrenos se suceden como cangilones de una noria acelerada, que a veces se pierden obras espl¨¦ndidas a las que no se les da tiempo de encontrar su p¨²blico ni su cr¨ªtica. Tienen raz¨®n, y por otro lado no hay cama para tanta gente, como dec¨ªa do?a Celia. Me vuelve a la cabeza la larga conversaci¨®n que tuve har¨¢ unos meses con Javier Daulte sobre el teatro argentino, tan distinto del nuestro.
Daulte acababa de estrenar su nueva obra, Clarividentes, en su propia sala, Espacio Callej¨®n, en el barrio de Almagro. Le pregunt¨¦ cu¨¢nto hab¨ªan durado los ensayos y cu¨¢nto tiempo pod¨ªa estar en cartel. Me contest¨®: ¡°Acostumbramos a ensayar seis meses, a raz¨®n de tres ensayos por semana. Esto es as¨ª porque la mayor¨ªa de los actores est¨¢n trabajando en otras cosas y es dif¨ªcil juntarles. Se ensaya cuando se puede, y se estrena cuando la funci¨®n est¨¢ lista. Naturalmente, hay una cierta planificaci¨®n: yo suelo saber cu¨¢ndo estrenaremos con un par de meses de antelaci¨®n, pero no mucho m¨¢s all¨¢¡±. Me parec¨ªa, le dije, un sistema sugestivo aunque bastante arriesgado: quiz¨¢s permita trabajar mucho m¨¢s un espect¨¢culo, pero, ?no se corre el riesgo de perder la intensidad (o el inter¨¦s) durante seis meses? ¡°Claro¡±, me respondi¨®, ¡°y por eso mi trabajo es mantener lo que llamo el ¨¢nimo de la escena: conservar el poder de seducci¨®n del texto sobre los actores¡±. Luego me dijo otra cosa que entend¨ª aunque, l¨®gicamente, no me convenci¨®: ¡°En el teatro alternativo no cobramos los ensayos. No podr¨ªamos sacar adelante una producci¨®n durante seis meses. Luego, si funciona, est¨¢ en cartel todo el tiempo que aguante, para resarcirnos¡±.
Le pregunt¨¦ sobre el mundo de la calle Corrientes, lo que se considera ¡°teatro comercial¡±, y me cont¨® algo que no sab¨ªa: ¡°En Corrientes s¨ª se cobran los ensayos, aunque se va a taquilla, porque hay mucho p¨²blico: los productores calculan por la venta anticipada lo que puede funcionar una obra, y a los actores les sale m¨¢s a cuenta que ir a cach¨¦. As¨ª se embarcan en proyectos que pueden durar a?os. Yo les he visto llegar a su camerino con maletas, con fotos de familia para colgar en las paredes, porque aunque vivan en Buenos Aires, el teatro se convierte en una segunda casa. Algunos se lo plantean muy seriamente, porque han de convivir con la obra y con el personaje, y dicen: ¡®Yo no s¨¦ si quiero pasar dos o tres a?os con ese material¡¯. La funci¨®n es la misma, pero su vida cambia. Se muere un hermano, nace un hijo, se va su mujer¡ o se va su pasi¨®n por la obra. Claro que pueden dejarlo, pero esa es la ¨²ltima opci¨®n. Las preguntas b¨¢sicas no tienen respuestas racionales. Van m¨¢s all¨¢ del dinero que puedas ganar. Muchas veces yo no hago una obra porque la entienda, sino porque me atrae. Es como el amor: uno se enamora de alguien y no sabe porqu¨¦, se enamora y basta. Y, como te dec¨ªa antes, para que la pareja dure hay que mantener el enamoramiento: el misterio¡±.
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