Y el canalla se hizo santo
El Festival de Almagro recupera una orillada comedia teol¨®gica de Cervantes
El rufi¨¢n dichoso
Autor: Cervantes. Adaptaci¨®n: Jos¨¦ Padilla. Int¨¦rpretes: Nicol¨¢s Illoro, Pablo V¨¢zquez, Javier Collado, Alejandra Mayo, Montse D¨ªez, Julio Hidalgo, Juan Jos¨¦ Sevilla, Raquel Nogueira y Ra¨²l Pulido. M¨²sica original: Javier D¨ªez-Latorre. Vestuario y caracterizaci¨®n: Pablo Porcel, Antonio Sicilia. Escenograf¨ªa: Anna Gil. Luz: Alberto Yag¨¹e. Direcci¨®n: Rodrigo Arribas, Ver¨®nica Clausich.
Almagro. Corral de Comedias, 28 de julio. Madrid. Teatro Bellas Artes, en octubre.
Una comedia teol¨®gica sobre el libre albedr¨ªo y sobre la posibilidad de que un malvado acabe gan¨¢ndose el cielo. Con El rufi¨¢n dichoso, Cervantes pone la piedra angular del imponente edificio propagand¨ªstico de la fe erigido a lo largo del Siglo de Oro por los dramaturgos de la Contrarreforma. Mediante la composici¨®n de m¨¢s de 800 obras hagiogr¨¢ficas entreveradas de episodios de capa y espada, Lope, Tirso, Calder¨®n, Mira de Amescua y sus coet¨¢neos convirtieron al catolicismo m¨¢s almas que todos los curas con sus pr¨¦dicas, difundieron profusamente el ideario de la Iglesia postridentina, promovieron el culto a los santos como mediadores con lo divino y favorecieron, por encargo, el proceso de beatificaci¨®n de cl¨¦rigos de diversas ¨®rdenes religiosas.
Cervantes glos¨® la figura de fray Crist¨®bal de Lugo en El rufi¨¢n dichoso, comedia inspirada en la historia de los dominicos en M¨¦xico escrita por Agust¨ªn D¨¢vila Padilla, pr¨®ximo obispo de Santo Domingo, probablemente a cambio de que este informara a favor de la reapertura de los teatros madrile?os en la comisi¨®n de te¨®logos reunida en 1600 por el Duque de Lerma, privado de Felipe III.
En la puesta en escena que Rodrigo Arribas y Ver¨®nica Clausich presentan el viernes 28 en el Festival de Almagro, la agresiva desenvoltura cotidiana del joven canalla Crist¨®bal de Lugo y sus cofrades evoca tanto la de las maras salvadore?as como la de la pandilla protagonista de La naranja mec¨¢nica, novela en la que Anthony Burgess proclama la humana libertad de elecci¨®n, 360 a?os despu¨¦s que Cervantes, a trav¨¦s de ?lex, p¨¦rfido protagonista que al madurar da un giro moral de 180 grados.
En la primera jornada, que suma medio espect¨¢culo, brillan el castellano terso y elocuente de Cervantes (en Espa?a, a protestar ante la casa de una autoridad se le llama desde siempre "dar la matraca", sintagma cien veces m¨¢s expresivo que el reciente "hacer un escrache"), la acci¨®n bien trenzada, las peleas con armas blancas, la sorpresiva interpretaci¨®n desenvuelta del jovenc¨ªsimo protagonista Nicol¨¢s Illoro y el encaje de bolillos que Jos¨¦ Padilla hace para casar el texto original con el reparto de esta compa?¨ªa, auspiciada por la Fundaci¨®n Siglo de Oro y la Universidad Internacional de La Rioja.
En la segunda parte (donde se entra en materia teol¨®gica), que pec¨® de premiosa durante su estreno en el Festival Cl¨¢sicos en Alcal¨¢, se pone de manifiesto el porqu¨¦ del escaso ¨¦xito que el teatro cervantino tuvo siempre, exceptuados sus entremeses y tres de sus piezas mayores. Dado que acontece ¨ªntegramente en M¨¦xico, hubiera procedido crear un paisaje sonoro diferenciador respecto a la parte primera, usando m¨²sica del Virreinato, tan sugestiva como desconocida hoy en Espa?a. Respecto a la enfermedad que deforma el rostro de Lugo, cabe pedir una caracterizaci¨®n mejor o que se deje su faz al descubierto, para que el p¨²blico imagine lo que sus interlocutores ven en ella. El andamiaje escenogr¨¢fico estorb¨® la visi¨®n de una figura diab¨®lica proyectada: la compa?¨ªa prescindir¨¢ de ambos recursos en el Corral de Almagro.
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