Cinco razones que han llevado a James Rhodes a mudarse a vivir en Madrid
El pianista y escritor da su primer recital en la ciudad como vecino en el Teatro Real
Suele vestir dos camisetas negras con inscripciones en blanco. En una dice Bach y en otra Chopin. El martes escogi¨® la primera para presentarse ante sus nuevos vecinos. Fue en el Teatro Real de Madrid, dentro del ciclo Universal Music Festival y recibi¨® un aplauso al anunciarlo: ¡°Hace dos semanas que me he mudado a Madrid y me encanta. Todav¨ªa no hablo bien espa?ol, estoy aprendiendo despacio, despacito¡¡±. Y se marc¨® el baile Fonsi, animado por sus conciudadanos.
Entre las razones que dio antes de meterse a tocar seis partitas de Bach hab¨ªa todo tipo de motivos: ¡°La gente, salir de Londres, si ustedes lo conocen, lo entender¨¢n, la comida y, claro, el Brexit¡¡±. Pero existen otras de peso que le han convencido para dar el paso definitivo y alquilar en la ciudad un piso con piano.
Lo ven¨ªa rumiando desde que empez¨® a hacer giras por Espa?a. El ¨¦xito de sus libros ¨Cpublicados en Blackie Books- ha tenido que ver. Pero tambi¨¦n su estado an¨ªmico. ¡°Aqu¨ª no me hace falta la medicaci¨®n¡±, ha aclarado, aunque duda que el estado de euforia sea ¨®ptimo para su trabajo. Al fin y al cabo, Rhodes ha convertido los estragos de su locura, la depresi¨®n y sus traumas como v¨ªctima de abusos en la infancia en un fil¨®n. En los rastreos de sus diferentes entrevistas concedidas a EL PA?S, fue dando pistas para explicar su decisi¨®n. He aqu¨ª cinco razones de peso:
¡°La gente, salir de Londres, si ustedes lo conocen, lo entender¨¢n, la comida y, claro, el Brexit¡¡±, esgrimi¨® el pianista el jueves en el Real
Goya. En una de esos d¨ªas calurosos en los que le dio por deambular por la ciudad encontr¨® un cartel del Museo del Prado en el que se le¨ªa: Goya. Entr¨® a verlo, nunca lo hab¨ªa hecho y r¨¢pidamente estableci¨® el paralelismo m¨¢s acorde con sus pasiones. La hermandad entre el pintor y Beethoven, el alumbramiento de sendas locuras para el arte y la m¨²sica a principios del siglo XIX y la sordera, le hizo penetrar en el mundo goyesco como un im¨¢n. Tambi¨¦n hall¨® en la obra del aragon¨¦s un v¨ªnculo con el abismo. Y se consol¨® contempl¨¢ndolo.
Javier Perianes. No lo conoce personalmente, pero s¨ª como m¨²sico. En varias entrevistas, James Rhodes ha declarado su infinita admiraci¨®n por uno de los pianistas j¨®venes m¨¢s en forma a nivel mundial: el andaluz Javier Perianes. Hace dos a?os, quien firma esto, le regal¨® el disco que el espa?ol dedic¨® a Grieg y le fascin¨®. Su nueva entrega dedicada a Schubert, con las sonatas 960 y 664, le ha causado aun mayor impacto. Para Rhodes es como si escuchara a Horowitz, Glenn Gould o Alfred Brendel, aunque m¨¢s espont¨¢neo, declaraba esta semana a El Mundo, ¡°un Brendel 2.0¡±, comenta. Pero en esa liga.
La Gran V¨ªa. Ha sido el lugar elegido para alguna de sus estancias previas. Los hoteles de la Gran V¨ªa han supuesto un im¨¢n imbatible. Sobre todo al caminar de vuelta a su habitaci¨®n, con gente que le paraba amable y le sonre¨ªa sin importar la hora del d¨ªa. Vivir en una ciudad con una calle que puede ser muestra de lo m¨¢s excelso y lo m¨¢s desesperado y te fascine, no tiene rival.
Comida. Para un ingl¨¦s no hay mucho secreto. Sustituir un fletan con patatas de dudosa procedencia en eso que llaman fish and chips por un pescado fresco al horno o a la plancha en cualquier restaurante, supone una revelaci¨®n metaf¨ªsica. Pero Rhodes parece m¨¢s de carne que de pescado y en eso, el jam¨®n o la enorme variedad de chuletas rojas, lo han seducido igualmente. La comida ha sido otra de las razones a favor para instalarse en Espa?a. El salmorejo ha jugado tambi¨¦n su papel en verano por lo que parece.
Brexit. Lo admiti¨® el jueves en su actuaci¨®n del Real. Pero llevaba tiempo bramando contra el Brexit. Primero sobre la decisi¨®n de sus compatriotas en s¨ª, pero en los ¨²ltimos meses ha sido la sucesi¨®n de noticias deprimentes en torno al mismo lo que tambi¨¦n le ha empujado fuera. Se siente m¨¢s europeo que ingl¨¦s. Y lleno de verg¨¹enza por todo lo que tiene que ver con los rechazos.
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