¡®Soligamia¡¯
El verano es la estaci¨®n en la que la relaci¨®n extramatrimonial y la carnal crece mucho
Una fantas¨ªa sexual muy masculina y tambi¨¦n cada vez m¨¢s femenina ha sido la poligamia y la poliandria.
Y es una ilusi¨®n cada vez m¨¢s femenina porque las infidelidades en la pareja a cargo de la mujer est¨¢n abarrotando las consultas de los psic¨®logos en toda Europa, sea por complejos de culpa, ¨¦xtasis inesperados o aturdimiento familiar.
El verano es la estaci¨®n en la que la relaci¨®n extramatrimonial y la carnal crece mucho, pero ahora se tratar¨ªa con la soligamia (y la soliandria) de implantar un modelo sin disimulos ni clandestinidad.
Las parejas que se igualan en derechos se igualan tambi¨¦n en el valor de sus preferencias, y en vez de planificar un verano conjunto se dise?an unas vacaciones atendiendo a los deseos, no necesariamente coincidentes, de cada cual. Sea por esta raz¨®n de gustos distintos (mar o monta?a, reposo o nomadismo, Torrevieja o Nepal), el matrimonio (o lo que se le parezca) escinde sus tiempos y destinos y cada cual busca seguir sus preferencias.
Un anuncio en Estados Unidos, que ahora no s¨¦ de qu¨¦, dec¨ªa Summer is for Singles (El verano es para solteros) y no puede sintetizarse mejor el impulso que crece con el calor.
El verano es para solteros y no para la pareja constituida, sino precisamente para tratar de cortejar. Estando soltero oficialmente parece m¨¢s f¨¢cil pero por qu¨¦ no convenir en hacer accesible lo deseable sin necesidad de una ley. ?Por qu¨¦ no reencarnarse en la solter¨ªa en un crucero de singles y renovarse como un amante sin el peso de la traici¨®n?
Justamente, la progresiva igualdad entre hombre y mujer coincide con un lenguaje igual y un semejante universo de querencias. El calor erotiza la carne pero, ?qu¨¦ decir del supremo erotismo de la luz?
En estos mediod¨ªas estivales y en sus noches de terciopelo la voluntad persigue una nueva experiencia rom¨¢ntica. ?Y ser¨¢ precisamente la compa?era o el compa?ero ¡ªesposados o no¡ª quien lo impida? Contra el aborrecimiento de la convenci¨®n anillada, el j¨²bilo de una oportuna y abierta transgresi¨®n.
La poligamia (o la soliandria) es el lema de estos nuevos veranos del siglo XXI, en que ni los ni?os con sus mocos, las palas y los cubos son capaces de contener un devaneo a estrenar. ?La felicidad individual? ?El gusto por darse gusto? ?Qui¨¦n es capaz de parar este fen¨®meno incomparablemente m¨¢s risue?o y liviano que la pesada realidad picapiedra que lideran diariamente Oriol Junqueras o el tremendo Puigdemont?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.