Azpeitia, el laboratorio vasco sobre el toro, religi¨®n¡­ y Bildu

Azpeitia, un enclave buc¨®lico de 15.000 habitantes a 40 kil¨®metros de San Sebasti¨¢n y escondido entre monta?as, es un caleidoscopio de la sociedad vasca. All¨ª, la religi¨®n ¡ªlocalidad natal de San Ignacio de Loyola¡ª, el toro ¡ªuno de sus emblemas m¨¢s irreductibles¡ª y la pol¨ªtica ¡ªBildu gobierna por segunda vez con mayor¨ªa absoluta¡ª, conforman una aparente paradoja que no se contradice con una comunidad euskalduna (la inmensa mayor¨ªa habla vasco) de clase media, que ha superado la crisis econ¨®mica ¡ªla tasa de paro solo alcanza el 8,9%¡ª con la recuperaci¨®n del sector industrial, y afronta el porvenir con una profunda transformaci¨®n de sus ra¨ªces.

Esta es, al menos, la opini¨®n de su alcalde, Eneko Etxeberr¨ªa, profesor de Derecho en la Universidad del Pa¨ªs Vasco, que se present¨® como independiente en las listas de la formaci¨®n abertzale, y gobierna con 10 representantes con la oposici¨®n de los 7 del PNV.

Reconoce el primer edil que la vinculaci¨®n a la Iglesia, el conservadurismo de una sociedad muy ligada al mundo rural y la afici¨®n a los toros de su pueblo le han brindado su identidad, aunque "esas grandes etiquetas ¡ªafirma¡ª est¨¢n sufriendo una transformaci¨®n radical".

A su juicio, nada de ello es incompatible con que Bildu gobierne por con mayor¨ªa absoluta. "Vuelvo a las etiquetas, que dicen que Bildu es un partido relacionado con el terrorismo y la extrema izquierda, pero las cosas, en realidad, no son as¨ª", dice Etxeberria. ¡°Bildu no es un proyecto totalitario, est¨¢ integrado por gente de diversas ideolog¨ªas y nuestros planteamientos son transversales. A nivel municipal, es un plan de bienestar que ha sido avalado por la poblaci¨®n".

-?Es usted aficionado a los toros?

- No. Pero tampoco soy antitaurino.

"Este asunto no se puede reducir a estar a favor o en contra de los toros", explica. "Yo reivindico un tercer espacio, basado en que la decisi¨®n sobre los toros corresponde a la mayor¨ªa social, por lo que no pueden ser prohibidos por un acuerdo municipal".

- Pero Bildu es una formaci¨®n antitaurina.

-Efectivamente, aunque desconozco si tiene una posici¨®n definida. Yo gobierno en Azpeitia, donde el mundo del toro tiene mucha tradici¨®n, y no se plantea una posible desaparici¨®n. Entendemos que los festejos est¨¢n avalados por una mayor¨ªa y contribuyen al bienestar econ¨®mico de la ciudad.

Esta posici¨®n municipal y el compromiso personal de cuatro vecinos han conseguido que Azpeitia, que celebra su feria de San Ignacio del 29 al 31 de julio, sea un referente de la tauromaquia m¨¢s exigente.

La plaza de toros, de tercera categor¨ªa y con un aforo de 4.000 localidades, es propiedad del Ayuntamiento. La cedi¨® en 2003 a una sociedad mercantil ¡ªcomisi¨®n taurina¡ª, liderada por Joxin Iriarte, exindustrial de la madera, que la gestiona, reparte los beneficios entre entidades ben¨¦ficas y asume las p¨¦rdidas, en el caso de que las hubiera. De este modo, el consistorio no invierte dinero p¨²blico y permite que contin¨²e la tradici¨®n taurina de la localidad. En dos palabras, ni hay subvenci¨®n econ¨®mica ni negocio. Pero hay toro, reconocido y prestigiado por el peso de la tradici¨®n y la exigencia de sus empresarios.

Por esa raz¨®n acuden cada a?o cientos de aficionados franceses. Entre ellos, Jean-Pierre Clarac, cirujano jubilado, que resalta la belleza del entorno y el car¨¢cter torista de la plaza: "Merece la pena viajar hasta Azpeitia porque rezuma emoci¨®n en todos los detalles". Mariano Garc¨ªa Romero es un empresario sevillano que visita esta feria puntualmente desde hace 25 a?os. "Aqu¨ª se valora el toro y me gusta la seriedad del p¨²blico, es mi Maestranza del norte", asegura.

Hasta el sacerdote responsable de la bas¨ªlica de Loyola, Ignacio Echarte, confirma que el toro est¨¢ muy arraigado entre los azpeitiarras, aunque confiesa que no ha pisado la plaza. Aprovecha, no obstante, para comentar que Azpeitia sigue siendo un centro religioso de prestigio mundial. Aqu¨ª naci¨® el fundador de la Compa?¨ªa de Jes¨²s y aqu¨ª se erige la bas¨ªlica de Loyola, el peque?o Vaticano, orgullo de los azpeitiarras.

En esta localidad son aficionadas hasta las monjas de la congregaci¨®n Siervas de Mar¨ªa, que comparten con C¨¢ritas los beneficios de los festejos. Admiten que ven las corridas desde las ventanas del convento, contiguo a la plaza, pero prefieren que no se hable de ellas porque hace unos a?os recibieron un insultante an¨®nimo animalista, acus¨¢ndolas de recibir dinero de la tortura.

En la banda de m¨²sica de la localidad toca el l¨ªder de la oposici¨®n municipal, Aitor Gorrotxategi, del PNV, que admite que le gustan las corridas, aunque la ¨²ltima parte le resulta "cruel". "A m¨ª no me molestan, y si hici¨¦ramos un refer¨¦ndum en el pueblo ganar¨ªa la opci¨®n de la cultura taurina".

Pero tambi¨¦n hay antitaurinos en Azpeitia. Pocos, pero los hay. Amaia Garmendia es la portavoz de OINATZ Elkarte Animalista, de la que forman parte "seis o siete personas", seg¨²n sus palabras. El pr¨®ximo lunes, 31 de julio, se concentrar¨¢n a las puertas de la plaza, y espera que acudan entre 30 y 50 antitaurinos para protestar por la tortura que, a su juicio, se inflige a los toros.

Las tres corridas de la feria las presidir¨¢n dos concejales del Bildu y uno del PNV.

-Alcalde, ?usted no sube al palco?

-No me gusta. El espect¨¢culo taurino es bastante cruento para m¨ª.