Nadie no podr¨¢
La argentina Sara Gallardo, periodista muy conocida en los sesenta y escritora talentosa, construye un personaje inolvidable con una lengua de radical originalidad
Nacida en Buenos Aires en 1931 y muerta en esa ciudad en 1988, Sara Gallardo estuvo casada dos veces, vivi¨® en siete u ocho pa¨ªses, tuvo cuatro hijos y public¨® once libros, cinco de ellos novelas: Enero (1958), Pantalones azules (1963), Los galgos, los galgos (1968), Eisejuaz (1971) y La rosa del viento (1979). Leopoldo Brizuela (que prolog¨® su Narrativa breve completa en 2009) llam¨® a su obra ¡°una de las m¨¢s reconocidas (y peor apreciadas) de su tiempo¡± en no poca medida debido a que, aunque popular (fue una de las periodistas argentinas m¨¢s le¨ªdas de finales de los sesenta y setenta), Gallardo nunca consigui¨® conciliar para el p¨²blico la imagen de escritora fr¨ªvola perteneciente a la clase alta que cultivaba en sus art¨ªculos y la (en palabras de Mart¨ªn Kohan) ¡°originalidad radical¡± de su obra literaria.
Eisejuaz es un miembro de la etnia wich¨ª, un ¡°mataco¡± que se cree habitado por los esp¨ªritus de la naturaleza a la que rezaron su padre y los suyos, pero (a su vez) se esfuerza por ser un buen cristiano; en ese sentido, habita en una frontera que atraviesa constantemente: la que divide la vida en el monte y la de la ciudad, que redujo a las comunidades ind¨ªgenas a la explotaci¨®n y la pobreza, el pasado que se tuvo y el futuro del que ya no se dispone, la religiosidad pagana y la cristiana, que parece no comprender del todo. Al igual que Hazel Motes (el personaje de la novela de Flannery O¡¯Connor Sangre sabia, que pretende fundar la ¡°Iglesia de Cristo sin Cristo¡± y tiene una relaci¨®n problem¨¢tica pero salv¨ªfica con la fe, y que tal vez haya ejercido una influencia en Gallardo o quiz¨¢s no), Eisejuaz es religioso de una manera que pone en cuesti¨®n la noci¨®n misma de religi¨®n, y su trayectoria es la de las terribles consecuencias que sus acciones tienen en los dem¨¢s y en ¨¦l mismo. Eisejuaz desea creer, pero ese deseo se ve obstaculizado por la frontera no s¨®lo f¨ªsica en la que habita: los dioses crueles de la naturaleza siguen all¨ª, y el Dios cristiano retribuye cada gesto de caridad con dolor y p¨¦rdida. Ni siquiera en el ¨²ltimo momento deja de ser piadoso, sin embargo; pero esa piedad es da?ina, para ¨¦l y para los suyos.
Gallardo conoci¨® al hombre que inspir¨® el personaje de Eisejuaz en la provincia argentina de Salta en 1967; si resulta inolvidable es tambi¨¦n (y principalmente) a ra¨ªz de la lengua que concibi¨® para este mon¨®logo de enfermedad y muerte: una lengua de dobles negaciones (¡°Nada le habl¨¦¡±, ¡°Nadie no podr¨¢¡±), desplazamientos gramaticales (¡°No se comemos gente pero sabemos matar¡±), silencios y formulaciones el¨ªpticas y de rara plasticidad que, al tiempo que rechaza impl¨ªcitamente las formas tradicionales de representaci¨®n del habla rural argentina, convierte a Eisejuaz en un profeta incendiario, que se despide del mundo con las palabras ¡°La piedra que fui se abland¨®; dej¨® libre el hueco. Aquel barro que ¨¦l fue se lav¨®. Ya cumplimos. Queda el camino limpio. ?Qu¨¦ dir¨¦ ahora? Dir¨¦: Bueno. Como la semilla en su ceguera, sin conocer el ¨¢rbol de ma?ana¡±. Algo en esa lengua recuerda las obras de Juan Rulfo, M¨¢rio de Andrade, Antonio Di Benedetto y Jo?o Guimar?es Rosa: Sara Gallardo (popular en vida, olvidada a continuaci¨®n, recuperada afortunadamente en los ¨²ltimos a?os) no fue menos talentosa que esos autores, y Eisejuaz (que la peque?a editorial boliviana Dum Dum trae ahora tras su recuperaci¨®n en 2001 en la serie Cl¨¢sicos de la Biblioteca Argentina, dirigida por Ricardo Piglia, y su publicaci¨®n en El Cuenco de Plata en 2013) es una gran oportunidad de comprobarlo.
Eisejuaz. Sara Gallardo. Dum Dum Editora, 2017 174 p¨¢ginas. 10 euros
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