En la muerte de Pilar G¨®mez Bedate
La profesora y escritora fue la autora de sendas monograf¨ªas sobre Stendhal y Mallarm¨¦ y prolog¨® y edit¨® el 'Decamer¨®n' de Boccaccio
La profesora y escritora, nacida en Zamora, en 1936, ha muerto en Zaragoza, a los 81 a?os, tras sufrir un derrame cerebral, agravado por una neumon¨ªa, mientras estaba pasando el verano en su querido Calaceite. Estuvo casada con el poeta y traductor ?ngel Crespo, con quien comparti¨® treinta a?os de su vida y muchos de sus proyectos intelectuales. Se conocieron a mediados de los a?os sesenta, despu¨¦s de ponerlos en contacto D¨¢maso Alonso para que la ayudara en su tesis doctoral. Juntos se refugiaron, enamorados, en Puerto Rico, donde fueron acogidos en el claustro de Mayag¨¹ez, y acabaron desplegando un sinn¨²mero de actividades tanto en el campo de la literatura comparada, como de la cr¨ªtica de arte y la traducci¨®n.
Antes de regresar a Espa?a definitivamente, vivieron en diversos periodos en Suecia, Holanda, Estados Unidos e Italia, visitando los veranos -adem¨¢s de Espa?a, en especial Barcelona- Venecia y Lisboa, sus ciudades preferidas. Pilar? fue catedr¨¢tica de Literatura Comparada en la Universidad de Puerto Rico (1967-1988), conoc¨ªa bien el franc¨¦s, el ingl¨¦s, el italiano, el catal¨¢n y el portugu¨¦s, y fue profesora en la Universidad Rovira y Virgili de Tarragona y de la Pompeu Fabra, de Barcelona, donde se jubil¨® tras obtener la c¨¢tedra de Literatura espa?ola. Es autora de una Introducci¨®n a la poes¨ªa l¨ªrica (1977), y de sendas monograf¨ªas sobre Stendhal y Mallarm¨¦. Su ¨²ltimo libro de ensayos se titula Poetas espa?oles del siglo veinte (1999). Ha prologado y editado el Decamer¨®n de Boccaccio; una Antolog¨ªa de la poes¨ªa modernista (1998), as¨ª como diversos textos en prosa y verso de Juan Ram¨®n Jim¨¦nez y de ?ngel Crespo, entre otros muchos autores. Y entre sus traducciones destacan las de Boccaccio, ya citada, Primo Levi (Si esto es un hombre, La tregua y Los salvados y los vencidos), Carlo Ginzburg (Pesquisa sobre Piero) y las de los cuentos de Jo?o Guimar?es Rosa, Manol¨®n y Miguel¨ªn. Adem¨¢s, fue secretaria de redacci¨®n de la Revista de Cultura Brasile?a, dirigida por su marido y editada por la Embajada de Brasil en Madrid; fund¨® la revista de letras, con min¨²scula, de la Facultad de Artes y Ciencias en la Universidad de Puerto Rico; y colabor¨® con asiduidad en Hora de poes¨ªa, la revista de Javier Lentini, la barcelonesa Anthropos y Salina, de la Universidad de Tarragona.
En 1988 se instalaron en Barcelona, hasta que hace unos pocos a?os, Pilar, ya viuda, decidi¨® irse a vivir a Madrid, espantada por el creciente fanatismo nacionalista, donde logr¨® rodearse de un nuevo grupo de amigos, con los que se sent¨ªa querida y feliz. Pero es de justicia recordar que en la capital catalana, Pilar y ?ngel (resulta imposible disociar sus vidas) tuvieron siempre cerca a un grupo de amigos muy queridos, como Enrique Badosa, Jos¨¦ Corredor-Matheos, Ces¨¢reo Rodr¨ªguez Aguilera, el pintor Josep Guinovart, a quien siempre llamaban Guino, Jos¨¦ Luis Gim¨¦nez-Front¨ªn y los m¨¢s j¨®venes Sira Hern¨¢ndez, pianista, Juan Jos¨¦ Flores, narrador, y Gemma Pellicer, por? citar solo a unos pocos. Sus casas de Barcelona y Calaceite, donde yo los trat¨¦ m¨¢s, eran lugares de encuentros frecuentes, de tertulias y cenas, en las que a veces aparec¨ªa un invitado interesante, que no figuraba entre los asistentes habituales, ya se tratara del escritor Juan Perucho, de su buen amigo Llu¨ªs Bassets, del poeta Andr¨¦s S¨¢nchez Robayna o del profesor Ruiz Casanova. Mantuvieron amistad, asimismo, con el poeta portugu¨¦s Eugenio de Andrade, el citado Guimar?es Rosa, la escritora Rosa Chacel o el hispanista italiano Oreste Macri, entre otros nombres ilustres.
Cuando ?ngel Crespo muri¨® en 1995, Pilar dedic¨® muchos de sus esfuerzos a la difusi¨®n de la obra de su marido, a que se mantuviera viva y estuviera editada de la mejor manera posible, alentando numerosos trabajos sobre su poes¨ªa, sus aforismos, diarios y ensayos. Calaceite se convirti¨® pronto en el lugar adecuado donde poder alejarse de la ciudad y cultivar el ocio y los trabajos del esp¨ªritu, pero tambi¨¦n en una casa de acogida para los buenos amigos y la conversaci¨®n amena. Por ella pasaron la gente de Calaceite, como el poeta, traductor y profesor Didier Coste, los brasile?os Jo?o y Lisa, los pintores Maria Girona y R¨¤fols-Casamada, Natacha Sese?a, el escultor Fernando Navarro y Pilar, su esposa, Edith y Toni Mar¨ª o el singular Alfonso Lucas Bu?uel, sobrino del cineasta, adem¨¢s de numerosos visitantes, como los poetas Carlos Edmundo de Ory y su esposa Laura Lacheroy, o C¨¦sar Antonio Molina. ?ngel y Pilar, a quien quiero evocar ahora sonriente en su casa de Calaceite, durante el aperitivo en las comidas, con un vaso de whisky en la mano y picando aceitunas de la regi¨®n, encontraron en este peque?o pueblo biling¨¹e del Matarra?a su casa de la vida y una morada donde quedarse ya para siempre. Descansa en paz, querida amiga.
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