El Bronx: el verdadero origen del hip-hop
El peligroso y destrozado barrio de Nueva York fue cuna para el desarrollo del g¨¦nero en los 70
En el ambiente musical se o¨ªa un rumor desde hac¨ªa tiempo. Quienes hab¨ªan visto en Netflix la serie de cuatro cap¨ªtulos sobre los primeros 20 a?os del hip-hop (Hip-Hop Evolution) dec¨ªan que era excelente. Me llamaba la atenci¨®n que personas que no proceden de la cultura del hip-hop estuvieran tan fascinadas. Cuando, por fin, la vi, tuve que darles la raz¨®n. En apenas 45 minutos por cap¨ªtulo, el presentador, Shad (Shadrach Kabango), habla con los protagonistas en sus casas, estudios o barrios y, acompa?ado de im¨¢genes de archivo y v¨ªdeos de la ¨¦poca, nos deja sin respiraci¨®n con esta mini serie embriagadora que ofrece informaci¨®n en cada parpadeo.
Y empiezan desde el principio. Es decir, ?cu¨¢l es el origen del hip-hop? Citan fuentes diversas como Cab Calloway, las alocuciones rimadas de Mohamed Al¨ª o el omnipresente James Brown. Por supuesto, est¨¢ el jamaicano DJ Kool Herc como fuente primordial. Pero una de las curiosidades mayores del hip-hop es que la zona del South Bronx (Nueva York) es tambi¨¦n un protagonista. En el nacimiento del hip-hop, el Bronx es un personaje que se abre camino entre los narradores. No s¨®lo es importante ¡°qui¨¦n¡± lo hace, sino ¡°d¨®nde¡± se hace. El Bronx de mediados de los setenta era un sitio horrible, peligroso, destrozado, lleno de pandillas violentas que proteg¨ªan su trozo del territorio. Nadie quer¨ªa vivir all¨ª. De hecho, nadie quer¨ªa siquiera pasar por all¨ª.
Es cierto que estamos viendo un documental de m¨²sica y no de historia de las ciudades, pero ech¨¦ de menos que se explicara por qu¨¦ el South Bronx era una zona tan peligrosa. La respuesta tiene nombre y apellidos: Robert Moses (1888-1981), responsable durante 44 a?os de la planificaci¨®n urban¨ªstica de Nueva York. Moses perpetr¨® en el Bronx una de las mayores barbaridades constructivas en la historia de EE UU. Proyect¨® una autopista, la Cross-Bronx Expressway -terminada en 1963-, para conectar New Jersey con Long Island que, como da?o colateral, atravesaba la parte m¨¢s densa del Bronx. Para ello fue necesario ¡°recolocar¡± a m¨¢s de 170.000 personas y demoler 60.000 casas.
Moses pudo haber desviado levemente su dise?o y haber minimizado el desastre, pero no lo hizo. Siempre se le ha acusado de una falta de sensibilidad tremenda y de destrozar el Bronx a conciencia. Con la prepotencia que ofrece tomar decisiones sentado en la seguridad de un despacho, no tuvo inconveniente en arruinar comunidades enteras. El Bronx, hasta ese momento, no era un barrio peligroso. All¨ª conviv¨ªan negros, hispanos, jud¨ªos de clase media baja, descendientes de irlandeses, alemanes e italianos. No era el horror postindustrial en que se convirti¨® tras el clasista trazado de Moses.
En vista del destrozo que iba a causar la Cross-Bronx Expressway, los propietarios y due?os de tiendas que pudieron vender, lo hicieron y se mudaron a otras zonas. As¨ª que en la parte sur del Bronx permanecieron los sectores m¨¢s desfavorecidos, adem¨¢s de un sinf¨ªn de solares en ruinas, con una autopista que atravesaba el coraz¨®n del barrio como un pu?al. Por si eso fuera poco, en la d¨¦cada de los setenta la situaci¨®n de Nueva York era de ruina total. Recordemos la infausta portada de The Daily News en octubre del 1975 con el desgarrador titular: ¡°FORD TO CITY: DROP DEAD¡±, anunciando que el presidente Gerald Ford se negaba a usar dinero federal para salvar a la ciudad del enorme d¨¦ficit. Finalmente, Nueva York esquiv¨® la bancarrota con dinero estatal, pero a cambio de realizar numerosos recortes en polic¨ªa, sanidad, bomberos y educaci¨®n.
La degradaci¨®n del Bronx se hizo p¨²blica durante el apag¨®n de 1977. Cientos de personas, aprovechando la impunidad de la oscuridad, entraron en las tiendas a robar y causaron numerosos altercados. EE UU se dio cuenta de lo que suced¨ªa en sus propias ciudades y a todo el mundo le vino el agradable recuerdo del apag¨®n de 1965, cuyo corolario fue un aumento de la natalidad nueve meses despu¨¦s. En una d¨¦cada se hab¨ªa pasado de la esperanza del amor a la realidad de la guerra urbana. Y de ese fango, de las ruinas de los edificios demolidos, de los hogares rotos, del paisaje en ruinas, nacieron los colores del graffiti como una apropiaci¨®n simb¨®lica del espacio. Tambi¨¦n crecieron las rimas m¨¢s intensas y que mejor han contado el alma podrida de Nueva York desde que Federico Garc¨ªa Lorca la visit¨® en 1929.
El hip-hop tiene varios protagonistas, pero su punto de partida, su verdadero inicio, sucedi¨® en el despacho de Robert Moses quien, como un mal¨¦volo Dr. No, destruy¨® las vidas de miles de personas. Pero el ser humano es tan malvado como generoso, y de cada ladrillo destrozado del Bronx brot¨® una rima, un scratch, un baile o un graffiti. El Bronx es el mensaje.
Igor Paskual es m¨²sico y escritor.
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