Gr?fenberg
El documental 'El Punto G, una historia de placer', me caus¨® honda impresi¨®n
Sabido es que el n¨²mero de divorcios aumenta despu¨¦s de las vacaciones estivales por causas diversas, entre ellas el acompa?amiento de la suegra y las altas expectativas de las parejas en el poder rehabilitador del descanso. Contrariamente, fijar la sombrilla en la arena, entretener a los ni?os, aguantar el gamberrismo playero y simular templanza y prop¨®sito de enmienda son tareas agotadoras que pasan factura en diferido.
Es por eso por lo que durante la holganza canicular se multiplica el n¨²mero de avinagrados aislados en la tumbona con crucigramas o dej¨¢ndose las pesta?as en libros ilustrados sobre acertijos. ?D¨®nde est¨¢ Wally? Viste siempre jersey de rayas horizontales rojo y blanco, gafas, pantal¨®n vaquero y un gorro de lana, tambi¨¦n de rayas. Es f¨¢cil. El gru?¨®n se ilumina cuando resuelve la adivinanza.
Nada comparable con la satisfacci¨®n de localizar al se?or Gr?fenberg. ?D¨®nde est¨¢ Ernst Gr?fenberg?. Es escurridizo y despista mucho. Solo los valientes lo logran. Me acord¨¦ del ginec¨®logo alem¨¢n viendo en ODISEA el documental El Punto G, una historia de placer. Me caus¨® honda impresi¨®n. En la secuencia m¨¢s escalofriante, una docena de treinta?eras se agolpa sobre una sexagenaria en dec¨²bito supino y piernas en gran angular que se busca y rebusca el resorte con una herramienta vibr¨¢til.
?C¨®mo es posible que todav¨ªa existan mitos sobre la sexualidad femenina?, preguntan los publicistas del canal. ?C¨®mo es posible que una simple zona er¨®gena, misteriosamente denominada punto G, sea conocida por todos pero nadie o casi nadie, sepa su ubicaci¨®n? El hombre y la mujer de la tumbona debieran averiguarlo sin dilaciones, antes del check out. Dicen que si encuentran a Gr?fenberg hay pareja para rato.
No hay suegra ni murga infantil capaz de malograr los beneficios del hallazgo. ?Estamos ante un mito o ante una realidad incontestable? Ante un mito dir¨ªa yo, que nunca podr¨¦ descubrir la inicial germana porque la responsabilidad es mucha, el trabajo de exploraci¨®n, arduo, y soy un poco vago.
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