El nuevo precio del arte
Una aplicaci¨®n digital permite contactar a anfitriones de todo el mundo con artistas para que intercambien alojamiento por creatividad
Durante un largo viaje por ?frica, la artista hongkonesa Luanna Lee se encontr¨® en la estacada. Acababa de dejar un trabajo en Luanda (Angola) y deb¨ªa esperar a que le concedieran los visados para seguir su traves¨ªa por otros pa¨ªses, pero carec¨ªa de recursos para alojarse por m¨¢s tiempo en la ciudad m¨¢s cara del mundo (seg¨²n el ¨²ltimo informe anual de la consultora Mercer). As¨ª que tuvo una idea: ¡°Un d¨ªa, compart¨ª un taxi con la propietaria de un hotel, le mostr¨¦ mis obras y dije en broma, esperando un no por respuesta: ¡®?Me alojar¨ªas durante un mes mientras pinto el muro de tu hotel?'. Ella llam¨® inmediatamente a su familia y respondi¨®: '?Vamos a hacerlo!¡±. Su experiencia fue el germen de Artrvl (acr¨®nimo de art travel, ¡°viaje art¨ªstico¡±), una especie de Airbnb para pintores, grafiteros, dise?adores, fot¨®grafos, tatuadores o videoartistas en el que no se paga con dinero, sino con creatividad.
Abrir otros caminos a la creaci¨®n con viajes colaborativos
La iniciativa, similar a otras aplicaciones de econom¨ªa colaborativa como Airbnb o Uber, suscita una pregunta: ?No podr¨ªa Artrvl llegar a precarizar la situaci¨®n de los artistas que realmente necesitan que su trabajo se les pague con un salario? ¡°Simplemente proveemos oportunidades transparentes para artistas locales que quieren salir de su espacio y sus modos de trabajo habitual y descubrir audiencias globales, pero tambi¨¦n locales. Y eso mientras son remunerados con contrapartidas razonables, no solo dinero¡±, afirma Lee, que subraya que el esp¨ªritu de su iniciativa es simbi¨®tico y colaborativo: ¡°Fomentamos la apreciaci¨®n mutua, no la compra/venta. Cuanto mejor valorados est¨¦n los anfitriones, m¨¢s cosas ofrecer¨¢n a los artistas. Y cuanto mejor lo est¨¦n estos, mejores obras de arte crear¨¢n¡±. ¡°Adem¨¢s, alojar a artistas no es barato¡±, a?ade.
¡°Me alojaron, me alimentaron y me llevaron al aeropuerto, y yo pint¨¦ tres murales en su hotel¡±, cuenta Lee, cuya firma art¨ªstica es Hikki10, que no alumbr¨® la idea de la app hasta su vuelta a casa, el pasado febrero, cuando escuch¨® experiencias similares de otros amigos artistas y se propuso cerrar una brecha: la que separa el mundo de aquellas personas que sue?an con utilizarlo como lienzo. ¡°Esas historias y la hospitalidad de mi anfitriona me inspiraron para comenzar Artrvl, para que toda esa gente creativa que ama viajar y la que aprecia el arte puedan vivir esta maravillosa experiencia¡±.
La aplicaci¨®n, que fue lanzada oficialmente el pasado 31 de julio, cuenta ya con unos 1.000 usuarios. Como Peter Yuill, un pintor y artista urbano canadiense que ha estado recientemente en Hong Kong. ¡°Creo que si m¨¢s gente empleara tiempo en viajar y aprender de otros pa¨ªses y culturas, eso podr¨ªa prevenir muchos de los problemas sociales que tenemos¡±, afirma. Su anfitri¨®n, Rocky Yip, es un empresario y amante del arte que opt¨® por alojar al mismo tiempo a Yuill y a una artista local, ¡°para ver c¨®mo interactuaban y c¨®mo sus trabajos pueden influirse mutuamente¡±. ¡°Acoger a un extranjero que no sabe demasiado de nuestra cultura ni de la historia de la ciudad permite que lo interprete todo de cero¡±.
Un albergue juvenil de Bangkok busca a alguien para pintar un Godzilla en su muro. Un particular de Montreal quiere un grafiti en su sal¨®n. Y dos hoteles de Lisboa pretenden cambiar su decoraci¨®n ¡°para llevar la atm¨®sfera a otro nivel¡±. Son algunos de los anuncios de anfitriones de la web de Artrvl, que suelen ofrecer alojamiento, comida y materiales de trabajo, pero que tambi¨¦n pueden retribuir econ¨®micamente si lo desean (en esos casos, la aplicaci¨®n cobra una comisi¨®n por el servicio).
Lee, que lleva siendo una ¡°viajera art¨ªstica¡± desde mucho antes de lanzar Artrvl, ya ha sido tanto anfitriona en Hong Kong como artista invitada en proyectos en Angola, Italia, China y Tailandia. Viaj¨® a la regi¨®n del Piamonte italiano, por ejemplo, para decorar con estilo chinoiserie los interiores de un castillo del siglo X. ¡°Quer¨ªamos a?adir una detallada decoraci¨®n china a una de las habitaciones, de acuerdo a la influencia oriental del siglo XVIII¡±, cuenta su anfitiri¨®n, Federic, en un v¨ªdeo sobre el proyecto. Y, en los ¨²ltimos meses, la creadora de la app coincidi¨® en Tailandia con un tatuador, dos fot¨®grafos, cuatro grafiteros, un grupo de m¨²sica, un documentalista y un pintor de diversas nacionalidades. Todos hab¨ªan sido invitados por un albergue juvenil y un hotel en Bangkok y Chiang Mai para pintar murales, grabar v¨ªdeos y hacer tatuajes y fotograf¨ªas para los propietarios.
¡°El due?o me ofreci¨® alojamiento sin preguntarme hasta cu¨¢ndo iba a quedarme. Pens¨¦ que iba a ser una semana pero al final estuve dos¡±, recuerda David Jumpa, un fot¨®grafo peruano cuyas instant¨¢neas del entorno ahora decoran el albergue juvenil de Bangkok que lo recibi¨®. ¡°Puede ayudar a muchos artistas que est¨¢n empezando y tienen talento, pero quiz¨¢ no muchos recursos para ense?ar sus trabajos en otros lugares. Puedes viajar y ahorrar much¨ªsimo, a la vez que ganar experiencia y hacer networking¡±, opina el artista, un freelance que ve en la aplicaci¨®n una oportunidad para consolidar su modo de vida n¨®mada: ¡°Desde hace un a?o no vivo o alquilo apartamento en ciudad alguna. Siempre estoy volando por todos lados, as¨ª que mientras espero que mi siguiente trabajo se confirme, esto me deja ir a ciudades que posiblemente no conozca y hacer colaboraciones mientras tengo hospedaje gratis¡±.
Como explica el artista urbano Siu Tang, los creadores siempre est¨¢n librando una batalla entre lo que hacen y el precio que fijan en el mercado. Un concepto distinto al de valor: ¡°Creo que cuando la gente es testigo del trabajo art¨ªstico y de cu¨¢nto tiempo y esfuerzo supone, del mensaje o la historia que quieres contar, tiene definitivamente una mucho mejor apreciaci¨®n de lo que haces¡±, opina Joe Nafis, un videoartista estadounidense afincado en Shangh¨¢i para quien la convivencia entre anfitri¨®n e invitado contribuye a romper esa l¨®gica mercantilista en el arte. Ahora mismo, Artrvl tiene en marcha proyectos en Portugal, Canad¨¢, Tailandia, China, L¨ªbano o Turqu¨ªa. Ninguno, por ahora, en Espa?a. ¡°?Nos encantar¨ªa ir!¡±, afirma Luanna Lee.
Babelia
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