Mario Gas, el desastre, la felicidad y la armon¨ªa

Mario Gas, actor, director, doblador, tiene la cara de Orson Welles y la biograf¨ªa de un trashumante. Naci¨® en Uruguay y acaba de celebrar, con sus amigos buenos, los setenta a?os. Sus padres eran personas del espect¨¢culo, y ¨¦l es una persona del espect¨¢culo, en todas sus facetas. Es, en ese mundo, un artesano que ama el arte; cuando es director de escena es concienzudo y febril, pone en orden su genio y el de los otros. Y cuando es actor desparrama en el escenario un talento que desborda el oficio y se convierte en arte. Todo lo convierte en arte. Follies, que marc¨® en 2012 su despedida del Teatro Espa?ol de Madrid, del que fue director, puso a prueba con enorme ¨¦xito su capacidad para convertir un musical en una mezcla de desastre, felicidad y armon¨ªa, porque de esos materiales est¨¢ hecha la c¨¦lebre escritura teatral de Stephen Sonheim y, sin duda, la propia vida. En el escenario ¨¦l era a la vez la potencia y la alegr¨ªa, el desorden y la melancol¨ªa. E Incendios, de Wadji Mouawad, que vuelve al Teatro de La Abad¨ªa, es una producci¨®n sobre la culpa; nada queda libre de culpa en esta tierra en la que el enfrentamiento entre los hombres deja heridas que parecen ya la propia naturaleza humana. N¨´ria Espert, la gran actriz, es en esa obra el diapas¨®n de la calidad que marca la tradici¨®n y la vida del teatro espa?ol. Hablar con Mario Gas es un placer. Esc¨²chenlo, nada de lo que dice tiene desperdicio.